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Aitana y Antía crearon, en mayo, el primer club de running de mujeres en Santiago de Compostela, el run slow club un grupo "más social que deportivo" como explican sus creadoras. A su club acuden mujeres de distintas edades para recorrer la Alameda de Santiago, cada una a su ritmo, pues en este club de running la meta final es disfrutar de la compañía y la merienda final de la carrera.

Ambas relatan que ninguna de las dos contaba con mucha experiencia en lo de ser runner. Antía corría hace tiempo, "siempre de forma intermitente". "Este año me propuse volver a correr", comenta una de las fundadoras, se apuntó a su primera carrera en marzo y siempre tuvo presente crear un club de running, "pensaba: si hubiera algo con más gente de mi nivel, por decirlo así, o que esté empezando. Pensé, me encantaría que hubiese algo de quedar y después ir a tomar el café", y añade que "tenía miedo" porque "no me apuntaría porque quedaría la última y me daría mucha vergüenza".

Por su parte, Aitana hizo gimnasia rítmica hasta los 23 años, el último deporte que había hecho en su vida. Ella también fue "muy intermitente" a lo largo de los años, "lo dejé y luego volví", explica. El día de Año Nuevo, comentó en la mesa, de broma, que iba a correr para el año la San Silvestre, "alguien me dijo: no eres capaz. A mí basta que me digas “no puedes” para que lo cumpla".

El 20 de enero comenzó a correr y en febrero empezó carreras de cinco kilómetros y en abril una media maratón. "Una vez que lo hice, me dio el bajón: me desmotivó un montón correr porque fue un proceso muy sufrido, muy poco tiempo y no lo disfruté. Dije: como no me apunto a un club de running, planto".

"Algunas vienen dos semanas seguidas, otras vienen desde fuera: hay chicas que vienen desde Vigo, desde A Coruña"

Aitana y Antía, fundadoras del club

Destino o casualidad, ambas coincidieron en una carrera en el Monte do Gozo, "fue horrorosa", comentan ambas. Pero la mala experiencia hizo que ambas se conocieran, Aitana se puso en contacto con Antía por la aplicación Strava y luego se siguieron en redes.

"¿Por qué elegí a Antía? A día de hoy sigo sin darle respuesta. Sé que pensé en ella y no hubo otra opción. Creo que es porque es una persona muy echada para adelante, que no se limita, que nada le parece grande, y yo necesitaba para un proyecto alguien así", explica Aitana.

Aitana le comentó la idea de crear el club de running a Antía, quien ya tenía la idea pensada (logos incluidos) desde abril. "Le dije: tengo una propuesta para ti" y el siguiente mensaje era Antía con "el logo, las sudaderas, y hasta una carpeta de Pinterest".

Así fue como nació en mayo run social club, comenzaron siendo diez en un grupo de WhatsApp y ahora ya formaron una comunidad de más de 300 mujeres. "Yo pensaba que íbamos a ser cuatro", comenta Antía. "A veces es abrumante, pero no lo imaginaba ni de broma", explica.

Cada lunes, ambas envían el plan semanal por el grupo de WhatsApp y los viernes y otro día de la semana se unen una veintena de mujeres a correr por el parque de la Alameda de Santiago. Tras finalizar el ejercicio, todas ellas van a merendar.

"Algunas vienen dos semanas seguidas, otras vienen desde fuera: hay chicas que vienen desde Vigo, desde A Coruña", comentan las fundadoras.

En su grupo de WhatsApp también quedan para ir al gimnasio, ir a correr otros días, "el grupo también se desglosó", aclaran que bromean en que también es un punto de encuentro para cotillear o para seguir las galas de Operación Triunfo. "Hay gente que a lo mejor no viene tanto, pero como hablas tanto con ella por el grupo, está súper presente", explican.

En este club de running ninguna de las corredoras se queda atrás, una de ellas se queda atrás al final y otra más adelante acompaña siempre a las chicas.

"Yo siempre les digo: podéis correr y luego sabéis que detrás voy a estar yo. Aunque vayan solas, saben que hay gente detrás", aclara Antía. "Normalmente estamos 30-40 minutos corriendo. Cuando acaba esa media hora, hay quien hizo 1,5 km y hay quien hizo 5 km. Pero todas acabamos en nuestro punto", explica Aitana, "Nunca hemos notado con nadie que se sienta superior", explica la otra fundadora.

Su club deportivo también juega un papel fundamental a la hora de socializar y conocer nuevas amistades. "Nos llegan un montón de mensajes diciéndonos: gracias, porque llegué nueva a la ciudad, no conocía a nadie", comenta Aitana que también añade que "a mí me encanta cuando veo en Instagram que dos de ellas quedaron para ir a correr o para ir a tomar un café y dices: wow, qué guay".

Ana Paz, una creadora de contenido y youtuber, les dio "un primer tirón", subiendo su club a sus redes sociales, en las que reúne, solo en Tik Tok, más de 150.000 seguidores. Así fue el primer contacto que tuvo Valentina, una chica que llegó a Santiago sola desde Argentina y que ya conocía el club antes de su llegada a la capital gallega.

"Nada es obligatorio"

Lo que comenzó como una afición ahora ya es una responsabilidad. Ambas tienen que gestionar y planificar semanalmente el club. " Yo incluso se lo dije a Antía un día: si el primer día me dicen a dónde va a llevar todo esto, no sé si diría que sí", comenta Aitana, quien compagina el club con una oposición y el trabajo.

"Pasé muy mala ya el año pasado por temas de salud mental, y para mí es muy importante porque me ayudó en muchos ámbitos de mi vida", explica por su parte Antía. "No sé si por destino o casualidad, que cuando una está más bajita de ánimo, la otra está súper arriba", bromea Antía.

El factor comida es fundamental también en el club, donde tras kilómetros de carrera se reúnen en cafeterías y bares de Santiago para merendar, "una vez una niña me dijo: podemos saltarnos el trámite de correr y calentar" menciona Aitana.

Para ella, uno de los momentos más especiales, fue verse con 25 chicas, felices, en la Praza da Quintana, tomando cada una de ellas un cacho de pizza mientras se conocían, "fue emocionante", relata.

En estas meriendas cada una es libre de pedir lo que quiera, "vamos mucho al Liam Brunch cuando hay sitio, porque tiene mucha variedad. Yo me puedo pedir un açaí; ella se puede pedir unas tortitas con Nutella o un café. Luego, si vamos a tomar algo, me puedo tomar un zumo y otra una caña. Es lo que tú quieras", explica Antía.

Para las mujeres que se están pensando en unirse, ambas dicen que no se deje de hacer algo "por vergüenza". "Nada es obligatorio", explica Aitana, "puedes venir un día; no hace falta que vengas dos. Puedes venir a correr; no hace falta que vengas a las actividades. Puedes venir a las actividades y no venir a correr. Puedes venir incluso a tomar algo después para ver el ambiente".

"¿Vas a dejar de hacer lo que más te gusta en tu vida porque una persona va a dedicar un minuto de la suya a criticarte?", añade Aitana.

Su club aún no cumplió su primer aniversario y ya cuentan con colaboraciones y eventos organizados con marcas deportivas o con locales deportivos de la ciudad. "Al final, todo lo que conseguimos fue por no limitarnos a nosotras mismas", explican.