El invento de unos estudiantes que acaba con los accidentes de tráfico: así baja el límite de velocidad a quienes no cumplen

Los badenes o reductores de velocidad son habituales en las carreteras de los pueblos y ciudades de España. Unos elementos que se pueden aprovechar para generar hidrógeno verde y que obligan a los conductores a disminuir la marcha de sus vehículos en zonas de alto riesgo de accidentes o con presencia de peatones.

Para tratar de acabar con los conductores imprudentes y los accidentes, unos estudiantes franceses han ideado un innovador badén inteligente y automático, denominado BumpGuard, que se activa solamente cuando un vehículo excede el límite de velocidad.

Un invento que ha sido seleccionado en los prestigiosos premios James Dyson Awards 2025 y que ha sido concebido por Théo Hoffmann y Louis Marconne, dos estudiantes de la ciudad francesa Nancy, que buscan agilizar el tráfico, proteger a los usuarios vulnerables y premiar a los buenos conductores.

Se activa automáticamente

BumpGuard es un revolucionario badén automático que se activa o no en función de la velocidad del conductor, creando "una ondulación en la carretera cuando es excesiva y permanece normal en caso contrario", según explican los estudiantes en la web de los premios.

Théo Hoffmann y Louis Marconne señalan que la inspiración de este proyecto les surgió al conocer que el número de usuarios vulnerables en zonas de alto riesgo —paradas de autobús, pasos de peatones, zonas de 30 km/h— había aumentado con los años. Por lo que se propusieron dar con una contundente solución.

El badén inteligente BumpGuard. James Dyson Award Omicrono

Su objetivo era crear un sistema "para prevenir el aumento de accidentes entre vehículos y usuarios vulnerables", además de "mejorar la fluidez del tráfico. La generación de ralentizaciones en zonas de alto tráfico, como en las inmediaciones de colegios durante las horas punta, también nos ha impulsado a innovar para reducir estas molestias".

El funcionamiento de BumpGuard es sencillo y eficaz. Se instala un radar de velocidad antes del badén que mide la velocidad del conductor que se aproxima y si esta es excesiva, automáticamente se activa el reductor de velocidad, que se despliega para obligar al coche a reducir la marcha.

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Por el contrario, si el conductor va a una velocidad dentro del límite, el badén permanece plano y el coche puede continuar tranquilamente. BumpGuard cuenta igualmente con un sistema de luces que avisa a los peatones si el dispositivo está instalado cerca de un paso de cebra y un vehículo se aproxima a una velocidad peligrosa.

Además, el invento incorpora igualmente una señal luminosa que informa al conductor si el badén está activado o no. Un sistema que ofrece por tanto menos frenazos innecesarios y menos desgaste del vehículo.

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Los estudiantes recalcan que la idea de este invento comenzó en octubre de 2024 y, un mes después, se inscribieron a un concurso de innovación en seguridad vial con su badén, en el que lograron el tercer puesto, "lo que nos brindó credibilidad y financiación para impulsar el proyecto".

Desde el pasado mes de marzo Hoffmann y Marconne han realizado cursos de emprendimiento y actualmente están centrados en las tareas administrativas, "así como en las primeras maquetas y representaciones de nuestra idea". Incluso ya han comenzado a trabajar en su primer prototipo funcional.

Temporal y modular

Uno de los objetivos actuales de los estudiantes es crear su empresa para 2026 y aseguran que con su idea buscan "reemplazar los reductores de velocidad, así como los badenes, que se desgastan rápidamente, y los semáforos automáticos, que a menudo se ignoran".

No sólo eso, sino que también buscan "recompensar a los buenos conductores. Si el conductor respeta el límite de velocidad, evita el desgaste de su vehículo. Es otra forma de hacer cumplir los límites de velocidad sin penalizar al conductor por infracciones menores".

El badén inteligente BumpGuard. James Dyson Award Omicrono

Otra de las ventajas de BumpGuard es que es una solución de bajo costo, ya que sus creadores consideran "una instalación temporal y modular, ubicada sobre la carretera en lugar de empotrada. Esto reduce significativamente los costos de instalación, que pueden resultar prohibitivos para un municipio".

Una vez fabricado un prototipo funcional del badén, Hoffmann y Marconne planean participar en diversas competiciones de innovación, además de realizar las primeras pruebas en situación real y "conseguir socios más adelante para facilitar una producción y un diseño más dinámicos de nuestro proyecto".

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Esto último les permitiría "instalarlo por primera vez en un municipio de Francia". Un invento que sirve como un importante paso hacia una seguridad vial más justa y llevadera, reconciliando a los conductores temerarios con los dispositivos de seguridad y acabando con los accidentes fatales.

"Recibimos una subvención de 3.000 euros gracias al 'Desafío de Innovación en Seguridad Vial'. Nuestra innovación impresionó al jurado por su método para concienciar a los conductores sobre el respeto de los límites de velocidad sin penalizarlos", concluyen los estudiantes franceses.