Es preocupante la cantidad de personas que, después de pasar el coronavirus, tiene dolores nuevos y una vida nueva. Más dificultosa, más sufrida, menos amable. En realidad, es como si el coronavirus nunca se hubiera ido de ellos. Es de celebrar que la OMS ya haya reconocido oficialmente esta dolencia como Covid persistente, o Long Covid en inglés. Se trata de un paso definitivo para que esta realidad deje de ser invisible. Para que se comience a diagnosticar cuando se produzca, para que se investigue con más énfasis y para que quienes lo padezcan puedan acceder a derechos como la baja.
Es, como digo, un gran avance. En las guerras siempre se habla de muertos y heridos. En esta pandemia, con lo que nos hemos encontrado hasta el momento es que sólo se habla de muertos y de recuperados. Pero ¿qué hay de los que siguen con vida, pero arrastran durante meses, o durante años ya, terribles dolencias?
En este programa vamos a conocer más de cerca esta situación. Me acompañan el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia e investigador del Covid persistente, y Virginia Martínez, una mujer de 37 años que vio cómo su vida cambió por completo después de contagiarse. Este episodio no habría sido posible sin la colaboración del Colectivo COVID-19 Persistente.
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