Si últimamente has pasado por la zona de Riazor, especialmente por Manuel Murguía y la rotonda del pavo real, seguramente te hayas hecho la misma pregunta que muchos coruñeses: ¿por qué aquí huele raro?
Algunos dicen que recuerda al ajo, otros a la cebolla y no faltan quienes bromean asegurando que huele directamente a marihuana. Aunque las risas y los comentarios están servidos, la explicación es mucho más sencilla (y botánica) de lo que parece.
El responsable del peculiar aroma es una planta que el Concello de A Coruña ha utilizado en la mediana de esta zona: la Tulbaghia violácea. Se trata de una planta bulbosa muy resistente, muy utilizada en jardinería urbana por su bajo mantenimiento y su capacidad para aguantar todo el año sin necesidad de ser reemplazada cada temporada.
El problema —o la curiosidad— llega cuando se planta en grandes superficies. Especialmente en primavera y verano, cuando florece y suben las temperaturas, su olor se intensifica notablemente.
Ahí es cuando, si pasas caminando o bajas la ventanilla del coche, el aroma puede resultar sorprendente. Según explican desde el Concello, huele "más bien a ajo", algo lógico si tenemos en cuenta que pertenece a la familia de las cebollas y los ajos, aunque no es un allium como tal.
Planta en la mediana de Manuel Murguía
Para entenderlo mejor, hablamos con María José, experta en flores y jardinería de la floristería El Rincón Verde, situada cerca de la plaza de Galicia. Ella lo tiene claro: "Es una planta de bulbo que se da muy bien y que se está usando mucho ahora porque es sostenible. No hay que cambiarla cada tres o cuatro meses como las plantas de temporada, se planta y ahí queda".
"Igual que las rosas huelen a rosas, pues esta huele a cebolla", ríe. En este caso, el olor se nota sobre todo cuando tiene flor y con el calor, algo habitual en muchas especies: "Huele como a cebolla, no es desagradable, pero llama la atención. Con el calor los olores se potencian, igual que pasa con el galán de noche en el sur, que allí huele muchísimo más".
La Tulbaghia no está sola. En A Coruña también se están plantando agapantos, lavandas o salvias micrófilas, como las que puedes ver entre la avenida de Finisterre y Alfredo Vicenti, con flores rojas y blancas. Todas ellas comparten la misma filosofía: menos cambios, menos gasto y más respeto por el entorno.
Así que no, no es marihuana ni nada raro. Es simplemente jardinería urbana sostenible… con un olor que no deja indiferente a nadie. La próxima vez que pases por Riazor y frunzas la nariz, ya sabes a quién echarle la culpa: a las flores.
