Fases de la restauración de la obra.

Fases de la restauración de la obra. Alex Kachkine Omicrono

Tecnología

Obras de arte restauradas en pocas horas: el revolucionario método de un estudiante del MIT que usa IA

Este método acorta enormemente los habituales procesos de restauración artística, que pueden llegar a alargarse años enteros.

Más información: Este robot humanoide acaba de vender su primera obra de arte por una auténtica fortuna: más de un millón de dólares

Publicada

La inteligencia artificial ya está por todos lados, y ya está empezando a incursionar en el arte en España. A aplicaciones como DALL-E tuvimos que sumarle sucesivas versiones que llegaban a recrear obras artísticas conocidísimas. Un estudiante del MIT ha creado un método para restaurar obras con IA.

Alex Kachkine estudiante de ingeniería mecánica del MIT, ha publicado un paper en la revista Nature que propone un método que aplica restauraciones digitales con IA directamente en físico sobre una pintura original, reduciendo drásticamente el período normal de restauración.

Tanto es así, que según expone el propio Kachkine, este procedimiento que combina procedimientos físicos con digitales es hasta 66 veces más rápido que los métodos de restauración tradicionales de toda la vida, incluso los más modernos y digitalizados.

Restaurar obras con IA y algo de maña

Tal y como revela el propio MIT en su portal de noticias, los sistemas y herramientas de restauración digital han permitido acortar sustancialmente los procesos de restauración, partiendo de la creación de representaciones virtuales de obras originales restauradas.

En muchas ocasiones, se usan técnicas basadas en el reconocimiento de imágenes y en la visión artificial para poder crear copias restauradas digitalmente con una rapidez muy superior a la de los procesos de restauración normales, que pueden alargarse incluso años.

Restauración digital física de Alex Kashkine.

El método de Kachkine es muy distinto, pero eficaz sobre el papel. El estudiante propone la impresión de la restauración en una película de polímero en forma de máscara que se adhiere a la obra original. Una máscara que a su vez, almacena un archivo digital para futuros restauradores.

El propio Kachkine probó este sistema en una pintura al óleo del siglo XV que estaba muy dañada y que él adquirió en su paso por el MIT. El resultado fue una restauración de principio a fin que tardó tres horas y media.

El 'Ecce Homo' de Penagos, en su estado actual (i) y tras su fallida restauración (d).

El 'Ecce Homo' de Penagos, en su estado actual (i) y tras su fallida restauración (d). E.E.

Pero ¿cómo se hace? Lo primero, y es aquí donde aún está presente el trabajo de restauración original, es limpiar la pintura usando técnicas tradicionales, eliminando restauraciones anteriores de otros trabajadores.

Una vez limpia, Kachkine usó algoritmos de inteligencia artificial escaneó todo el cuadro, especialmente las zonas en las que la pintura ya estaba agrietada o directamente desvanecida al paso de los años.

Una de las claves de este paso es que los algoritmos en ningún caso fueron desarrollados por Kachkine; ya existían en el mercado, por lo que no se tuvieron que desarrollar nuevos sistemas adaptables a esta metodología.

Aún así, Kachkine desarrolló un software complementario que creaba un mapa de las regiones de la obra original que requerían relleno, además de los colores exactos necesarios para que coincidiesen con la versión restaurada digitalmente.

De esta forma, Kachkine logró una máscara física de dos capas que se imprime sobre finas películas de polímero, siendo la primera a color y la segunda en blanco, pero manteniendo el mismo patrón. Estas placas, de nuevo, son físicas.

Kachkine relata que se necesita tanto tinta blanca como de color en la capa de polímero para conseguir el espectro completo. "Si esas dos capas están desalineadas, es muy fácil de ver. Así que también desarrollé algunas herramientas computacionales", explica el estudiante.

Dichas herramientas "basadas en lo que sabemos de la percepción humana del color", sirvieron para determinar qué tan pequeñas eran las regiones que se podían alinear y restaurar. Usando impresoras de inyección de tinta, Kachkine pudo imprimir las dos capas.

Las alineó y pudo superponerlas a mano sobre la pintura, adhiriéndolas con barniz normal sobre la pintura. Si usó este tipo de materiales fue por algo, ya que las películas se pueden disolver con soluciones de conservación en caso de que los restauradores futuros necesiten ver la obra original.

El original de 'Joven caballero en un paisaje' y una fotografía del cuadro con luz inflarroja.

El original de 'Joven caballero en un paisaje' y una fotografía del cuadro con luz inflarroja. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Este escaneo se suma a la copia digital de la máscara, que se puede guardar como registro de lo restaurado. Con este método, la obra de Kachkine pudo repararse de forma sustancial, logrando gestionar miles de zonas perdidas en tan solo unas horas.

Debido a que estas películas se pueden retirar y el archivo digital almacenar, futuros restauradores pueden consultar todos los detalles de la obra y ver qué cambios se realizaron para restaurar la pintura original, facilitando enormemente el procedimiento.