Aunque hace ya medio siglo que España dejó atrás la dictadura de Francisco Franco, las huellas de esta etapa son todavía visibles. Ejemplo de ello es la Casa Cornide, un inmueble situado en el corazón de la Ciudad Vieja de A Coruña que todavía es propiedad de la familia del dictador. Este lunes, por primera vez en sus más de dos siglos de historia, abrirá sus puertas al público.
El edificio se podrá visitar solamente los lunes de 09:00 a 13:00 horas, previa reserva. Su apertura al público por parte de los Franco es una de sus obligaciones tras la declaración como Bien de Interés Cultural de la Casa Cornide en el 2023.
La familia del dictador ya ha tenido que pagar multas previamente por no abrir antes las puertas de la Casa Cornide.
Emilio Grandío, historiador y director del equipo responsable del informe histórico sobre el inmueble realizado por el Instituto José Cornide, subraya ante su apertura que "habrá que ver qué se explica en las visitas y cómo. Lo que detonó la recuperación del Pazo de Meirás fue que se transmitía un discurso antidemocrático y que no era conciliable con un estado democrático".
De todas formas, destaca que la apertura "es un elemento positivo" y que supone un paso más hacia la recuperación del inmueble.
Que la Casa Cornide vuelva a ser de titularidad pública es, en sus palabras, algo fundamental en materia de memoria histórica porque "forma parte de nuestra esencia como sociedad y de valores que tienen que estar muy claros. Esto hace más pedagogía que muchas otras acciones que podamos llevar a cabo".
Por eso, todo lo que compete a la Casa Cornide "es demasiado importante como para considerarlo un apéndice cultural", insiste.
El origen de la Casa Cornide
Pero la historia de este edificio comienza mucho antes de la dictadura franquista.
El inmueble data del siglo XVIII, concretamente de entre 1750 y 1760, y es obra de Francisco Llobet a petición del intelectual coruñés José Cornide.
Este fue el primer palacete urbano de estas características de la ciudad, destacando por su fachada en curva y otros valores arquitectónicos y artísticos. También fue relevante la familia que impulsó su creación. Los Cornide, especialmente el ya mencionado José Cornide, eran una de las familias con mayor poder político en la ciudad y cercana a la casa de los Pardo Bazán.
Por eso, su ubicación frente a la Colegiata de Santa María no fue casualidad. Grandío destaca cómo "generalmente el poder religioso y el poder civil se colocan uno enfrente de otro en prácticamente todas las zonas urbanas. Es un lugar altamente simbólico y representaba su poder".
Tras ser la residencia de los Cornide, ya en el siglo XX, el edificio llegó a acoger un cine y a ser el local social de la agrupación religiosa de los tomasinos. Con la llegada de la Guerra Civil y en las décadas posteriores el inmueble fue abandonado e incluso utilizado como vertedero.
El paso a propiedad de los Franco
En los años 50, con la llegada de Alfonso Molina a la alcaldía el nuevo regidor reactivó en 1957 el proceso de permuta con la Dirección General de Bellas Artes, la propietaria del inmueble desde 1948, a cambio de terrenos para construir el conservatorio de música.
En esta misma época, Carmen Polo, la esposa del dictador, ya había demostrado interés en la Casa Cornide, como documentan cartas y otros archivos que cita el historiador Emilio Grandío.
En este contexto el edificio salió a subasta libre con la implicación del Ministerio de Hacienda y el Concello, aunque como apunta Grandío en base a las actas municipales "era una subasta en la que se pone siempre el nombre de Carmen Polo siempre como el objeto final".
Pedro Barrié de la Maza se hace con el inmueble a través de la subasta realizada en 1962 y en tan solo tres días la vende por un importe claramente inferior al de compra a Carmen Polo, de un 1.200% menos según el informe histórico.
¿Por qué quería la mujer de Francisco Franco tener la Casa Cornide? El historiador explica que Polo tenía múltiples amistades en la ciudad, ya en tiempos anteriores a la Guerra Civil y que, teniendo el Pazo de Meirás como residencia, probablemente querría el edificio de la Ciudad Vieja para recibir visitas.
"Es curioso que, aunque pasa a propiedad de los Franco y se realizan obras de acondicionamiento del edificio a cargo de las arcas públicas, Carmen Polo nunca reside en la Casa Cornide hasta que muere Franco", apunta.
Los paralelismos con el Pazo de Meirás y las esculturas del Mestre Mateo
Medio siglo después de la muerte del dictador, la Casa Cornide continúa en manos de la familia Franco.
En el 2023, con la declaración por parte de la Xunta de Galicia del palacete como Bien de Interés Cultural, además de permitir visitas del público, existe un derecho de tanteo para la adquisición preferente del inmueble. Con él, si los propietarios lo ponen a la venta, la administración pública tiene preferencia sobre su compra.
En lo relativo a la recuperación de la Casa Cornide se está siguiendo un proceso similar a lo que ya se hizo en el Pazo de Meirás y con las esculturas del Mestre Mateo, que por resolución del Supremo del pasado mes de junio regresarán al Concello de Santiago.
Pazo de Meirás
"Se sigue el método de Meirás, que consiste en hacer un informe histórico para marcar las diferencias entre una democracia y una dictadura. Esa es la clave de los procesos", explica Grandío, quien estuvo involucrado en ambos procedimientos, antes de añadir que "a partir de ahí (en el caso Cornide) se empezó a desarrollar la demanda, que está en camino, y se hizo el informe que permitió la declaración BIC".
En mayo del 2024, el Concello de A Coruña inició el proceso de recuperación de la titularidad de la Casa Cornide. Entonces, el pleno aprobó la revisión de las resoluciones tomadas por el gobierno local en 1962 y que derivaron en la adquisición del inmueble por parte de los Franco.
Más de un año después, el proceso continúa sin grandes avances.
Esta misma semana, preguntada al respecto, la alcaldesa Inés Rey aseguraba que "vamos a seguir trabajando para que vuelva al patrimonio de los ciudadanos, que es de donde nunca debió salir. Es un procedimiento complicado a nivel jurídico porque exige revocar una serie de acuerdos plenarios para poder ejercitar los derechos que corresponden. Para esto se está haciendo una revisión de oficio y se está contactando con los diferentes ministerios que estuvieron involucrados".
