
Recreación del puente colgante en el Caminito del Rey Omicrono
Así se construirá el puente colgante peatonal más largo de España: de 4,5 toneladas de cables de acero a uso de drones
Situada en el tramo final del Caminito del Rey (Málaga), la pasarela tendrá 110 metros de longitud y se construirá a 50 metros de altura.
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En el desfiladero de los Gaitanes, en el corazón de la Sierra de Málaga, el estrecho cañón que se extiende a lo largo de 7,7 km sobre las azules aguas del río Guadalhorce se ha convertido por derecho propio en una de las atracciones turísticas españolas de mayor alcance internacional. Allí, entre las paredes verticales de piedra caliza, se construyó hace ahora 100 años el Caminito del Rey, un conjunto de pasarelas para facilitar el trabajo de los operarios de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro. El recorrido, reconstruido en 2015 para que dejara de ser considerado como uno de los "más peligrosos del mundo", fue hasta entonces sólo apto para escaladores experimentados.
Ahora, para celebrar tanto el siglo como la década recién cumplidos, la Diputación de Málaga y la UTE encargada de la reconstrucción, formada por las empresas Sando, Salzillo y Mundo, acaban de presentar el proyecto del puente colgante peatonal más largo de España. "Lo que se busca es dar una mejor salida, más cómoda y directa al tramo final del recorrido actual del Caminito. Ahora tiene una fuerte subida para superar el paso de la vía del tren, con un tramo de siete escaleras, una pendiente bastante pronunciada, luego otra bajada… Es un tramo de recorrido final bastante duro. Con este puente conseguiremos suavizarlo y acortar hasta 1 km la distancia", explica a EL ESPAÑOL-Omicron Francisco Vázquez, director de obra tanto de la reconstrucción del Caminito como del nuevo puente.
A lo largo de la conversación con Vázquez hay una palabra que se repite una y otra vez: dificultad. Y es que los trabajos a 50 metros de altura para poner la guinda del pastel en este incomparable reclamo turístico, que cada año visitan más de 300.000 personas, son de todo menos sencillos. "Lo sabemos por experiencia, no va a ser fácil. Es muy largo, son 110 metros, y eso hace que los cables de acero sean muy largos y muy pesados. Manejar y ajustar todos los componentes tendrá su complicación", reconoce este ingeniero de dilatada experiencia. Además, se añade otro factor extra a los importantes desafíos para construir el puente y abrirlo al público antes de que acabe 2025: el Caminito permanecerá abierto a los visitantes y los trabajos se realizarán únicamente en las fechas en las que esté cerrado por mantenimiento.
Fases de construcción
Ante un proyecto de estas características, lo primero y más importante es conocer con detalle el terreno donde se va a levantar el puente. Y en ese sentido, Vázquez y su equipo tienen los deberes hechos, gracias a los trabajos realizados previamente para la reconstrucción del Caminito y a un estudio pionero a nivel mundial sobre desprendimientos. Aún así, han vuelto a realizar las mediciones necesarias para levantar un mapa en 3D de la zona utilizando "la última tecnología en lectura multiescáner".
Se trata de un láser montado en un dron "que ofrece millones de puntos para hacer un levantamiento topográfico del entorno. Es muy práctico, porque ofrece una imagen 3D de cada relieve y cada piedra, lo que te permite plantear, replantear y trabajar haciendo pruebas en el entorno casi real de la pantalla. La reproducción en 3D es milimétrica y ha sido fundamental para concretar todos los detalles del proyecto".
Modelización en 3D del Caminito del Rey
Ese trabajo preliminar formó parte de la primera fase de construcción, "en la que llevamos meses trabajando y que también implica el diseño, el encaje y los ensayos a un lado y otro del terreno, para hacer todos los cálculos y el dimensionamiento del puente".
A raíz de esa labor previa al inicio de las obras se plantearon múltiples versiones del puente. "Primero partimos de un puente tibetano al uso, que va un poco combado y en las propias catenarias de los cables son las que forman el pasamanos del visitante" reconoce Vázquez. "Finalmente, se ha optado por un puente colgante, es decir, una pasarela plenamente colgada de los cables tirantes sustentadores, que son los que van por arriba. La pasarela va recta, con una pendiente constante de bajada del 7,5% desde el punto de salida".

Omicrono
Una vez diseñado el puente, en marzo empezará el proceso constructivo in situ, el más difícil todavía. "Será complicado porque la parte de roca está en una pared vertical, con lo que el acceso es solamente peatonal a través de la pasarela existente del Caminito o mediante trabajos verticales. No hay otra forma". De hecho, ni siquiera los helicópteros que se usaron para la reconstrucción del Caminito y que aquí tendrán un papel protagonista pueden acercarse mucho, "con lo cual hay una fase complicada del anclaje a la roca, con perforaciones de entre dos y tres metros, dependiendo del punto de sujeción del puente".
Al otro lado, los 50 trabajadores de distintos gremios implicados en la construcción del puente se las tendrán que apañar con una loma en una ladera a gran altura, con mucha pendiente y difícil acceso. "Es un monte público y los condicionantes medioambientales también han sido difíciles de superar. Allí los trabajos de anclaje llevan microsondeos y el montaje va a ser muy espectacular, porque hay que usar un helicóptero y son cables muy pesados. Sin embargo, es la forma más práctica para montar después los cables sustentadores, los cables verticales, la pasarela en sí…".
Helicópteros especializados
Dadas las condiciones del terreno y la elevación del puente a unos 50 metros de altura, se desestimaron alternativas tradicionales de arrastre, con pequeña maquinaria o incluso a la vieja usanza, con porteadores. "El helicóptero es la solución más adecuada para las tareas de elevación y montaje de los cables de acero que hay que subir a la pared y al mástil de uno y otro lado. Habrá otras ayudas, otro tipo de elementos auxiliares, pero para componentes pesados como los cables tienen que subirse en helicóptero sí o sí".
Estos helicópteros no son los habituales que se usan para llevar pasajeros, sino que son modelos específicos preparados para trabajos de carga, que se suelen utilizar para las líneas de alta tensión que se instalan en montes y zonas altas. "Tienen sus joysticks específicos para manejar los cables, con eslingas y ganchos para que el piloto tenga el máximo control posible. Incluso algunos tienen parte del suelo de cristal, para que el piloto pueda ver la maniobra con detalle", explica Vázquez.

Un helicóptero participando en la reconstrucción de las pasarelas del Caminito del Rey Omicrono
El ingeniero subraya que no es la primera vez que llevan a cabo operaciones de este tipo. Por ejemplo, para instalar el primer puente colgante del Caminito, que tiene menos de una tercera parte de la longitud del nuevo, ya recurrieron a helicópteros y utilizaron técnicas que aquí replicarán en gran medida.
"La experiencia suma y ayuda, al final lo que hemos hecho es aplicar el mismo sentido común y hacer algo parecido al otro pero tres veces más grande. De hecho, creo que, si hubiéramos hecho este puente en su día, cuando se reconstruyó el Caminito, no habríamos optado por esta solución colgante. Ahora, 10 años después de terminar aquel proyecto, hemos tomado esta decisión porque siempre se pueden mejorar las cosas y ese tramo final se lo merece".
1,5 km de cable
Comparado con otros puentes, la nueva pasarela colgante del desfiladero de los Gaitanes será extremadamente ligera (38 toneladas), porque es peatonal y el esfuerzo de carga no será excesivo. "Además, tiene unos coeficientes de seguridad enormes", insiste Vázquez, "tanto los de cálculo de estructuras como los de los fabricantes de los cables de acero trenzado".
Los cables más grandes serán los sustentadores, con un peso de unas 2,2 toneladas cada uno y 60 mm de grosor, pero habrá muchos más para dar fuerza y resistencia al conjunto. "También están las péndolas, que son los cables verticales, los cables de pasamanos, los arriestradores o cables de viento, que son muy importantes para aportar estabilidad tanto para el tránsito de los visitantes como si sopla el viento… En total son 1.450 metros lineales de cable de acero distintos diámetros", resume.

Así quedará el nuevo puente colgante del Caminito del Rey Omicrono
Entre este puente y el anterior hay otra diferencia fundamental. En el ya construido, de 34 metros, la parte inferior está hecha con Tramex, una estructura metálica que deja ver el fondo del cañón entre tabla y tabla de madera. En esta ocasión, para evitar el nerviosismo y el vértigo de algunos visitantes, se ha optado por cubrirlo completamente. A los lados, una malla se encargará de aportar esa sensación extra de seguridad, por más que al cruzarlo los visitantes se sientan como Harrison Ford en Indiana Jones y el Templo Maldito.
"Son 110 metros, se tardarán unos dos minutos en cruzarlo, pero no queremos que nadie colapse en la mitad y tengamos que ir con un helicóptero para sacarlo. La madera del piso va a su vez sustentada por esta pequeña estructura metálica en celosía", lo que aporta mayor seguridad y solidez.

Especialistas en trabajos verticales en uno de los puentes del Caminito del Rey Omicrono
Para instalar todos estos elementos será necesario un equipo de expertos en trabajos verticales, capaces de colgarse en el vacío entre cables y poleas y realizar todo tipo de tareas para que el puente cumpla con los más altos estándares de calidad y seguridad. "Es un sector muy especializado, y el entorno que tenemos aquí para trabajar hace que vengan los mejores. Colgarte de una fachada para restaurarla está bien, pero cuando hablas del Caminito en el gremio… al final hay cola para venir a trabajar aquí", comenta Vázquez. Debido a las limitaciones de espacio sólo habrá seis de estos especialistas trabajando de forma simultánea, aunque en las distintas fases de construcción de la obra participarán unas 50 personas.
El éxito del Caminito del Rey, con un impacto estimado en la región de 400 millones de euros en la década que ha pasado desde su reconstrucción, ha llevado a otras localidades a proyectar elementos similares. Es lo que ha ocurrido en Ronda, donde se está construyendo otro puente en el Desfiladero del Tajo, con el propio Francisco Vázquez como supervisor de la obra. "El proceso constructivo es muy parecido, aunque hay diferencias en la parte superior que forman los pórticos de paso. A diferencia del Caminito, el de Ronda va hacia la parte inferior del río, muy cerca del agua, con lo cual la perspectiva del Tajo es una maravilla", concluye.