El joven que apuñaló a su compañera de piso el pasado fin de semana en A Coruña no llegó a entrar en prisión. Según han podido confirmar a este medio fuentes penitenciarias, fue trasladado al Hospital Psiquiátrico de Oza.
Según cómo evolucione en el centro hospitalario, se valorará si puede ser imputable por un delito de homicidio. Aun así, continúa siendo investigado, tal y como confirmó el Juzgado de Instrucción el pasado lunes, después de que pasara a disposición judicial.
Aunque sus propias compañeras de piso lo describieron como "una especie de brote", podría ser que padeciera algún tipo de enfermedad mental que, sumada al consumo de drogas, derivara en ese estado de agresividad repentina.
Las compañeras de piso llevaban días notándolo raro. Aseguraban que "escuchaba cosas" y que "se sentía perseguido". Pero fue este sábado cuando perdió completamente los papeles. Empezó a destrozar todo lo que encontraba a su paso en la vivienda, hasta que cogió un cuchillo y se lo clavó a su compañera de piso en el cuello, una puñalada que le causó la muerte.
Después de ello, prendió fuego a un colchón de la casa, todo ello mientras las otras dos compañeras de piso permanecían encerradas en una de las habitaciones, atemorizadas. Habían logrado atrancar la puerta con unos muebles para protegerse.
Nadie se explica qué se le pudo pasar por la cabeza para llegar a ese estado de agresividad. Por el momento, permanece ingresado en el Hospital Psiquiátrico de Oza, donde está siendo tratado. Dependiendo del diagnóstico, se valorará si es imputable o inimputable.
La investigación sigue en curso y se están tomando declaraciones al resto de testigos para tratar de determinar qué fue lo que sucedió realmente en aquel piso.
Torrelavega se despide de Larysa
Este mismo martes tuvo lugar el funeral de Larysa en su ciudad natal, Torrelavega (Cantabria). Familiares y amigos se acercaron a la iglesia en la que se celebró la eucaristía en recuerdo de la joven, que con tan solo 19 años fue apuñalada el pasado sábado en A Coruña.
Llevaba solo cuatro meses viviendo en la ciudad herculina. Trabajaba en un call center realizando llamadas para captar socios para una ONG. Fue allí donde conoció a sus compañeras de piso, con las que pasó sus últimas horas de vida.
Según informa El Diario Montañés, medio que está siguiendo la actualidad del caso desde la ciudad natal de la joven, este martes se vivió un momento especialmente emotivo en la iglesia de La Asunción, en Torrelavega, donde se despidió a la víctima. Acudieron sus padres y sus tres hermanos, quienes leyeron unas palabras en su memoria.
Los padres viajaron a A Coruña para despedirse
El mismo medio hablaba en las últimas horas con el padre de Larysa. Este contaba emocionado cómo vivió el momento en el que se enteró de que algo muy malo le había pasado a su hija en A Coruña.
Sobre las 18:00 horas del sábado recibieron una llamada en la que se les informaba de que Larysa "había sufrido un accidente y que estaba muy grave", tal y como relata al periodista José Carlos Rojo. En ese momento cogieron el coche y se desplazaron hasta la ciudad herculina, un viaje de cuatro horas y media sin saber con qué se iban a encontrar.
Al llegar, el médico les comunicó que "las heridas eran incompatibles con la vida". Desde el CHUAC trataron de mantenerla con vida hasta que sus padres llegaran. Fue entonces cuando tuvieron que despedirse, sin saber siquiera qué había ocurrido exactamente.
Su padre la describe como una joven muy alegre, "la alegría de la casa". En el funeral estuvieron presentes familiares, amigos y antiguos compañeros del instituto en el que estudiaba en Torrelavega. La ciudad está consternada. Una amiga recordaba que "el amor que ha dejado en todos nosotros es el que tiene que estar presente todos los días".
