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Labrecos: La granja gallega de premio que apuesta por un modelo regenerativo y sostenible

Esta iniciativa nacida en Oza-Cesuras apuesta por un modelo en el que la huerta y la granja se retroalimentan, por lo que no depende de insumos externos para producir sus verduras, frutas o carnes en ecológico. Aitor e Iván Lata y Raquel García aúnan en su modo de vida la tradición familiar con los conocimientos actuales del campo
Aitor Lata, Raquel García e Iván Lata, responsables de Labrecos.
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Aitor Lata, Raquel García e Iván Lata, responsables de Labrecos.
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Producir de forma natural y sostenible, aprovechando los recursos propios, sin dañar el medio y conciliando la vida familiar. Esta es la premisa de Labrecos, un proyecto que nació y crece en la parroquia de Dordaño de Oza-Cesuras (A Coruña) en el seno de una familia que siempre ha estado vinculada al rural y que ha apostado por el cultivo de frutales y verduras y la venta de carne de vacuno y ovino, todo en ecológico.

Labrecos es una cooperativa de trabajo asociado en la que trabajan los hermanos Aitor e Iván Lata y la pareja del primero, Raquel García, aunque colaboran otros miembros. La tradición familiar, precisamente, llevó a estos emprendedores a iniciar el proyecto hace unos ocho años: "Meu bisavó tivo unha granxa de vacún de carne que pasou a traballar meu avó, que pasou de carne a leite".

Varios de los miembros de la familia responsable de Labrecos (Cedida).

La granja pasó de ser "artesanal" a intensiva con la tía de Aitor e Iván Lata, que observaban los cambios y tomaban nota. "Labrecos nace por esas experiencia que temos de vivir no rural, de saber o que queremos e o que non queremos para as nosas terras e para a nosa familia", explica Aitor Lata, que indica que cuando su tía pasó la granja a producción en ecológico, ellos comenzaron a trabaja la huerta.

Usar los excedentes de la huerta para alimentar a los animales y su abono para producir verduras

Los responsables de Labrecos, sin embargo, se percataron de que pese a apostar por una agricultura ecológica, esta dependía mucho de insumos externos y se veían obligados, por ejemplo, a comprar el abono. Surgió así la idea de generar su propio abono, dando lugar a la granja regenerativa: aquella que produce con sus propios insumos.

"Implica aos animais na produción da horta, e a horta na dos animais. Os excedentes de horta cómenos os animais e os animais dánnos este abono que necesitamos para producir horta. Péchase o círculo", explica Aitor Lata, que concreta que ellos trabajan el ganado vacún, un gran aliado para producir materia orgánica, y el ovino, porque ayuda a recuperar muy bien las fincas que estaban trabajadas de forma intensiva.

El ganado ovino, de hecho, abona cuando pastorea. "Estamos traballando a granxa de ovino e ao mesmo tempo o ovino estanos dando fertilidade na terra para logo nós aproveitala para producir trigo, mainzo ou xirasol e alimentar os outros animais que temos e que nos dan o seu esterco e materia orgánica para producir horta", indica Lata sobre el proceso, que se basa en aprovechar el conocimiento actual aplicándolo sobre el modo de trabajar de hace años.

El ganado hace un pastoreo rotacional. "Os nosos animais son alimentados os 12 meses do ano polo noso propio forraxe: 10 ou 11 meses pástano elas e o resto, van para a corte e traémoslles o forraxe que sobra en certos momentos do ano máis produtivos para que nos fagan a materia orgánica que nos fai falla para todo o ano na horta", explica Aitor Lata.

No depender de nadie favorece que los precios apenas varíen

Los responsables del proyecto no compraron ningún abono este año. Lata señala, además, que las tierras trabajadas correctamente ayudan a captar CO2, una de las formas de combatir el cambio climático. Pero no solo eso: su forma de trabajar les permite no sufrir las consecuencias que la guerra de Ucrania o las malas cosechas en Castilla han tenido sobre el cereal y que han afectado a otros agricultores y ganaderos.

Los responsables de Labrecos recogen el premio de UPA (UPA).

Un trabajo complicado y constante que hace que los impulsores de Labrecos tengan que equilibrar los animales que tienen con la superficie de huerta que pueden llegar a cultivar y que al mismo tiempo les permite mantener los precios sin apenas cambios. Todo ello les ha valido el reconocimiento de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que les acaba de conceder el premio Sostenibles por Naturaleza en la categoría Sostenibilidad Social.

"Queremos que este modelo se expanda", indica Aitor Lata, que explica que el suyo es un camino constante de aprendizaje y niega que consumir productos en ecológico sea más caro que apostar por los convencionales. Labrecos puede llegar a tener unas 25 referencias diferentes en una semana, que a lo largo del año aumentan hasta las 60, desde manzanas hasta pepino, calabacín, lechuga, repollo o varias variedades de tomate.

Venta directa de carne y verduras y frutas frescas

Los clientes de Labrecos pueden llevarse tanto verduras o frutas de temporada como carne en el momento del sacrificio. La carne se comercializa, en el caso del cordero, por mitades, mientras que en el del vacuno, como son animales más grandes, los responsables del proyecto hacen varios packs según la demanda existente.

"A carne e algunhas verduras están a maior parte do ano por debaixo do prezo do supermercado. Pero isto é algo que só saben os nosos clientes", señala el responsable del proyecto, que añade que la superproducción es una de las causas de que el melón o la sandía, por ejemplo, tengan precios tan bajos en los lineales. Precisamente, una mala experiencia con una distribuidora los llevó a apostar por este modelo de venta.

Y es que Labrecos comercializa sus artículos de forma directa a particulares, restaurantes y centros educativos, que compran a través de una tienda online que abre dos veces a la semana y reciben el producto en su propio domicilio o van a recogerlo en las instalaciones de la granja o puntos de recogida. Los clientes de Labrecos están habituados a comprar los productos de la huerta frescos, caracterizados por su sabor y la calidad de sus nutrientes.

Esta forma de trabajar con el cliente y de escucharlo es una de las partes fundamentales de la iniciativa. Labrecos, de hecho, estuvo desarrollando el proyecto Ecocomedores de las Mariñas Coruñesas y mantiene contacto directo con alguno de los centros educativos, que todavía consumen sus productos.

El ecoturismo es otro de los aspectos que Aitor e Iván Lata y Raquel García intentan potenciar. La zona en la que tienen la huerta y la granja está cerca de unas fervenzas y un castro, por lo que han desarrollado un paquete turístico que permite visitar sus instalaciones y dar a conocer la zona. Una iniciativa que han desarrollado con colegios y que también va dirigida al público familiar, al igual que el origen y el motor de este proyecto.

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