Después de más de dos siglos de historia y varias multas, los Franco han cedido -a regañadientes- a abrir las puertas de la Casa Cornide, en A Coruña. Desde que el inmueble fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2023, la familia del dictador se vió con la obligación de permitir las visitas al público, pero no fue hasta este lunes cuando por fin se abrieron las puertas de la vivienda señorial.
Una decena de habitaciones, ocho baños y dos cocinas: todo un laberinto de salas y cuartos en los que Carmen Polo pasó sus últimos años de vida, después de que falleciera Franco. Eso sí, antes de abrir, se llevaron todo lo que había en su interior. Tan solo dejaron las cortinas, moquetas y un montón de periódicos, que seguramente les sobrara de envolver el mobiliario y la decoración.
Entre los pocos afortunados que lograron acceder al inmueble se encontraban la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey; el portavoz del BNG herculino, Francisco Jorquera; tres periodistas y el historiador Alfredo Vigo, una de las voces más reconocidas en la defensa de la memoria histórica gallega y que hizo de guía en las instalaciones.
Al salir de la visita, Vigo compartió sus impresiones: "La casa a mí me parece sumamente interesante porque da muchas lecturas. Nos permitió conocer, a todos los que íbamos, algunos elementos que son originales del siglo XVIII, lo cual es muy interesante. Particularmente una de las habitaciones de la zona del sótano, a la izquierda, conserva unos techos de piedra impresionantes, sin duda originales".
También señaló que en el vestíbulo hay una mezcla entre elementos auténticos y otros hechos a imitación "que se hicieron a imagen y semejanza de elementos antiguos, pero que son falsas". Además, se han incorporado a la arquitectura elementos escultóricos, relieves, una estatua y algún capitel medieval, traídos de lugares imposibles de determinar. Es como en el caso del Pazo de Meirás, donde hay piezas dispersas de procedencias diversas, casi como un museo al aire libre".
Sobre la planta superior, explicó que predomina la reforma realizada en los años 60, cuando la casa pasó a manos de Carmen Polo: "Son viviendas prácticas, una especie de vivienda multifamiliar".
"Doña Carmen viviría en un espacio, la hija en otro apartamento, y los nietos en otros. Hay réplicas de puertas de piedra bien labradas, nuevas, que imitan, por ejemplo, las del Hospital de los Reyes Católicos. Por lo menos hay varias de ese tipo", señaló
En cuanto al mobiliario original, de eso no queda nada, "solo una lámpara de araña en el salón". "El resto está vacío, salvo algunas estanterías empotradas de la biblioteca y cotilones de ventanas. Todo lo que era movible está en otro sitio. Y conviene que la gente lo sepa: todos esos muebles los habrá traído doña Carmen de donde pudo. De la época de los Cornide, cero", confiesa Vigo.
Alfredo Vigo, que antes de la visita solo conocía el interior a través de fotografías, concluyó que la apertura al público de la Casa Cornide permite por fin comenzar a desentrañar los muchos significados ocultos de un edificio cargado de simbolismo histórico.
Las visitas están disponibles únicamente los lunes, de 9:00 a 13:00 horas. Actualmente, solo quedan pases para febrero. En cuestión de minutos, las primeras entradas se agotaron.
