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Psicología para perros en Galicia: "Sienten y padecen y eso hay que canalizarlo"

Luisa Hernández es educadora canina y dirige el centro Canciños, donde ofrecen una educación para perros respetuosa y centrada en sus emociones
Luisa, creadora de Canciños, con varios perros
cedidas
Luisa, creadora de Canciños, con varios perros

Los animales también tienen emociones y se les puede ayudar a canalizarlas. Esa es una de las labores que se realizan en Canciños, una escuela gallega donde ofrecen una educación para perros respetuosa, alejada del concepto tradicional de adiestramiento, y orientada a evitar o resolver problemas de conducta. El proyecto corre a cargo de Luisa Hernández, una gallega amante de los animales, y su pareja, que hace cuatro años decidieron hacer realidad su sueño de dedicarse a lo que más les gustaba.

Hernández siempre tuvo perros "desde pequeñita" pero laboralmente fue "por otros caminos" y llegó a trabajar en un laboratorio o como Emisorista en Galicia. Sin embargo, hace cuatro años se acabó lanzando a la piscina y decidió formarse como educadora y poner en marcha la escuela junto a su pareja. Así nació la escuela Canciños, ubicada en San Pedro de Anca, Neda (A Coruña): "Empezamos antes del covid y tuvimos que abrir y cerrar varias veces pero seguimos resistiendo y aquí estamos", celebra.

Canciños es un proyecto de educación canina que nace con el objetivo de impartir "una educación más respetuosa", alejada del concepto tradicional de adiestramiento, que es más estricto. "Antiguamente se veía mucho más el adiestramiento militar, pero eso a mí no me encajaba con lo que era la naturaleza del animal. Yo no quería hacerlo así", resalta.

Por ello, el trabajo que hacen Hernández y su pareja es más parecido al de unos psicólogos caninos y en ese sentido, reconoce que también son "psicólogos de la gente muchas veces", ya que para que el animal mejore es fundamental que las personas que convivan con él también aprendan a comprender las necesidades del perro.

"Nosotros tenemos que actuar como psicólogos de la persona, porque el perro, si tú le aplicas correctamente las pautas, aprenden lo que le enseñas, pero necesita una persona que le guíe y le dé seguridad. Si la persona está mal, es complicado, y ahí empieza el trabajo real", relata.

"La emocionalidad del perro"

La educadora trasmite hablando el amor que le despierta este trabajo con los perros y hace hincapié en la "emocionalidad del perro". "Cuando estudias la psicología de un perro, al final estás estudiando una psicología muy parecida a la de la persona. Evidentemente no tienen un razonamiento del mismo modo, pero sí que razonan a su manera y asocian a su manera", explica.

Por ello, parte de la labor consiste en enseñarles a canalizar esas emociones para que no acaben derivando en problemas de conducta: "Ellos tienen emociones, sienten, padecen y eso hay que canalizarlo, como cuando una persona se frustra o está nerviosa, con ellos tenemos que trabajar el autocontrol, el nivel de estrés, canalizar todas esas emociones en su mundo para que no vaya más y explote", relata.

El objetivo es aprender a "entender al perro" y que éste pueda saber "que nosotros estamos ahí para lo que necesite". Para ello "el vínculo es lo primero. Sin vínculo no tenemos nada", subraya, y eso es lo primero que se trabaja. Además, como en todo, hace falta "empatía". "Yo siempre les digo que tienen que tener mucha empatía y ponerse en la piel del perro. Cuando te pones en el lugar del otro, es muy simple entenderlo", asegura.

Luisa con uno de los perros (foto: cedida)

"Cuando llegan tienen mucho estrés"

A Canciños llegan sobre todo perros que ya tienen problemas de conducta y "tienen mucho estrés", de modo que ya muestran comportamientos como "ladrar por todo", aunque también los hay que "canalizan mordiendo, o marcando pero sin llegar a morder".

Lo que es necesario entender es que esos comportamientos son reacciones a estímulos que les producen miedo o estrés. Por ejemplo, "hay perros que se se asustan o ladran en presencia de niños o cuando ven una bicicleta, bien sea porque ya tenían inseguridades de pequeños y les han ido en aumento, o por un trauma reciente como que les haya atropellado un ciclista, o viviesen de cachorros con niños que los tocaban y eso les generó inseguridad", explica Hernández.

Estos son los casos más complicados y entender el origen de ese comportamiento es fundamental para llegar a comprender al animal y poder acudir al origen del problema.

En la escuela también tratan otros casos que son más leves, como enseñar a que los perros no tiren de la correa cuando se pasea con ellos. Si bien, recuerda que eso "también es trabajo emocional". "Hay que entender por qué tira de la correa de esas raíces o por qué ladra en casa al telefonillo, porque puede haber mil motivos, puede ser por aburrimiento, porque tiene miedos, porque entonces".

Proceso de tratamiento

El trabajo con estos animales comienza con una entrevista para conocer al animal y a su dueño. En ella valoran si el perro está bien clínicamente o tiene algún problema de salud que le puede afectar al comportamiento, como una alergia. "La única manera que tiene un perro de comunicar una incomodidad es ladrando o rompiendo cosas, cada uno actúa de una de una manera diferente" recuerda Hernández.

El siguiente paso es empezar a pautar rutinas, una labora que se realiza en el propio domicilio del animal o en exteriores, "donde trabajamos emociones, la estimulación cognitiva un poco todo lo que ellos necesitan trabajar dependiendo del del perro, si es ansiedad por separación, pues ansiedad por separación, porque hay perros que no se saben quedar solos".

A partir de ahí, desde Canciños llevan un control y se mantienen en contacto con la familia del animal para ver cómo avanza y ver si hay que reconducir alguna pauta. Posteriormente, programan una visita con el perro en la calle, "ya con las emociones trabajadas en casa", cuando el animal empieza a autocontrolarse, para seguir trabajando con distintos estímulos.

Proceso de trabajo con los perros (fotos: cedidas)

En cualquier caso, Hernández recuerda que "el proceso es bastante personalizado porque nunca ponemos una sesión, ni sesiones mínimas ni nada por el estilo, porque al fin y al cabo, eh, es es que no lo puedes calcular. Nunca vas a saber cuántos días te va a llevar, pero sí, lo que tenemos muy claro y lo que queremos siempre es que sea algo. Siempre les metemos un poquito de caña, como decimos, como un entrenador personal".

Además, aparte de las consultorías de comportamiento, Canciños dispone de mentorías para personas que quieran resolver dudas antes de tener un perro, y para gente que quiera iniciarse en el sector profesional o que esté iniciándose en el más en el mundo de los perros. También ofrecen cuidado a domicilio de los animales para personas que vayan a estar fuera de casa.

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