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La calle Panaderas, en A Coruña, ha ido limpiando en los últimos años sus desgastadas fachadas, los frentes que han ocultado solares abandonados o inmuebles deshabitados temporal o permanentemente.

Entre los primeros estaban los números 14 y 16, a la izquierda de la Casa Museo Casares Quiroga, donde se rehabilita un ruinoso edificio para convertirlo en viviendas de lujo. Entre los segundos está el número 19, casi enfrente, con otra reforma residencial en proyecto.

La particularidad de esta futura rehabilitación es que se localiza en un inmueble construido antes de 1960 con protección estructural que el Concello, ya en el mandato del PP (2011-2015), tenía previsto adquirir para establecer una conexión pública entre las calles Panaderas y la plaza de San Agustín, adonde da la parte trasera del edificio.

Lo que se proyecta ahora es una rehabilitación del inmueble, de ocho viviendas, según la actuación que en el último año ha pasado en más de una ocasión por la comisión de expertos que asesora sobre intervenciones en el ámbito del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de Ciudad Vieja y Pescadería.

Frente del edificio del número de 19 de Panaderas, con balcón y galería. Quincemil

El último dictamen recoge que para que el proyecto sea viable, el propietario del edificio, que no es el Concello sino un inversor privado, tiene la obligación de elaborar un estudio histórico con la evolución del inmueble. También debe aportar otro proyecto sobre los trabajos arqueológicos necesarios con la supervisión e información del arqueólogo municipal.

Un paso en línea recta

El proyecto mantiene la creación de un "paso público" con un itinerario "accesible que tenga en consideración los aspectos específicos de los edificios sin deturpar sus valores catalogados". "Lo más razonable", indica el último dictamen, es que ese paso proyectado "sea recto".

El plan está desde finales del año pasado en fase de consultas urbanísticas. De lo poco que se sabe (el Concello no proporciona más información), hay referencias, según los dictámenes previos de la comisión asesora, a una propuesta de fachada con galería acorde con los frentes de inmuebles colindantes, así como eliminar un elemento saliente del patio.

El edificio no podrá ser vaciado, como pretendía su propietario, al contener elementos con protección estructural (nivel III), uno de ellos una escalera interior "singularmente protegida".

Un proyecto estancado

Según su ficha en el catálogo de protección, el inmueble del número 19 de Panaderas tiene una superficie construida de 692 metros cuadrados con espacio para cuatro viviendas y un local en planta baja. Ahora se proyectan ocho pisos.

Parte trasera del edificio de Panaderas, con vistas a la plaza de San Agustín. Quincemil

La propiedad del edificio corresponde a una "única persona física". Antes pertenecía al Arzobispado de Oviedo, que lo había cedido a una fundación dependiente del Principado de Asturias, a quien se lo ha comprado el actual propietario que proyecta la rehabilitación.

El arzobispado y el Ayuntamiento mantuvieron negociaciones en la década pasada para que el bloque pasase a titularidad municipal y el Concello pudiese planificar la conexión entre Panaderas y San Agustín. No hubo acuerdo, pero la solución de paso público entre las dos calles se mantendrá, según los dictámenes urbanísticos del proyecto privado.

Un entorno en renovación

Los vecinos de Panaderas se han acostumbrado a andamios de obra en los últimos años. Su instalación responde a la reforma de edificios, como el del número 55 junto al comercio La Casa de las Zapatillas, actualmente en marcha.

Más llamativa es la rehabilitación conjunta de los números 14 y 16 en dos solares que durante décadas estuvieron en estado ruinoso. Según el proyecto original en el que se han basado la constructora Desarrolla y la agencia inmobiliaria Ünique Singular Properties, habrá cuatro dúplex de entre 180 y 230 metros cuadrados, dos viviendas de planta única de entre 130 y 145 metros, y un bajo comercial de 60 metros cuadrados.

Cerca de Panaderas, se están ejecutando otras reformas, entre otras las de tres solares contiguos en Estrecha de San Andrés, y la de un edificio entero con fachadas a las calles Orzán y Cordelería que empezó hace un año y medio.