Los aerogeneradores han sufrido una gran evolución con el paso del tiempo. Gracias al avance de la tecnología las turbinas han ido ofreciendo diseños más llamativos, como uno hecho en España sin aspas, y los investigadores han buscado formas de hacerlas más sostenibles, como con la impresión 3D, y fáciles de transportar. Una empresa sueca incluso ha construido un aerogenerador de madera, el más grande del mundo de este tipo, que al fin se ha puesto en marcha para dar energía a 400 hogares.

Modvion, una start-up sueca, tuvo la idea a finales del año pasado de levantar la turbina de madera más grande del mundo. Un aerogenerador que a simple vista parece hecho de acero, que se construye en siete tramos con un total de 28 módulos y cuya torre mide 105 metros; alcanzando en total los 150 metros sumándole el rotor. 

Ahora la compañía sueca ha puesto en funcionamiento la turbina, que está instalada cerca de la ciudad sueca de Gotemburgo y que cuenta con 2 megavatios (MW). Al estar conectada a la red, este aerogenerador de madera ya ha comenzado a suministrar electricidad a un total de 400 casas, lo que supone un importante avance en el sector.

El interior del aerogenerador. Modvion Omicrono

El aerogenerador de la empresa sueca cuenta con una capa de pintura de color blanco en su exterior y con un interior en el que la madera es la gran protagonista. Además, tiene unas aspas hechas de fibra de carbono. La compañía señala en su página web que una de las claves de este dispositivo es que su torre se ha levantado con 144 capas de madera laminada (LVL) que forman unas paredes gruesas para resistir la fuerza del viento y el movimiento de las palas. 

Modvion cree que gracias a utilizar la madera, este material permitirá en un futuro construir torres de aerogeneradores el doble de altas. De esta manera, los rotores de las mismas se podrían situar a más de 300 metros de altura. Otra de las ventajas es que las piezas de madera se pueden transportar fácilmente hasta el lugar donde se instalará la turbina, donde se pegan formando cilindros y se apilan una encima de otra. 

[La IA española que protege a las aves de las palas de los aerogeneradores: los para antes de que choquen]

Cambiar el acero por la madera también presenta otra series de ventajas, como que se fabrican con menos esfuerzo y ofrecen huella de carbono negativa antes de salir de la fábrica. Esto se debe a que la madera se extrae de los árboles, que eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera cuando están vivos y, además, este material no se quema en hornos -algo que sí sucede con el acero-.

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