La agresión sufrida este fin de semana por un vigilante de seguridad del hospital de Oza, en A Coruña, al que un paciente mordió en la oreja, ha sido el detonante definitivo para que los sindicatos USO y UGT acuerden un calendario de movilizaciones en A Coruña y Santiago. Ambas organizaciones reclaman medidas urgentes para reforzar la seguridad en los centros sanitarios ante el aumento de episodios violentos.
Según han acordado esta misma tarde, las protestas arrancarán el lunes 22 de diciembre en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC). La siguiente movilización tendrá lugar el miércoles 7 de enero ante la Consellería de Sanidade, en Santiago de Compostela.
Y ya a lo largo del mes, el calendario continuará el miércoles 21 de enero en el Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS) y finalizará el miércoles 28 de enero con una nueva concentración frente a la Consellería de Sanidade, también en la capital gallega.
Desde la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada de Galicia (USO) insisten en que la agresión ocurrida en Oza -en la que la víctima perdió parte de la oreja- "no es un caso aislado". Recuerdan que en los últimos meses se han producido otros ataques al personal sanitario y de seguridad, como el registrado en septiembre en Carballo o el ocurrido en febrero en el CHUAC, donde un paciente agredió con un arma blanca a un enfermero y a un vigilante.
El secretario de la organización, Javier Souto, subraya que los sindicatos llevan tiempo advirtiendo de la falta de medios y reclamando una respuesta "rápida y urgente" por parte de la Consellería de Sanidade, para que esta convoque una reunión con el objetivo de mejorar las propuestas de los sindicatos respecto a la seguridad del personal.
USO y UGT recuerdan que antes del verano presentaron una batería de propuestas para mejorar la seguridad en los centros sanitarios y que, pese al compromiso de retomar las negociaciones después del periodo estival, desde el mes de octubre no han recibido respuesta.
Entre las principales demandas figuran la unificación de criterios en toda Galicia mediante un protocolo común, el aumento de personal de seguridad, la dotación de medios de autoprotección —como sprays de gel o escudos ante posibles agresiones con armas blancas— y una mejor formación para afrontar situaciones de riesgo.
Los sindicatos denuncian además desigualdades entre áreas sanitarias, ya que mientras en algunas, como la de Santiago, los vigilantes disponen de ciertos recursos, en otras, como A Coruña y Cee, carecen de ellos.
Por el momento, el Sergas no se ha pronunciado al respecto, mientras que el pasado mes de noviembre, Sanidade aprobaba la modificación de la Lei de Saúde de Galicia, que entrará en vigor el próximo año, y que contempla medidas preventivas, más sanciones e incluye la violencia digital.
