José Luis Garci estrena El crack cero.

José Luis Garci estrena El crack cero. EFE

Cine Entrevista

José Luis Garci: “No se puede legislar sobre la Memoria Histórica, cada uno tiene la suya”

El director regresa tras siete años de parón con 'El crack cero', la precuela de la mítica saga protagonizada por Alfredo Landa.

2 octubre, 2019 16:25

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José Luis Garci se considera un director analógico. Añora los viejos tiempos, cuando el cine se veía en una sala grande y las entrevistas de prensa duraban una hora con cada periodista y daba tiempo a charlar y a descubrirse. Ahora lo llaman ‘junket’, una palabra que él ha descubierto ayer y que le produce alergia. No lo oculta, y lo deja claro en cada pregunta. A él lo que le gusta es hablar de su película, de cine, de fútbol y de boxeo. Ya no fuma, pero el dry martini no se lo ha quitado nadie.

Hacía siete años que no dirigía una película, y todo ha cambiado. Ya no hay hueco para un cine como el suyo, ni casi para una película como El crack cero, precuela de la mítica saga protagonizada por Alfredo Landa que se estrena este viernes, y al que aquí sustituye con acierto Carlos Santos para dar vida a Germán Areta. Garci cambia la transición por noviembre de 1975, una época turbulenta en la que Franco agonizaba y muchos tocaban la libertad con los dedos, aunque otros no tanto.

Su película desprende olor a tabaco, a Varón Dandi. A ese cine que él admira y que casi ya no se hace, el mismo que defendía desde su Qué grande es el cine, servicio público que hizo más por la cinefilia española que lo que se le reconoce. Ahora vuelve con fuerza, y prometiendo que este será el primero y el último 'junket' que haga.

Tráiler de El crack cero.

Es una película de las que ya no se hacen, parece de otra época.

Pues como yo, que soy analógico, y la película es analógica. Tengo ganas de verla, porque la habéis visto un grupo de personas relacionadas con el cine, pero yo antes terminaba la película y la veía en montaje, y en esta no he ido a ningún pase. Esta noche hay un pase con mil personas, ahí voy a saber si funciona, si sonríen cuando tienen que hacerlo, si hay emoción... pero sí, es de otro tiempo, porque yo soy de otro tiempo. Aquí no hay drones, ni helicópteros ni cabezas calientes de siete metros. Los diálogos son también de otro tiempo, porque ahora solo dicen ‘vale tío’ y no dicen nada, y hay que buscar que digan algo.

Yo siempre he tenido, desde niño, cierta predisposición a la nostalgia, pero sobre todo a cosas que no he vivido, al París de Hemingway, y eso en mí nació en el cine, con las películas, con los westerns… Yo cuando salía a la calle sentía tristeza, porque había abandonado un mundo y entrado en otro, el real. Ahora no sabría decir ya cuál es el real. Y en mi caso eso viene del cine clásico.

El cine que yo conocía ya no existe, ahora el cine es Netflix, se ve en casa, a cualquier hora

Su película es un poco la antítesis del cine español actual. De hecho, usted antes rodaba constantemente, todo el rato nominado a los Goya, y de repente desaparece… cómo se enfrenta a esto.

No me he enfrentado. Yo sé que estoy… soy un ‘has been’ que dirían los americanos. Es difícil de creer, pero mira, mis dos pasiones han sido siempre el cine y el fútbol. De niño era socio del Madrid y del Atleti, y ahora predomina más en mí el fútbol, y le veo más modernidad que al cine. El cine que yo conocía ya no existe, ahora el cine es Netflix, se ve en casa, a cualquier hora. No es como antes, que estaban la sesión de las 19 y la de las 23. Ahora la ves como quieras, en versión original, doblada… yo he dejado de ser activo en ese tipo de cine, así que no puedo hablar de ello, pero te puedo decir lo que no me gusta.

¿Y qué es lo que no le gusta?

No me gusta que no salgan los nombres de los actores al principio de la película, ahora salen al final, y después del nombre del director, y del productor, y eso cuando no los quita la televisión. Tampoco me gusta eso de que haya 20 o 30 productores. Asociados, ejecutivos… no se podría rodar así, estaría el plató lleno de gente, ni que los títulos duren diez minutos, porque nadie se queda a verlos, y antes en un minuto estaba todo. No me gusta que de un cine de antes hayan salido cuatro minisalas, y eso ha sido peor porque los televisores de ahora son enormes y se ve maravillosamente.

El cine antes era una religión y las salas eran sus catedrales. Que esté en casa para mí es más cómodo, porque por edad he pasado de ser un cinéfilo trashumante a un videófilo sedentario

Yo que no tengo automóvil ir al cine también me perturba, porque están en centros comerciales en los descampados de las ciudades y además me parece hiriente para el cine, que ha sido el primer arte del siglo XX, que esté metido en un centro comercial. Parece que te comes una hamburguesa, te compras unos zapatos y ya de paso vas al cine, cuando antes el cine era algo importante. Eran catedrales, los cines eran catedrales. No digo los de Nueva York, sino los de Madrid, Barcelona… el cine era una religión y eso eran sus catedrales. Yo entiendo que ahora hay otros cines. Que esté en casa para mí es más cómodo, porque por edad he pasado de ser un cinéfilo trashumante a un videófilo sedentario, pero no es lo mismo ver la escena de la ducha de Psicosis en el Lope de Vega, que gritábamos todos, era una cosa social, que en casa. No sé por dónde va el cine ahora, las últimas que he visto no me han gustado. No me ha gustado la de Tarantino, tampoco Ad Astra, ha hecho mucho daño Terrence Malick, me ha gustado Downton Abbey, que me diréis, eso es cine antiguo…

El Crack 1 y 2 transcurren en la Transición, esta en noviembre de 1975, durante la muerte de Franco…

Es el final de un tiempo y el inicio de otro que no saben qué va a ser, que fue la transición, un descoloque que hubo durante unos pocos meses, hubo esa sensación, pero cuando yo escribía no pensaba que lo de Franco fuera a atener actualidad, pero fue así, ocurrió como se ve en la película, exacto. Y en los periódicos lo llevaban las noticias, la gente hablaba…

Carlos Santos como Germán Areta.

Carlos Santos como Germán Areta.

Y por azares de la vida se estrena en el contexto de la exhumación.

Eso no tiene nada que ver. No es casual ni causal, no tiene nada que ver.

Pero, ¿qué le parece, qué opina de la Memoria Histórica?

Es un poco raro, porque es también una ley sobre mi memoria, y eso es difícil, porque es la mía y tú tendrás la tuya, y legislar sobre la memoria es un poco raro, no lo veo de mucho sentido común, se puede hacer otra cosa, pero no legislar sobre la memoria, es muy complicado, es imposible yo creo.

En la película se dicen frases que suenan como dardos a la España actual, dice que es ‘un país áspero donde todos quieren tener razón’.

Estoy convencido de ello. Además somos un país donde no nos queremos… el pegamento de los reyes Católicos, que se pegó Asturias y Cataluña, Extremadura y Andalucía… no pegó bien, se despega un poquito. No nos queremos, sólo lo hacemos cuando hay una catástrofe. Un incendio o un tsunami, y nos ayudamos,pero no nos queremos en España como lo hacen en Francia o EEUU que desde niños se emocionan, se ponen la mano en el corazón, la bandera... Somos muy despegados.

No nos queremos, sólo lo hacemos cuando hay una catástrofe. Un incendio o un tsunami, y nos ayudamos,pero no nos queremos en España como lo hacen en Francia o EEUU

También dicen que este es “un país de mierda, rencoroso y vengativo”, ¿lo ve usted así?

No, ahora se ve así, Valle Inclán decía que sólo se premia lo malo, y es verdad. Yo soy una persona de la transición española, y creo que aquello fue estupendo y ahora no se hubiera podido celebrar, porque por encima de todo hubo gente de ideología muy diversa. Estaba Carrillo, que dijo de acuerdo al himno y la bandera, y Fraga que había firmado sentencias de muerta, y Adolfo Suárez que venía de Falange... pero se reunieron y dijeron, ‘somos el Langreano, vamos a tirar para arriba’, y jugaron la Champions, y eso fue porque todo el mundo, en sus profesiones, dijeron que lo que importaba era España y que había que tirar para arriba. Yo tuve la sensación esa época de que España estaba en vacaciones, esa sensación. Fue un periodo histórico de los mejores que puedes conocer.

¿Y si antes estábamos de vacaciones, ahora cómo estamos?

Pues un poco descolocados, no se sabe muy bien… Si no no se votaría tantas veces. Hace falta pensar en España. Mira, hace dos días el presidente en funciones ha dicho Ahora, España, pero es que hace años los que hablaban de España les llamaban fachas. Esto es un territorio de arenas movedizas.