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El sector panadero gallego afirma que es pronto para conocer el efecto de la rebaja del 4%

El presidente de Fegapan, César Fieiras, afirma que les gustaría que la medida se hubiese estudiado con más tiempo
Panadería La Gándara en Narón
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Panadería La Gándara en Narón
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El Gobierno central ha establecido un decreto ley, vigente desde el 1 de enero, que recoge nuevas medidas económicas para hacer frente al impacto de la guerra de Ucrania en este ámbito. Entre ellas, se encuentra la eliminación del IVA superreducido del 4% que se aplica al pan, así como a las harinas panificables. Esta rebaja estará vigente durante el primer semestre del 2023 y, aunque ha sido acogida de forma favorable por los consumidores, el hartazgo entre la ciudadanía ante la subida generalizada de precios se hace patente y, entre los profesionales, se desconoce por el momento el impacto de la medida.

Así lo corrobora el presidente de Fegapan, César Fieiras, que apunta que "es muy pronto para saber la repercusión pero, en principio, es simplemente una pequeña bajada en los panes comunes que a la panadería solo le causa un trastorno administrativo en cuanto a contabilidad". Desde el punto de vista del consumidor, admite que la rebaja es una medida "válida" para que acceda a una cesta de la compra más económica. Sin embargo, la ve "insuficiente". "Hay productos derivados del pan que se venden con el 10%. Igual es ahí donde hay que incidir en el favor al consumidor", explica y le gustaría que la medida se hubiese estudiado con más tiempo y que no fuese anunciada "de sopetón, el último día del año".

Los precios de la harina y los cereales se han disparado, así como los de los combustibles y la energía, hecho que ha encarecido la producción. "En términos generales, para fabricar pan necesitas materia prima y combustibles para los hornos y para el reparto, que también se ha visto perjudicado", explica Fieiras. Alude no solo al encarecimiento de la electricidad, sino al del gas, "que también se desmarcó" y al de los pellets y la leña. "Toquemos lo que toquemos, el incremento está ahí. A cada establecimiento le afecta de forma distinta para elaborarlo y saca un resultado de precio que encarece el producto". Por eso dice que lo ideal sería buscar una solución de raíz a esta problemática, "para mejorar la economía en general".

Por otra parte, el último Informe del Consumo Alimentario en España, del año 2021, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación arroja que la compra de pan se ha reducido en un 8,1% en 2021 con respecto a 2020, el gasto medio anual por persona se ha establecido en 71,06 euros y cada español consume una media de 30 kilos de este producto, un 8,3% menos que en 2020. Sin embargo, estos datos y la subida de precio de la energía no ha mermado el sector en Galicia, con férrea tradición en la ingesta de pan. En los últimos meses Fieiras ha tenido conocimiento del cierre de algunas panaderías pero no llegan a cifras que hagan sonar las alarmas. "De momento se puede aguantar. No es el momento más boyante en la parte económica y de ingresos, pero es un sector fuerte y hay mercado, pero mantengo que necesita un apoyo de base y hay que poner al consumidor todas las facilidades posibles para que pueda seguir consumiendo un producto de calidad frente a los productos industriales, que no son pan", concluye.

Panaderías y consumidores

La opinión de los consumidores al respecto de la bajada del 4% en el pan confluía en un argumento similar: la supresión del IVA les parece bien pero el resto de los productos también deben bajar de precio.

Algunos de los clientes consultados esta mañana tiraba de una palabra tan gallega como el pan de Neda y calificaba la medida como "una trapallada", justificando la elección del vocablo apuntando que "no sirve de nada que se baje en el pan si los precios de las materias primas y del resto de productos sigue subiendo". Otros, menos críticos, aseguraban que "cualquier descuento es bienvenido".

Precisamente, en Neda, la que fue capital del trigo durante siglos y donde el pan es el producto gastronómico por excelencia, la panadería J. Castro Hermanos saluda la rebaja para el consumidor pero "a nosotros no nos afecta" indica, y asegura que "estamos aguantando el precio sin tener nada que ver el IVA, pero a nosotros ya nos está empezando a subir la energía y las harinas otra vez, entonces vamos a acabar teniendo que subir el precio".

En la ciudad vecina, Narón, y en la misma línea que Fegapan, desde la panadería O Forno de Rosalía declaran que el impacto de la rebaja del IVA no se va a conocer "hasta que tengamos que hacer el trimestre", pero lo que ya nota es la conversación de sus clientes, que valoran positivamente la rebaja que deja en 1,11 euros la barra que antes del 1 de enero costaba 1,15 euros.

En otro establecimiento de la ciudad, panadería La Gándara, aseguran que el descuento "no nos repercute en nada porque el IVA de la harina ya se pagó". En cuanto al valor monetario final para el consumidor, destaca que sus precios ya son reducidos y la barra se vende a 1,10 euros, pero recalca que "los costes de producción se incrementaron en un 35% y en ese aspecto seguimos mal".

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