En esta época en la que el frío es el principal protagonista, los platos de cuchara cobran especial importancia, ya que son recetas muy calentitas que apetecen mucho en los días de bajas temperaturas muy habituales en Galicia. En este contexto, las legumbres se posicionan como un elemento fundamental en la dieta gallega, como por ejemplo los garbanzos en el cocido o las habas en el caldo. De estas últimas tienen mucha fama las originarias de un municipio de la Mariña Lucense, que son muy apreciadas por su sabor y textura, además de que simbolizan una rica herencia culinaria de la comunidad. Se trata de las fabas de Lourenzá (Lugo).
En Galicia tenemos recetas típicas en todas las épocas del año, pero si hay algo que está muy claro es que en todas destacan los productos frescos de temporada. Por eso, en el invierno apetece mucho sentarse a la mesa rodeado de buena compañía con un plato de cuchara que nos haga entrar en calor. Si pensamos en productos de temporada y platos calientes nos viene a la mente las legumbres y, hablando de legumbres, inevitablemente pensamos en las habas.
Fabas de Galicia con garantía de origen y calidad
Faba de Lourenzá, indicación geográfica protegida.
Las fabas de Lourenzá cuentan con una calidad superior debido a las características del suelo y las técnicas empleadas durante su cultivo. Esta composición y naturaleza del suelo, junto al clima de Lourenzá caracterizado por las abundantes lluvias en invierno, favorecen, y mucho, al cultivo de la faba, obteniendo un producto de sabor destacado, textura agradable y color brillante.
Cuenta con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que significa que las fabas de Lourenzá cumplen controles de calidad establecidos por el órgano regulador. Para que así sea, siempre se venden envasadas con su etiqueta correspondiente, nunca a granel. De esta forma se garantiza que es un producto que ha seguido los estándares de producción.
Desde la web de fabadelourenza.org afirman que "presenta unas características cualitativas que la diferencian de otras alubias y que la hacen muy demandada por los consumidores. Posee una calidad culinaria excepcional motivada por su escasa proporción de piel (entre 8-10%); por su elevada capacidad de absorción de agua, superior al 100%; y por su comportamiento en cocción, consiguiéndose al final del proceso granos enteros y completos, en los que destaca la pastosidad de su pulpa, exenta de grumos y escasamente diferenciada de la piel". Con todo ello es especialmente conocida como 'la Faba Galaica'.
Existen numerosas festividades dedicadas a la faba, aunque merece especial mención la "Festa da Faba de Lourenzá", que se celebra el primer fin de semana de octubre desde 1991. Una fiesta que ganó el reconocimiento de la Xunta de Galicia en el año 2001 al ser declarada fiesta de interés turístico.
La 'Faba Galaica' y sus propiedades
Siembra de las fabas entre los meses de mayo y junio.
Desde 1974 las fabas son las protagonistas de varias ferias celebradas en el Valle de Lourenzá, pero no sería hasta 1960 que el cultivo de la faba gallega se comenzaría a incentivar. A partir de este año en la Mariña Lucense, especialmente en Vilanova de Lourenzá, se incrementó de forma considerable la siembra y producción de fabas, alcanzado niveles elevados de calidad gracias a las condiciones de la tierra y a las técnicas y buen trabajo de los agricultores, que se mantienen a día de hoy.
Las recetas gallegas que llevan incluidas fabas son incontables, pues las puedes combinar en multitud de platos exquisitos. Puedes darle el toque estrella al caldo gallego, conseguir fabadas de la mayor calidad con este producto que eleva el sabor, combinarlas con platos de almejas, mejillones o pulpo y, como no podría ser de otra forma, también con diferentes tipos de carnes.
Las opciones son muy diversas, solo tienes que atreverte a hacer combinaciones que potencien el sabor de este exquisito producto gallego.
La faba es ideal si tienes un colesterol alto, pues contiene una buena cantidad de fibra soluble que favorece la concentración saludable de las grasas en la sangre. Así, tienes mayor facilidad a la hora de combatir problemas de carácter cardiocirculatorio. Además, también te ayudan a mejorar el tránsito intestinal y a reducir la velocidad de absorción de azúcares.