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El pasado miércoles, a las 09:00 horas, la plantilla de Ryanair de Santiago de Compostela fue convocada a una reunión. En ella conocieron lo que el CEO de la compañía, Eddie Wilson, anunciaba en Madrid poco después: la compañía cerrará su base en Santiago, con una reducción del 80% de los vuelos, y cancelará todos los vuelos a Vigo, además de otros recortes en distintos puntos de España.

"Todos éramos conscientes de que la carga de trabajo este verano estaba siendo muy floja, así que teníamos la mosca detrás de la oreja", cuenta una de las personas que forma parte del personal de aire de la aerolínea en Santiago y que prefiere no compartir su nombre.

Los próximos 25 y 26 de octubre tendrán lugar sus últimos vuelos. Ahora, tanto ella como sus compañeros hacen frente a un futuro con muchos interrogantes.

"Esto va a dejar a un montón de gente en la calle"

"La mayoría somos de aquí. Aquí prácticamente todos tenemos casa, nuestra familia... Hay gente que lleva 20 años en la compañía y tiene su vida montada, con sus parejas trabajando aquí y los hijos en el colegio. E incluso los que son de fuera quieren quedarse. La gente no es consciente de que no solo somos azafatos y pilotos, somos también personal de tierra, de limpieza y todo. Esto va a dejar a un montón de gente en la calle", apunta.

Tras la reunión informativa, la compañía abrió un turno de preguntas para las cuales la respuesta mayoritaria fue "no sabemos".

Esta persona explica que para el cerca de un centenar de trabajadores de aire la aerolínea plantea cambios de base, aunque con pocas probabilidades de continuar en España. Incluso en ese supuesto, el cambio dificultaría la conciliación con su vida personal. "Podrías pasar la semana laboral en Málaga, por ejemplo, y volver en tus días libres, pero han quitado las conexiones", critica.

Los motivos que Ryanair esgrime a sus trabajadores para estos recortes son lo reiterados estos días por su consejero delegado: la subida de tasas aeroportuarias de Aena y una baja rentabilidad.

Esta persona cuestiona el aspecto de la rentabilidad en un aeropuerto en el que se suprimieron conexiones con destinos como Milán-Bérgamo —retirada a finales del 2024— con aviones que habitualmente iban "llenos". "Bajo mi punto de vista Santiago podría dar muchísimo más rendimiento del que da con conexiones internacionales como Bérgamo o Edimburgo. El pasajero extranjero consume muchísimo a bordo", apunta.

Con el anuncio, el ambiente entre los trabajadores es de disgusto y preocupación. "Nadie tiene mucha idea de qué va a hacer", apunta esta persona, que señala que tampoco saben si, en caso de reapertura de la base en Santiago, este personal tendría prioridad para regresar. También desconocen si con el cambio de base mantendrán sus categorías laborales.

"Estamos todos desubicados. Está todo en el aire", añade.

Anuncio con muy poca antelación

A todo ello se suma la poca antelación del anuncio. En el caso de Santiago, el cierre de la base está previsto para el inicio de la temporada de invierno en el último fin de semana de octubre. "Contábamos en todo caso con que fuera el año que viene, no el mes que viene. Tienes muy poco tiempo para pensar en algo tan importante como qué hacer con tu vida", subraya la persona entrevistada.

Una de las esperanzas para el personal de Santiago está en el Xacobeo del 2027, para cuando esperan que una mayor demanda motive a reabrir plazas.

"La ciudad de Santiago y el Camino en general se van a ver muy afectados. No somos solo nosotros", concluye esta persona.

Desde el gobierno local, la alcaldesa Goretti Sanmartín ha afirmado estar dispuesta a dialogar con todas las partes y ha instado a la Xunta de Galicia a "pilotar" las conversaciones. Por su parte, en la tarde del jueves el Gobierno gallego pedía al Ministerio de Transportes una reunión para abordar esta situación y que se convoque el Comité de Coordinación Aeroportuaria de Galicia.

La CIG se muestra preocupada por cómo afectará el cierre de Santiago al personal de la compañía

En el caso del personal de tierra todavía se desconoce cómo afectará el cierre de la base de Ryanair en Santiago de Compostela.

La Confederación Intersindical Galega (CIG) mostraba este jueves su preocupación por el futuro de estos puestos de trabajo con un recorte que está generando "miedo" entre los 92 trabajadores de pasaje y rampa ubicados en el aeropuerto compostelano.

Según informa Europa Press, la CIG ha indicado que está a la espera de conocer la programación de vuelos de invierno de la compañía, en la que con toda probabilidad se reducirán "mucho" los vuelos que lleguen a Santiago.