La industria de las embarcaciones de lujo no deja de evolucionar. En los últimos años, los fabricantes de este tipo de barcos se han centrado en incorporar energías limpias a la propulsión de estos colosos del mar, como el yate de Fernando Alonso, plagado de paneles solares o uno inspirado en los tiburones. El siguiente paso lo han dado desde el estudio de diseño Lazzarini, con un concepto basado en las cualidades de los hidrodeslizadores, capaces de desplazarse a gran velocidad gracias a sus foils, como los que utilizan los veleros que participan en competiciones como la Copa América. 

Desde hace más de un siglo, los ingenieros náuticos y diseñadores han aprovechado la tecnología del foiling para fabricar desde barcos veleros hasta tablas de sur o lanchas eléctricas. Su uso se basa en aprovechar las leyes de la hidrodinámica para aumentar la velocidad a la que se desplazan todo tipo de embarcaciones. Lo que consiguen es disminuir el contacto del barco con la superficie del agua, elevando el casco hasta lograr un punto de equilibrio que produce sustentación, como la que utilizan los aviones para mantenerse en el aire.

El estudio italiano ha aprovechado esta ventaja que ofrecen los foils para presentar el Plectrum, probablemente, el yate hidrodeslizador más grande del mundo, con un tamaño de 74 metros de eslora. Su diseño se basa precisamente en los monocascos AC75, los más rápidos de los que han competido en la Copa América desde el inicio de las regatas, allá por 1851.

Propulsión de hidrógeno

En lugar de aprovechar el viento, como hacen los veleros, este increíble yate lleva en sus entrañas tres motores de hidrógeno capaces de proporcionar 5.000 CV cada uno. A toda máquina, según Lazzarini, el Plectrum podría alcanzar los 75 nudos (el equivalente a 138 km/h). Una velocidad en la que estaría elevado por los foils, que lo sacarían del agua para ofrecer una navegación suave.

"Nos gusta recordar que en 1964, la construcción naval ya era capaz de construir embarcaciones similares", señala el estudio en un comunicado de prensa. "Esta configuración diferente del superyate permitirá desplazamientos mucho más rápidos que los buques convencionales de tamaño similar".

La zona trasera del yate Plectrum Lazzarini Design Studio Omicrono

Para permitir esas velocidades y que el yate se eleve sobre la superficie del mar, los materiales de construcción son cruciales. Por eso en Lazzarini han apostado por una fusión entre carbono ligero y materiales compuestos, para que el peso del barco sea lo más ligero posible.

Las estancias interiores del yate se reparten en cuatro cubiertas, con seis camarotes con todo tipo de comodidades para los invitados y la gran suite del propietario. En el exterior, marcado por un llamativo tono naranja, hay espacio hasta para un helipuerto en la proa. Al otro lado, un club de playa con piscina invita a pasarlo en grande. De momento el Plectrum sólo es un concepto, pero la firma italiana sostiene que puede construirse bajo pedido por un coste de unos 80 millones de euros.

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