El Español
Treintayseis
Vivir
|
Salud

Aumentan las picaduras de velutina en Galicia: ¿Qué hacer si te pican y cómo es el tratamiento?

Las avispas asiáticas han llegado para quedarse y cada vez son más las personas que sufren sus picaduras, que pueden llevar a una reacción grave

Las picaduras de velutina han aumentado en Galicia. Las avispas asiáticas han llegado para quedarse y cada año suben los casos de personas que sufren sus picaduras, que pueden llevar a una anafilaxia o reacción alérgica grave. El perfil varía y va desde personas jóvenes que no llegan a los 20 años hasta ancianos que con 80 o 90 años se siguen vacunando.

"Las picaduras de los insectos pueden ser múltiples. Los himenópteros, que son los que nos preocupan más en este caso, son abejas, abejas del país y la velutina, que es un tipo de avispa. La velutina era casi anecdótica en España y muy residual en la cornisa cantábrica, en el resto nada. Ahora ya prácticamente se considera autóctona del norte y está descendiendo más del centro al sur peninsular", explica  la alergóloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), Alicia Cosgaya.

La adrenalina, el único fármaco que demuestra supervivencia

La doctora concreta que las abejas dejan el aguijón, mientras que las avispas no, aunque la reacción puede ser igualmente local. "Si la reacción es local, como la de cualquier tipo de insecto, seguramente sea más exagerada porque el insecto es más grande e inyecta veneno. Puede ser una reacción local más exagerada, que se hinche todo el brazo, pero si es localizado, la vida del paciente no corre peligro", aclara la alergóloga.

La situación cambia si el paciente siente que le falta el aire, le cuesta respirar o tragar, que se marea, que tiene una urticaria generalizada, que vomita o tiene diarrea. Síntomas que deben alertar a cualquier ciudadano, que deberá llamar de forma inmediata al 061 o desplazarse al centro de atención sanitaria más cercano para ser atendido.

"Lo primero es adrenalina intramuscular, siempre. El fármaco de inicio es la adrenalina, y luego ya asociar corticoides, antihistamínicos, suero si el paciente se encuentra mareado o con la tensión baja... Pero el único fármaco que demuestra supervivencia es la adrenalina", explica Cosgaya.

El paciente suele remontar de forma rápida y, si no fuese así, se le volvería a administrar la medicación precisa. Este tratamiento inicial va seguido de una derivación a las urgencias hospitalarias, ya que la persona que haya recibido la picadura debe estar monitorizada y controlada en observación.

Los alergólogos ven al paciente en urgencias y lo citan para cinco semanas después con el objetivo de realizarle un estudio completo con analítica, al mismo tiempo que le dejan medicación ambulatoria, incluida la adrenalina con el autoinyector. Esto es fundamental para que la persona afectada pueda reaccionar de forma rápida en caso de que sufra una nueva picadura.

La importancia de vacunarse

Los médicos, a continuación, le plantean la inmunoterapia a las personas que han tenido una reacción grave ante la picadura de avispa asiática. "Un paciente alérgico a picadura de himenóptero tiene que vacunarse, porque sino el riesgo de desarrollar otra reacción potencialmente mortal si le vuelven a picar es elevadísimo", explica la alergóloga del CHUAC.

Las vacunas se administran una vez al mes durante cinco años en el hospital. "Si, por ejemplo, al año vemos en las pruebas que los niveles están controlados o si le han vuelto a picar y no ha tenido reacción o ha sido local, podemos plantear espaciarle la vacuna cada seis semanas", indica Cosgaya, que concreta que las dosis se pueden ir espaciando hasta los dos meses.

Muchos pacientes terminan la vacunación a los cinco años. Otros como los apicultores, los jardineros, personas que realizan labores de desbroce o trabajadores de la construcción, sin embargo, necesitan recordatorio al estar más expuestos a los insectos y se siguen vacunando de por vida, en general cada tres meses.

"Les hacemos un estudio con analítica y unas pruebas cutáneas y en función de eso determinamos. El inicio siempre va a ser una vez al mes, pero después dependiendo de la evolución de cada paciente y las pruebas que hagamos, se puede individualizar", concreta la alergóloga del CHUAC sobre estas vacunas que reciben aquellas personas de riesgo.

El kit de anafilaxia, siempre con el paciente

Otra medida es el kit de anafilaxia o medicación de rescate con antihistamínicos, corticoide y, dependiendo del paciente, adrenalina. "Al verlos en urgencias, ya les dejamos prescrito en su tarjeta electrónica un antihistamínico que puede variar, un corticoide que suele ser prednisona y les solemos dejar tres autoinyectores de adrenalina, que les enseñamos a utilizar con unas muestras que tenemos", explica Cosgaya.

Así, cuando los pacientes comienzan a generar anticuerpos empiezan a estar más protegidos y quizás no lleguen a necesitar el kit de anafilaxia, aunque deberán tenerlo con ellos por precaución, ya que no se puede saber cómo reaccionarán ante una nueva picadura. A este respecto, la doctora recuerda que es importante revisar los medicamentos y comprobar que ninguno está caducado.

"Hemos visto ya varias anafilaxias desde principio de mayo, que no suele ser nada habitual. Llevamos una semanas en las que prácticamente vemos más de uno o dos pacientes cada semana por reacciones sistémicas graves por picaduras. De lo que más estamos viendo es de velutina, y también las hay de abeja", concreta Cosgaya sobre la situación en el CHUAC.

Vivir