Galicia está arrasada por las llamas, una situación que pone en jaque a miles de hectáreas calcinadas. Montes de gran valor ecológico y pueblos enteros que han sido devorados. Debido a los pocos medios y equipos de emergencias, son muchos los vecinos que se han lanzado a los montes a tratar de apagar el fuego con lo que tienen, sin las medidas de protección óptimas.
Más allá de la tragedia de perder montes, terrenos, pueblos y casas, las consecuencias para la salud pueden ser graves. Además de las quemaduras a las que nos exponemos ante incendios de este calibre, las enfermedades respiratorias pueden llegar a ser graves. Hemos hablado con el doctor Pedro Marcos, médico adjunto del Servicio de Neumología del CHUAC (Hospital de A Coruña).
"El humo de los incendios también quema los pulmones"
El avance de los incendios forestales en Galicia no solo está arrasando miles de hectáreas de monte, sino que también pone en riesgo la salud de la población. El neumólogo Pedro Marcos advierte que la exposición al humo puede tener consecuencias respiratorias graves, especialmente en aquellos pacientes que tengan patologías previas.
"El humo no solo abrasa los montes, sino que también pone en peligro la salud respiratoria de todos los ciudadanos", afirma Marcos. Aunque una persona sana puede no experimentar síntomas con una exposición breve, la inhalación prolongada de las partículas contaminantes puede desencadenar complicaciones, incluso en quienes no presenten enfermedades previas.
Los más vulnerables, advierte el especialista, son los pacientes con enfermedades respiratorias como asma o EPOC. "Les cuesta respirar más, pueden tener que aumentar la medicación para abrirles los bronquios e incluso alguno termina en un punto de atención continuada, incluso en urgencias", explica.
En casos más graves, como en trabajadores expuestos directamente al fuego -bomberos o personal voluntario- pueden producirse edemas en las vías respiratorias o traqueobronquitis severas.
Entre las sustancias más peligrosas que se liberan en el aire durante un incendio se encuentran partículas de menos de 2,5 micras, capaces de penetrar en los pulmones y llegar al sistema cardiovascular. "Está descrito que se puede asociar a arritmias o descompensaciones de una insuficiencia cardíaca", indica Marcos.
El médico subraya que la distancia al fuego no garantiza seguridad: "El humo del incendio no entiende de distancias. Aunque no veamos las llamas, el aire puede estar muy cargado". Por ello, recomienda a la población en zonas afectadas mantenerse en interiores, cerrar ventanas y utilizar mascarillas FFP2, que filtran hasta el 98% de las partículas finas.
Además, anima a consultar herramientas digitales que permiten monitorizar la calidad del aire en tiempo real. "Están a golpe de teléfono". Estos sistemas ayudan a tomar decisiones sobre cuándo es seguro salir y son muy útiles para conocer los niveles de estas micro partículas en el aire.
Finalmente, Marcos insiste en que cualquier persona que experimente síntomas persistentes -tos, fatiga, dificultad para respirar- acuda al médico, ya que el humo puede revelar patologías respiratorias previamente latentes.
"Hay que cuidar, sobre todo, a los enfermos, mayores, niños y pacientes respiratorios. Su salud depende del aire que respiran", concluye.
Galicia se enfrenta no solo a un problema ambiental, sino a una amenaza directa para la salud pública.
