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En una ciudad universitaria como Santiago, a ciertas edades resulta fácil hacer nuevas amistades y difícil quedarte en casa una tarde. Sin embargo, hay mucha gente que llega a la ciudad sin ninguna compañía y les puede resultar complicado entablar nuevas amistades. Para que esto no pase, el grupo de WhatsApp Coleguiñas, formado por más de 1.000 personas, plantea distintos planes todos los días en la capital para todas las edades y gustos.

Julia está detrás de este multitudinario grupo. La idea surgió en 2018 cuando llegó a Santiago desde su Vilanova de Arousa natal; en Compostela se encontró con que no tenía con quién quedar para disfrutar de la ciudad.

"Había muchísimas aplicaciones para ligar, en ellas yo intentaba hacer amigos y no hay forma, porque claro, todos buscan lo mismo", comenta Julia sobre el inicio. Fue precisamente a través de una aplicación, Meetup, bastante famosa en otros países para hacer quedadas, donde puso la primera quedada.

"Es una aplicación bastante famosa en otros países, yo la conocía cuando había estado en Londres", explica Julia. Este primer encuentro fue en el antiguo bar La Liga, situado en la Plaza do Toural, a él se apuntaron ocho personas que no se conocían de nada unos de otros.

"La siguiente vez que repetimos, repitieron seis y había otras siete personas nuevas, y así fuimos sumando", una cantidad que ya suma alrededor de 1.045 personas en la comunidad de WhatsApp, sin contar redes sociales donde en Facebook reúnen a más de 2.200 personas.

Las actividades que realiza el grupo son tan variadas como la gente que lo conforma: visitas a museos, ir al cine, scape rooms, camas elásticas, concursos de tortilla de patatas o rutas de senderismo, un plan que suele tener bastante éxito según Julia.

"Gusta mucho ir a buscar setas, esa clase de cosas triunfan siempre, y las quedadas semanales para practicar idiomas", explica la creadora, donde cada semana un grupo practica inglés, pero también francés o gallego. "Hay gente que viene a Santiago y quiere aprender gallego y no conoce la lengua para nada, entonces hay gente de aquí que la ayuda. Es una forma muy bonita de aprender el idioma", aclara Julia.

Hasta realizan viajes como a Oporto o a Malta, donde Julia comenta que les pilló el confinamiento por el COVID, "nos quedamos allí como 15 personas en un hotel encerrados".

Esta comunidad la conforman perfiles de gente muy variada, desde estudiantes hasta personas que se acaban de jubilar. La media principal de edad ronda entre los 35 y 45 años, pero Julia resalta que es un grupo "variadísimo".

"A mí me encanta ver a gente de setenta y pico años cerrar el Maycar o ir a las camas elásticas. Yo los veía con miedo, en plan “no les vaya a pasar nada” y al final los primeros saltando eran ellos", bromea Julia.

Organizar y asistir a las actividades es tan fácil como comentarlo por el grupo, "planes cotidianos basta con decir por el grupo: “Oye, ¿quién viene?”, y de pronto se apuntan diez personas", dice Julia.

"Yo igual no controlo nada de fotografía, pero una persona que sí lo haga te ofrece hacer un tour por las luces de Navidad de Santiago y te enseña unas pautas para sacar fotografías y queda genial. Todo el mundo aporta un poco", añade.

Para Julia el plan ideal para disfrutar en Santiago es "echarte el día fuera". "Echarte una tarde en el Cineuropa, ir un martes al Momo a escuchar a Ricardo tocar versiones de Joaquín Sabina y luego a un concierto en la Sala Capitol a las 10. Ya tienes un plan estupendo".

Coleguiñas es un espacio de socialización, pero también psicológico. "Hay gente que ha venido porque está pasando un momento difícil, casos de divorcio o gente que se ha tenido que desplazar y ahora está lejos de su familia, sobre todo en la pandemia cuando había mucha gente que se agobiaba en casa", comenta la creadora que espera que este grupo ayude un poco "como a mí me ayudó".

Aunque Julia admite que puede haber gente que tenga cierto miedo a lo desconocido y a los desconocidos, explica que siempre se quedan en sitios públicos y que siempre dice que "de más de 1.000 personas; si no te caen bien los que están hoy, te caerán bien los que vengan mañana" y también menciona que hay una gran tasa de repetición, algo que "a mí me hace muy feliz".

Los lazos de amistad que surgen en este grupo son tan fuertes que los padrinos de la propia boda de Julia los conoció en Coleguiñas. También menciona que una chica entró en el grupo donde conoció a otra persona, "aunque quiero hacer énfasis en que es para hacer amigos", se casaron y hace cinco meses han tenido una hija.