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La salida de José Tomé de la Diputación de Lugo y de la Alcaldía de Monforte apenas ha rebajado la tensión política que desataron las denuncias por presunto acoso sexual contra el dirigente socialista.

Menos de veinticuatro horas después de su renuncia, los principales partidos gallegos han fijado sus posiciones: el PSOE defiende que actuó "como debía", el PPdeG exige que Tomé abandone todos sus cargos y señala a la dirección socialista, y el BNG insiste en que unha persoa con acusacións tan graves "non pode formar parte do Goberno da Deputación".

La ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, defendió la actuación del Partido Socialista, asegurando que "hizo lo que había que hacer" tras conocerse los hechos. Rodríguez subrayó que la decisión de Tomé de mantener o dejar sus cargos dependía únicamente de él y señaló que el PSOE había reclamado responsabilidades y puesto atención a las víctimas.

La ministra destacó además que la condena de estos comportamientos "aberrantes y denunciables" se ha reforzado gracias a la acción de partidos y organizaciones feministas que los han hecho inaceptables en el siglo XXI.

Por su parte, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, se mostró "del lado de las víctimas" y defendió la actuación del PSdeG, señalando que el partido había pedido el acta de Tomé aunque este no la entregase de inmediato.

La presión del PPdeG

Desde el PPdeG, su secretaria general, Paula Prado, exigió la dimisión inmediata de Tomé de todos sus cargos y puso el foco en el BNG, al que pidió "romper dunha vez por todas co PSOE" y "poñer os dereitos das mulleres por riba das súas ansias de poder".

Prado criticó la actuación del PSOE, señalando que muchos dirigentes habrían conocido y amparado comportamientos inapropiados dentro del partido, y reclamó que las denuncias se trasladaran a la Fiscalía: "Ese sería o paso normal dun partido que pretende ser feminista, pero por agora está moi lonxe".

La dirigente popular también enfatizó el impacto negativo del caso en la imagen de Lugo y Monforte de Lemos, lamentando que la ciudad aparezca en los medios por este escándalo y no por los problemas que afectan a la provincia.

El conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes, Diego Calvo, ha instado por su parte al PSOE a dar explicaciones y a tomar medidas "serias": "Esa hipocresía en política no se puede consentir". Calvo ha trasladado el apoyo a las víctimas "en nombre de la Xunta" y ha mostrado su "repulsa" ante este tipo de situaciones.

"Llevamos mucho tiempo escuchando un PSOE que se proclama defensor de las mujeres y lo que estamos viendo es que durante esta legislatura los casos que tienen que ver con acoso y denigración de la mujer se suceden uno tras otro", ha insistido el conselleirod e Presidencia, que ha señalado que "tienen que tomarse en serio esta situación y denunciar todos estos casos".

La posición del BNG

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, reafirmó desde Vigo que una persona acusada de acoso sexual "no puede formar parte del gobierno de la Diputación de Lugo" ni mantener cargos institucionales.

"As nosas primeiras palabras teñen que ser de solidariedade e de apoio ás mulleres que sufriron unha situación que nos indigna, que nos repugna (…) o primeiro é precisamente acompañar ás mulleres que presentan unha denuncia".

Pontón subrayó que el BNG actuó con contundencia desde el primer momento y reiteró que no compartirían gobierno con alguien acusado de estos hechos:

"Nós fixemos o que tiñamos que facer nese momento que era, desde o primeiro minuto, dicir que unha persoa á que se lle fan acusacións tan graves non pode seguir á fronte dos seus cargos e que ten que dimitir".

La portavoz nacional concluyó que la decisión de Tomé de dimitir es la adecuada para preservar la dignidad de la política y la confianza de la ciudadanía, insistiendo en que la institución y la política en Galicia deben priorizar "el respeto y la protección de las víctimas".