El bombero gallego héroe en Argentina: José María Calaza, hombre incombustible y rey del fuego

Se considera que el primer cuerpo de bomberos profesionales de la historia fue creado en el año 22 antes de Cristo por el emperador Cesar Augusto, formado por esclavos que se llamaban “vigiles”. Estaban organizados de manera similar a las legiones imperiales, contando con distintas unidades con diversas funciones y se estima que, en la época de mayor densidad urbana de Roma, estos bomberos pudieron llegar a tener hasta 10.000 efectivos. Siglos después, en 1591, nace la primera compañía de seguros contra incendios en Hamburgo, dando origen a brigadas de incendios que solo apagaban el fuego de las casas aseguradas, dejando sin extinguir el fuego de las que no tenían seguro. Su importancia fue tan grande que algunos de los cuerpos de bomberos actuales fueron originados por compañías de seguros. Con los años los bomberos se fueron haciendo profesionales que ayudan a todos en todo, arriesgando sus vidas por la de los demás, auténticos héroes como un gallego que a finales del siglo XIX se convirtió en una figura casi mítica que era ovacionada mientras recorría las calles de Buenos Aires al frente de su brigada. Esta es la historia de José María Calaza Couso, el bombero gallego al que llamaban el hombre incombustible y que parecía un rey de leyenda: el rey del país del fuego.

José María nacía en A Coruña el 15 de octubre de 1852, en la calle de la Torre. Con tan solo 16 años, por necesidad o en busca de nuevas aventuras, decidió emigrar a América, donde recala en 1868 en el puerto de Buenos Aires, donde comienza a trabajar en un comercio cuyo propietario era gallego, hasta que un día sucedió algo que cambiaría para siempre el rumbo de su vida.

Cuando se dirigía a trabajar, José María oyó los gritos de una mujer que, envuelta en llamas, corría desesperada hacia la calle escapando de su casa y pidiendo socorro. El gallego, sin pensárselo dos veces, acudió en ayuda de la mujer para sofocar las llamas que la cubrían. Parece bastante probable que este episodio fue el que le valió para descubrir su vocación, la de ayudar a los demás, lo que le llevó a enrolarse en el cuerpo de bomberos de la capital argentina en 1870 con 18 años.

En aquella época se había creado en Buenos Aires la “Compañía de Vigilantes Bomberos”, un destacamento que estaba formado por agentes de policía que contaba con 30 hombres y que comenzaba a funcionar el 2 de enero de 1870. 

Los bomberos, al igual que la policía, eran básicamente personal militar, lo que provocaba que los gobiernos recurrieran a ellos ante situaciones de guerra o revueltas internas. Participaban activamente en conflictos armados en los que el Cuerpo de Bomberos de Buenos Aires debía abandonar, cuando así se lo ordenaban, sus labores de extinción y rescate para defender y proteger a las autoridades.

Por ello, en 1870, 1873 y 1874, Calaza y sus compañeros formaron parte de la vigilancia costera del Río de la Plata y del río Paraná. En 1880 intervinieron en el conflicto desatado en torno a la federalización de la ciudad de Buenos Aires y en 1890 en la Revolución del Parque.

Calaza demostró su extraordinaria valía y tan solo un año después de su ingreso en el cuerpo era ascendido a cabo. Y no dejó de ascender. El 16 de marzo de 1882 es nombrado, por decreto del gobierno, jefe del Cuerpo de Bomberos, en 1884 asciende de nuevo a teniente coronel de Guardias Nacionales y en 1890 a coronel de la Nación, nombramiento otorgado por el ministro de Guerra por su valor en la defensa del gobierno del país.

José María participó personalmente en la extinción de casi todos los incendios que se desencadenaron en la ciudad de Buenos Aires, poniendo su vida en riesgo en más de una ocasión. El gallego resultó herido hasta en 33 ocasiones y se estima que participó en más de 10.000 incendios por espacio de cuarenta años. Además, también tuvo que enfrentarse a la epidemia de fiebre amarilla de 1871, de la que se salvó pese a haber contraído la enfermedad.

Como Jefe del Cuerpo de Bomberos creó una escuela de oficiales, una escuela de primaria para eliminar el analfabetismo entre sus miembros e hizo adquirir materiales modernos para luchar contra el fuego, siendo el artífice de la modernización y profesionalización del cuerpo. Fundó una oficina técnica para el estudio de siniestros, presentó un informe sobre las dificultades que tenían que superar para hacer su trabajo y redactó las instrucciones que tenía que seguir la policía para ayudar a los bomberos en sus labores de extinción, reglas que, en la actualidad, forman parte del sentido común ante cualquier incendio.

Los bomberos de Buenos Aires eran los únicos del mundo que realizaban tareas de defensa y de extinción de incendios y, a pesar de ello, sus doscientos miembros siempre cumplían con todos sus cometidos sin que el servicio se resintiese.

En 1897 Calaza fue enviado a Europa y Estados Unidos para conocer los últimos adelantos en la lucha contra el fuego, visitando Washington, Nueva York, Boston, Londres, París, Berlín… gira que aprovechó para visitar su ciudad natal y recibir un homenaje de sus vecinos y de las autoridades municipales de A Coruña.

Pero José María no era solo querido en Argentina o en su ciudad, sino que era reconocido internacionalmente, siendo condecorado por la República de Chile con la Medalla de O’Higgins del mérito militar, la infanta Isabel le otorgó la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica, el gobierno italiano lo condecoró con la Gran Cruz Oficial de la Corona de Italia y en Francia fue nombrado Oficial de instrucción pública.

También escribió varios libros y tratados sobre medidas de prevención y seguridad contra incendios premiados con medallas de oro y diplomas de honor en exposiciones argentinas, italianas y francesas, entre los que se encontraba el “Manual de Bomberos”, uno de los primeros recopilatorios de normas, reglas e instrucciones de la lucha contra incendios y cuyos principios forman parte, todavía hoy, de las guías por las que se rigen todos los cuerpos de bomberos del mundo.

Además, formaba parte de multitud de federaciones de bomberos del mundo. Era miembro de honor de la Federación de Italia, de la de zapadores bomberos franceses, de la Unión Nacional de bomberos ingleses, del Comité Técnico contraincendios y accidentes de París, del Consejo Internacional de zapadores bomberos, del “British Fire Prevention”, del Club de combatientes del fuego británico y de la “National Brigade Fire Union” de Londres. 

En toda Argentina, todos lo conocían, todos lo veneraban. Pero su fama no era gratuita. José María se convirtió en una leyenda viva, adquiriendo cierta aura legendaria a consecuencia de su valor y determinación, ya que, a pesar de ser el jefe del cuerpo, encabezaba la lucha contra el fuego, arrancando aplausos de los ciudadanos a su paso. Los periódicos de la época le llamaban el hombre incombustible.

Continuó ejerciendo la jefatura del Cuerpo de Bomberos hasta que su corazón dejó de latir, el 28 de junio de 1913. Ese día todas las banderas del país fueron izadas a media asta, se le rindieron honores de general de División, las máximas autoridades policiales, militares y gubernamentales acudieron a su entierro y el cortejo fúnebre que lo acompañó hasta el cementerio de la Recoleta llegó a ocupar varias calles de la capital argentina mientras desde los balcones se arrojaban flores a su paso. 

En mayo de 1934 se inauguraba, en el patio del cuartel central de bomberos, un busto en su honor que permanece todavía allí. Además, en 2018 este cuartel recibió también su nombre. La ciudad de Buenos Aires bautizó una calle en su honor, al igual que su ciudad natal en 1971.

El 16 de abril de 1953, el Ayuntamiento de A Coruña acordó conmemorar el nacimiento de su ilustre vecino. Entre otras medidas, se decidió dar el nombre de José María Calaza al Parque de Bomberos de A Coruña y colocar en el cuadro de honor del parque su biografía, para servir de ejemplo a los componentes de Cuerpo Municipal de Bomberos de A Coruña.

En 1992 la República Argentina le dedicó un sello de correos en el 140.º aniversario de su nacimiento.

El día que falleció, un periódico argentino lo despidió diciendo: “Parecía un rey legendario, el rey del país del fuego”. 

Mi más sincero agradecimiento a la Asociación de Amigos del Cuerpo de Bomberos de A Coruña “Coronel José María Calaza” y a Manuel Arenas, por el material gráfico y la ayuda prestada para documentar este artículo. Sin su apoyo, esta Historia de la Historia no habría sido posible.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

• FERNÁNDEZ CAAMAÑO, J. Historia y origen del Cuerpo Municipal de Bombero de A Coruña. Publicaciones Arenas, 2018
• CALAZA, J.M. Servicio contra incendios en las principales ciudades de Europa y América. 1898
• es.wikipedia.org
• lavozdegalicia.es
• elpais.com
• dbe.rah.es
• elidealgallego.com
• antesdesercalle.wixsite.com
• gacetamercantil.com
• buenosaires.gob.ar
• coruna.gal
• nexosdelsur.com