El Rey, con su tarta de cumpleaños.

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Sevilla

Del Alcázar al Buckingham Palace: Carlos III podrá seguir degustando mermelada de naranja amarga de Sevilla

La tradición la recuperó el anterior equipo de gobierno tras años sin hacerse y la mermelada la cocina el propio embajador del Reino Unido en España.

17 febrero, 2024 02:27

El rey de Inglaterra, Carlos III, y su esposa Camila Parker Bowles podrán degustar un año más del tradicional regalo que le hace la ciudad de Sevilla poco antes de primavera: el envío de unos 20 kilos de naranjas seleccionadas de los árboles de los Reales Alcázares convertidas en exquisita mermelada.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, seguirá con esta tradición recuperada hace un lustro por el anterior equipo de gobierno del PSOE a iniciativa del alcaide del Alcázar, el exalcalde de Sevilla Manuel del Valle, quien conocía este antiguo regalo realizado durante muchos años.

La boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, los bisabuelos de Felipe VI, el 31 de mayo de 1906 estrechó los lazos entre las coronas de España y Reino Unido. Como símbolo, cada año los monarcas, que pasaban temporadas en el Real Alcázar de Sevilla, enviaban naranjas amargas de este espacio monumental a la Casa Real británica.

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Con ellas se hacía una sabrosa mermelada, una vieja tradición de ese país, la misma que podrán degustar el monarca actual y su mujer. Aquella recuperación supuso entablar relaciones con el cónsul británico en Sevilla, Joe Cooper, y el embajador en España, Hugh Elliott, quienes facilitan cada año los medios para llegar al mismísimo Buckingham Palace

Precisamente Elliott estuvo este viernes en Sevilla. El alcalde le hizo entrega de estas conocidas naranjas y deseó una pronta recuperación para el monarca, con el fin de que pronto pueda visitar Sevilla por primera vez como rey.

Pero esta historia tiene otro dato curioso. Quien se encarga de elaborar la mermelada es el propio embajador británico en España, llegando a mostrar sus dotes culinarios en Twitter una de las veces que la hizo. Para ello, confiesa que sigue la receta de su madre que tiene apuntada en su libro de cocina de toda la vida.

La relación del embajador con Andalucía viene de largo. Antes de iniciar su carrera diplomática en 1989, fue guía turístico en la comunidad. A su puesto actual llegó en 2019 y antes tuvo cargos en París y Buenos Aires.

Cinco siglos de historia

En estos jardines existen más de un millar de naranjos y casi 40 limoneros, cuya recolección es contratada anualmente a una empresa especializada y se realiza de manera manual.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, junto al embajador británico Hugh Elliott, en el Alcázar.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, junto al embajador británico Hugh Elliott, en el Alcázar. Ayuntamiento de Sevilla

Estos árboles cuentan con cinco siglos de historia. La tradición atribuye al rey don Pedro el haber plantado el naranjo más antiguo que se conserva en el Real Alcázar. No obstante, también cuenta la leyenda que fueron Carlos V e Isabel de Portugal quienes sembraron otro con motivo de su enlace matrimonial un 11 de marzo de 1526.

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Lo que sí está verificado es que en estos jardines en pleno centro de la ciudad crecían ya naranjos amargos a partir del siglo XII y está históricamente documentada su presencia en sus huertas desde antes del siglo XV.

No es el único trocito del Alcázar que ha acabado en otro palacio real. Durante muchos años también se le enviaba un detalle a doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, madre del rey emérito Juan Carlos I, muy relacionada con la ciudad de Sevilla. Se trataba de nueces silvestres procedentes de nogales también con muchos años de historia.

Un buen marketing

En el monumento sevillano no recibieron ninguna foto de la monarca británica saboreando la mermelada, pero sí tenían constancia del agrado que le suponía. Por tanto, recibirla ahora de Carlos III y Camila sería un buen reclamo de marketing sin duda.

Precisamente, en 2011 recorrieron ambos los jardines del Alcázar en una visita institucional a Sevilla, en la que el entonces Príncipe de Gales quedó fascinado con el arte mudéjar. Era su segunda vez, ya que asistió como invitado previamente a este palacio durante el banquete de la boda de la infanta Elena. 

En cualquier caso, ya cada año tendrán un recuerdo en forma de mermelada de un trocito de este monumento civil, el palacio en uso más antiguo de Europa.