A Coruña ha estrenado esta semana nueva zona comercial. Después de un año, las obras en la calle de San Andrés han finalizado y esta vía se perfila como un nuevo bulevar en el que el protagonista es el comercio local. Antes, otras grandes intervenciones en la ciudad ya dieron muestra de la relación entre urbanismo y comercio.
"Todo aquello que facilite la movilidad de las personas, que la haga cómoda y más accesible, es bueno para el comercio. El comercio necesita que la gente pueda acceder a él con facilidad, con comodidad y que sea visible", subraya José Luis Boado, presidente de la Federación Unión de Comercios Coruñesa (FUCC).
La reforma de la plaza de Lugo y otras intervenciones
Es el caso de la plaza de Lugo. A principios de los años 2000, hace ahora unos 25 años, se produjeron unas obras que tuvieron como resultado la imagen actual: una plaza renovada, una calle peatonal y más comercio, sobre todo especializado en moda.
Rolando de Jesús, actual secretario del Distrito Picasso, ya formaba parte de la asociación cuando tuvo lugar la reforma, que fue una petición a la alcaldía de la propia organización.
"Entonces la presidenta era Belén Chaver y quería potenciar la zona haciendo un centro comercial abierto. Para ello se necesitaba peatonalizar por lo menos una calle, y la plaza de Lugo ya era atractiva arquitectónicamente por los edificios modernistas que la rodean", recuerda el secretario.
De esta forma, la calle que une Picavia con Payo Gómez fue la primera en peatonalizarse del distrito.
Las obras, sin embargo, no se produjeron sin tensión. "Estuvieron dos años con todo levantado y acceder a esa parte comercial suponía un enorme problema. Se generó bastante polémica dentro de la asociación", explica, a lo que añade que "siempre quedó la pena de no haber previsto alguna compensación".
"Con la reforma se pusieron comercios que miraban a la calle, así que no solo servía como mercado municipal, sino que también potenciaba la zona comercial"
A pesar de este esfuerzo, el resultado fue "muy bueno". Rolando señala que "no hubo un cambio drástico en la plaza. Se mantuvo la misma estructura y se cambió el tejado, aprovechando además para poner comercios que miraban a la calle, así que no solo servía como mercado municipal, sino que también potenciaba la zona comercial".
Otro de los puntos claves de esta reforma fue el párking subterráneo, porque el centro "tiene un problema importante de aparcamiento".
La renovación atrajo a más comercios a una de zona ya de por sí atractiva. "Muchas marcas trasladaron al Distrito Picasso su actividad, así que sí que tuvo un efecto positivo comercialmente hablando", señala. Según la asociación, en las últimas dos décadas el comercio aumentó un 65% en la zona.
Mucho más actual es la peatonalización de Alcalde Marchesi en el barrio de Cuatro Caminos. De acuerdo con datos municipales, a fecha de septiembre del 2024 en esta misma calle se expidieron cerca de 30 licencias para distintos tipos de negocio.
Alcalde Marchesi tras la renovación.
Estas son unas cifras similares a las que presentan otras zonas recientemente renovadas, como las 34 de Emilia Pardo Bazán o las 19 de Fernández Latorre.
En el barrio de Cuatro Caminos, las reformas en el entorno de la Fábrica de Tabacos potenciaron en primer lugar a la hostelería. Sin embargo, esta hace un tándem con el comercio, tal y como explica el presidente de la FUCC.
Por este motivo, en la zona más próxima a los dos centros comerciales del barrio se concentran este tipo de negocios. "El comerciante se instaura donde ya hay gente comerciando. Por proximidad de objetivos, y de oferta, se ponen todos juntos", indica Boado.
Los comerciantes de San Andrés están ilusionados
La última incorporación a las zonas comerciales renovadas es la de San Andrés. "Los comerciantes están muy ilusionados con el cambio", comenta Carolina Carrillo, presidenta de la Asociación Zona Comercial Obelisco.
Exterior de la pastelería Pandejuevo, en la calle San Andrés de A Coruña.
Esta reforma, que ha dejado en la vía aceras más anchas, vegetación y más mobiliario urbano es una esperanza para que la calle "reviva".
Carrillo comenta, además, que esta obra puede beneficiar a los comercios más allá de San Andrés. "Ha sido un cambio brusco, pero seguramente repercuta en otras zonas también", explica.
"El comercio tiene una función atractora"
Esta renovación ha aumentado ya el interés por la zona. Según explica Boado, "el comercio tiene una función atractora y de concentración de gente", por lo que es habitual que donde ya haya negocios nazcan otros nuevos. Ahora, la preocupación de la asociación y de algunos comerciantes está en una posible subida de los precios de los alquileres.
Para el presidente de la FUCC, la reapertura de San Andrés es, además, una ventaja para todo el comercio de barrios como Monte Alto u Orillamar. "Toda esa zona se va a ver beneficiada porque va a ser más accesible, tanto en la entrada como en la salida", apunta.
El tráfico y el aparcamiento, las grandes tareas pendientes
"La humanización es un atractivo para el comercio y la hostelería siempre y cuando se pueda acceder a ellas fácilmente", señala Boado.
Por eso, aunque apoyan la necesidad de peatonalizar, desde la FUCC explican que esta debe ir acompañada de "servicios que faciliten el acceso a esas calles".
Boado invita así a crear "conciencia de ciudad" usando más el transporte público, aunque para ello "este tiene que tener líneas adecuadas a las necesidades".
"Hay que hacer ciudades accesibles", resalta.