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Acoso escolar en Galicia: "Está pasando más y con consecuencias más importantes"

El acoso escolar se encuentra detrás de muchos de los problemas de salud mental en la adolescencia. Un encuentro abierto al público abordará este jueves en A Coruña esta problemática y sus posibles soluciones
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El pasado 2 de noviembre se celebró el Día contra la violencia y el acoso en la escuela. Coincidiendo con esta fecha, UNICEF hizo públicos datos que revelan que en Galicia uno de cada tres adolescentes es víctima de acoso (o ciberacoso) o lo ejerce contra otros compañeros. Una situación que impacta directamente en la salud mental de las/os menores y que "está pasando más y con consecuencias más importantes", señala Lorena Fernández de Jardines Vitales, entidad que organiza junto a la Fundación Salma un acto este jueves en A Coruña en el que se abordará este problema de salud pública.

La tasa estimada de victimización del acoso escolar se sitúa en el 33,7% en la comunidad gallega y, según señala UNICEF, los adolescentes tienen poca conciencia sobre lo que son conductas de acoso, lo que dificulta aún más su abordaje. De hecho, otro informe de la Fundación ANAR y Mutua Madrileña apunta que la mayoría de alumnos/as dejarían de acosar si fuesen conscientes del sufrimiento que generan.

Y es que este acoso se encuentra detrás de muchos de los problemas de salud mental que sufren los escolares, tales como la ansiedad o la depresión, así como de las conductas autolíticas e intentos de suicidio, que han experimentado un aumento en los últimos años entre las chicas y chicos a partir de los 15 años.

Según UNICEF, la víctima de acoso "podrá disminuir su rendimiento escolar y tener miedo de ir al colegio", lo que podrá conllevar una bajada de su autoestima, y un aumento de la ansiedad. "Es bastante común que se sienta sola o insatisfecha, o que incluso presente conductas autodestructivas", añade.

Además, a nivel social "podrá evitar participar en actividades con otros compañeros; sentirá desconfianza o evitará el contacto con otros. Y lo que es peor: normalizará su papel de víctima", explica.

Para tratar de abordar este problema y los retos que supone, la Fundación Salma y Jardines Vitales organizan un encuentro que tendrá lugar a las 19:30 horas en el salón de actos del Espazo Amizar de A Coruña (Rúa Gregorio Fernández 2-4). La intención es ofrecer un lugar de conversación en el que participen personas de distintos ámbitos (familias, adolescentes, profesores, psicólogos y otros agentes sociales) para tratar así de encontrar soluciones y formas de abordaje.

"Apertura a la diversidad"

El acto se organizará en tres partes y comenzará con la interpretación de tres microteatros a cargo de la escuela La Tuerka. Posteriormente, el psicólogo Aquilino Lousa ofrecerá una pequeña charla sobre el tema, que dará paso a un "círculo" abierto a todo el que desee participar donde se podrá hablar del problema.

"En ese espacio abierto veremos si realmente somos conscientes de lo que supone el acoso escolar, lo que supone que alguien tenga que ir todos los días al colegio y que lo traten mal, o lo aíslen, ¿cómo sería si a nosotros como adultos nos pasase eso en nuestro puesto de trabajo?, reflexiona Fernández.

Uno de los puntos que se abordarán será el de la educación en la diversidad, ya que "la mayoría de los casos de acoso están relacionados con el aspecto físico y con ser diferente", detalla.

Imagen de archivo de unos niños yendo al colegio (Shutterstock)

De hecho, UNICEF subraya que se hace cada vez más necesario "trabajar la apertura a la diversidad" para que los niños, niñas y adolescentes asuman "la diferencia como riqueza" y se relacionen desde la igualdad. "Nunca deberán percibir esa diferencia como un fallo que les haga culpables o inferiores", apunta en su informe.

Entre los objetivos del acto se encuentra por tanto aumentar la concienciación social sobre un problema que a menudo pasa desapercibido, ya que por sus características sucede a espaldas de los adultos, que en ocasiones tardan mucho en descubrirlo. Algo que se ve acentuado por el uso de redes sociales, haciendo que el acoso persiga a los menores hasta su casa.

Ciberacoso, un daño profundo

A este respecto, el organismo recuerda que el hecho de que el acoso se produzca de forma online no significa que sea menos grave: "Que no sea una relación física no significa que no sea real, y el daño puede ser más profundo en el mundo virtual, donde la agresión es grabada, difundida y utilizada en un contexto más allá de lo imaginable", alerta.

Entre los tipos de cyberacoso recogen el hostigamiento a través de redes sociales (amenazas, insultos, grabaciones con el móvil, publicación de datos personales...); la exclusión a través de mensajes denigrantes, bulos y rumores que humillan y menosprecian a la víctima; o la manipulación, que consiste en la difusión de material trucado o conversaciones manipuladas.

En ese sentido, UNICEF recomienda a los progenitores estar pendientes de las alteraciones en la conducta de sus hijos/as, especialmente cuando son bruscas, así como observar posibles cambios en el rendimiento académico o pérdida de interés por el colegio. Otros signos de alerta pueden ser los cambios en la alimentación o las alteraciones del sueño.

A todos ellos se suman los más evidentes: lesiones físicas, como moratones o rasguños, o que el material escolar aparezca roto o desaparezca.

Imagen de archivo de un menor mirando el móvil en el colegio (Shutterstock)

En el acto en A Coruña se pondrá igualmente el foco en otro punto fundamental para el abordaje del acoso y los problemas que conlleva: la necesidad de contar con más recursos públicos, entre los que se incluyen profesionales en los propios colegios e institutos y mayor número de psicólogos en los centros sanitarios, así como una reducción de las listas de espera en salud mental. Todo ello sumado a nuevas actividades formativas y talleres que ayuden en la prevención precoz del acoso.

Con todo, el objetivo principal de esta cita es generar un lugar en el que todas las personas afectadas puedan encontrar apoyo y sentirse acompañadas. "La gente necesita saber que no está sola cuando tiene un problema, que hay más gente a la que le está pasando, y poder escuchar a otras personas que expliquen cómo se han enfrentado a ese problema", añade Fernández.

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