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Los tripulantes del 'Playa Menduiña 2' aseguran que el patrón del Pitanxo cambió de versión

Parte de la tripulación ha declarado que Padín y su sobrino habrían advertido a Samuel Kwesi que tuviese "cuidado con lo que decía"
A la izquierda, el patrón del ‘Villa de Pitanxo', Juan Padín.
Jesús Hellín-EP
A la izquierda, el patrón del ‘Villa de Pitanxo', Juan Padín.
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Esta mañana, 13 tripulantes del 'Playa Meduiña 2', el pesquero que rescató y trasladó a tierra a los tres supervivientes del naufragio del 'Villa de Pitanxo' han declarado ante el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, y se han ratificado en lo que ya habían explicado ante la Guardia Civil.

Según ha explicado Manuel Lampón, abogado de gran parte de los familiares afectados, los tripulantes confirmaron que el patrón del 'Villa de Pitanxo', Juan Padín, explicó en un primer lugar que "el barco había embarrado, había escorado" y que en esa maniobra "empezó a entrar mucha agua de popa, lo que acabó provocando la parada del motor", y que, como aseguró Samuel Kwesi, "nunca se llegaron a arriar los cables", por lo que la embarcación terminó hundiéndose.

Sobre el patrón, parte de la tripulación declaró que "había cambiado de versión varias veces" y también que escucharon como él y su sobrino habían advertido a Kwesi que tuviese "cuidado con lo que decía", confirmando que los tres supervivientes habían mantenido una "reunión previa en la que se habría acordado que tenían que decir".

Los datos de las condiciones climatológicas en el momento del naufragio revelan que la situación era muy mala: "fuerza 8, mar muy gruesa, visibilidad solo a 200 metros, fuertes aguaceros y olas de 6-7 metros", unas condiciones en las que, según han declarado algunos de los testigos, "no se debe trabajar". El 'Playa Meduiña 2' llegó a la zona del naufragio, del que se encontraba a 40 millas, "cuatro o cinco horas de navegación", con un clima mucho mejor.

Sobre los trajes de supervivencia, el abogado ha señalado que los testigos han concretado que solo lo llevaban puesto el patrón, su sobrino y el cocinero del barco; el resto, indicaron, llevaban ropa de calle y ropa de aguas.

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