El rural gallego está experimentando un auge entre la población más joven, impulsado por el interés de una vida más tranquila y la desconexión del ritmo acelerado de la ciudad.
La pandemia de la Covid-19 disparó el interés por la compra de casas en entornos rurales. Años después, Claudia, una andaluza de 29 años, inicia una nueva vida en un pequeño núcleo muy cerca de Santiago de Compostela.
Una nueva vida en el rural
Claudia y Javier
Claudia y su pareja, Javier, llegaron a Madrid en busca de oportunidades laborales -que lograron encontrar-, pero con la irrupción de la pandemia de la Covid-19 comenzaron a hacerse una pregunta: ¿dónde querían vivir?
"Somos unos enamorados del norte y de la naturaleza, y como tenemos familia en Galicia, decidimos probar. La tierra nos conquistó y cuatro años después, aquí seguimos", confiesa Claudia a este medio.
Conscientes de la situación del mercado inmobiliario, Claudia y Javier decidieron comprar una vivienda después de haber vivido más de 10 años de alquiler.
"Cada vez es más difícil encontrar una vivienda que se adecúe a tus necesidades; como personas jóvenes se lleva una parte de sueldo muy importante", lamenta la joven andaluza.
La pareja tenía claro que deseaba una vida más en contacto con el modo rural y la naturaleza. Tras una larga búsqueda, encontraron la casa de sus sueños a solo 15 o 20 minutos de Santiago de Compostela.
"La aldea nos encantó y la casa tiene mucha historia", señala Claudia. "La familia que vivió ahí hizo la casa de arriba a abajo, y nuestro sueño era mantener esa esencia con vida, darle una segunda oportunidad y hacer nuestro lo que fue el proyecto de una familia en su momento".
En cuanto a los retos que están enfrentando, Claudia indica la dificultad que implica comprarse una vivienda con menos de 30 años. "Es tremendamente complicado, aunque nosotros hemos tenido mucha suerte", confiesa.
Por otro lado, el segundo gran reto es adaptarse a la vida en el rural, especialmente por la dependencia del coche para prácticamente cualquier desplazamiento.
"No es algo que nos pille de nuevo porque yo soy de un pueblo de Andalucía, pero es verdad que cada territorio tiene sus propios retos. En Galicia, por ejemplo, una de las cosas que a mí más me dificulta es la dependencia del coche", dice Claudia.
"La vida rural tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes. De momento creo que nos estamos adaptando bastante bien; estamos deseando mudarnos de manera permanente", agrega.
En cuanto a la impresión de su familia y amigos, la decisión sorprendió a muchos, pero la vida en el rural es algo que conocen. "Conocen la calidad de vida, el sentido de comunidad que se genera en las aldeas y el contacto con la naturaleza", apunta.
Después de compartir un vídeo de la casa que rápidamente se hizo viral en TikTok, la pareja también ha comenzado a recibir muchos mensajes de personas interesadas en su experiencia. "Hay mucha gente que sueña con hacer esto realidad y que no sabe por dónde empezar".
Oportunidades en el rural gallego
Javier y Claudia
Claudia y Javier juegan con una ventaja importante: ambos teletrabajan desde casa. "Sabíamos que queríamos mudarnos a una zona rural, pero también sabíamos que tenemos que comer. Por eso, uno de los requisitos que pusimos a la hora de buscar casa fue que tuviera conexión de fibra óptica".
El rural gallego ofrece un gran abanico de posibilidades, aunque "depende mucho del sector al que te dediques". "Siento que últimamente está volviendo la presencialidad, pero hay muchas profesiones nuevas que hoy en día no se tienen por qué llevar a cabo de manera presencial".
Para Claudia, "es importante avanzar para poder renovar las personas que viven en los territorios". "Si no viene gente joven y no continúa la vida de alguna manera en esos territorios, acaban muriendo", lamenta la joven andaluza.
Comprar una casa en una zona despoblada conlleva una reducción de impuestos. "Es algo muy beneficioso a la hora de comprar una vivienda, pero al mismo tiempo, es una realidad que da miedo porque hay que intentar combatir para conservar la vida y la riqueza cultural que aporta el medio rural".
"No es una vida para cualquiera, pero recuperar el método de vida tradicional desde el punto de vista de la sostenibilidad, es beneficioso y animaría mucho a la gente joven a planteárselo", concluye Claudia.