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Santiago es una ciudad llena de encanto, conocida por su rica historia y ser el destino final del Camino de Santiago. Su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, es un laberinto de calles de piedra que cautiva a locales y visitantes.

El callejero del casco antiguo de Santiago de Compostela alberga una infinidad de bares, tiendas y monumentos de interés, además de contar con la calle más estrecha de Galicia y la segunda más estrecha de España, con 70 centímetros de anchura.

Tiene un ancho similar al de una puerta

La rúa da Oliveira es tan estrecha que difícilmente dos personas la pueden cruzar al mismo tiempo. En su punto más estrecho, de apenas 70 centímetros, la calle tiene un ancho similar al de una puerta estándar, lo justo para que solo pueda pasar una persona a la vez.

No obstante, la rúa da Oliveira es bastante ancha en su origen, en la praza da Oliveira, pero se va estrechando conforme se acerca la iglesia neoclásica de Santa María do Camiño, llegando a apenas 70 centímetros, solo superada por los 41 centímetros del callejón situado en Urriés (Zaragoza).

Esta singularidad la convierte en un atractivo curioso para los visitantes, que pueden hacer una parada en la tapería y bar A Gamela, cuya terraza se encuentra en otra calle muy llamativa, la rúa de Sae Se Podes, que significa "sal si puedes", ya que da acceso a una plaza sin salida.

En este marco, la rúa da Oliveira tiene competencia en Santiago: la Ruela de Entrerrúas, con 90 centímetros de anchura, situada entre la rúa Nova y la rúa do Vilar, una zona de paso habitual para quienes caminen entre la Alameda y la Catedral de Santiago. De hecho, muchas personas, incluidos los vecinos de la propia capital gallega, piensan que esta es la calle más estrecha, pero no es así.

El hecho de que la rúa da Oliveira sea una zona menos transitada le ha restado popularidad. Aun así, goza de una privilegiada ubicación: se encuentra a apenas 8 minutos de la praza do Obradoiro.