La chaqueta de Vollebak registrada por una cámara térmica

La chaqueta de Vollebak registrada por una cámara térmica Vollebak Omicrono

Tecnología

La capa de invisibilidad de Harry Potter existe: así es la ingeniosa chaqueta que la emula

La marca Vollebak presenta una prenda que utiliza 42 parches de grafeno para ocultar a quien la lleva de las cámaras y detectores de infrarrojos.

16 noviembre, 2022 02:36

¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible, aunque sea por unos momentos? "Hacer tal cosa sería trascender la magia", escribió H.G. Wells en El hombre invisible, publicada en 1897. Ese viejo anhelo podría estar más cerca que nunca, también en España. Ya existe una capa de invisibilidad similar a la de Harry Potter, que ha evolucionado en escudo, e Israel dispone de una tela que absorbe la radiación y camufla a sus soldados a la perfección. Ahora ese 'poder' inicia su camino en la industria textil con una chaqueta de camuflaje termal que, en un futuro, podría hacerte invisible.

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Detrás de ella están los hermanos gemelos Steve y Nick Tidball, fundadores de Vollebak, una empresa con sede en Londres que "pretende hacer con la ropa lo que Tesla hizo con los coches y El Bulli con la comida, utilizando la ciencia, el ingenio y la imaginación para crear productos que nadie ha pensado antes", según se lee en su página web.

Su última creación, aún en desarrollo, es una chaqueta en la que han invertido 100.000 libras y 3 años de trabajo junto a científicos del Instituto Nacional del Grafeno (NGI) y el Centro de Ingeniería e Innovación del Grafeno (GEIC), instituciones británicas dedicadas íntegramente a trabajar en las posibilidades que ofrece este supermaterial. Y es que las cualidades únicas del grafeno, sobre todo su capacidad para conducir electricidad, son las que han hecho posible la creación de la primera chaqueta de camuflaje térmico del mundo.

Así funciona

El funcionamiento del sistema de camuflaje de la chaqueta se basa en 42 parches de grafeno (cada uno de ellos compuesto por más de 100 capas de grafeno puro), que pueden controlarse individualmente mediante un microcontrolador. Así, este dispositivo sirve para elegir los distintos niveles de radiación térmica que se desea emitir con cada parche, sin que cambie su temperatura. Si todos los parches se programan para que tengan el mismo nivel de radiación térmica que su entorno, eso los convierte en invisibles para las cámaras infrarrojas.

Este prototipo "demuestra por primera vez la viabilidad del camuflaje térmico vestible y puedo afirmar con seguridad que el concepto de una capa de invisibilidad ya no es ciencia ficción", ha declarado Coskun Kocabas, profesor de materiales de dispositivos 2D de la Universidad de Manchester y del NGI y líder del proyecto. "La razón por la que hemos utilizado grafeno en la capa es que se trata de un material altamente sintonizable, lo que significa que al aplicarle energía cambia su apariencia tanto en el espectro infrarrojo como en el visible".

La chaqueta de 'invisibilidad' de Vollebak

Para demostrar hasta qué punto podían controlar la radiación térmica emitida por la chaqueta, los responsables de esta insólita prenda programaron un código que les permitió jugar al Tetris en infrarrojo, como se puede ver en el vídeo. Así, en lugar de ver el calor que irradia el cuerpo humano, la cámara infrarroja registró el patrón del mítico juego que hizo furor en los años 80 del siglo pasado.

Para conseguirlo, cargaron el código desde el ordenador hasta un microcontrolador instalado en la chaqueta. A través de la tela, el cableado impreso en oro y cobre llega a cada parche de grafeno, a los que se les aplicaron distintos voltajes. Estos 'forzaron' a los iones entre las capas de grafeno y, cuanto más voltaje se aplicó, menos radiación térmica emitía cada parche.

La chaqueta de camuflaje conectada a un portátil

La chaqueta de camuflaje conectada a un portátil Vollebak Omicrono

A día de hoy, la chaqueta no logra la invisibilidad, pero según los técnicos y los fundadores de Vollebak es cuestión de tiempo que lo consiga. "Durante la próxima década, a medida que aumentemos la tecnología y reduzcamos el tamaño de los píxeles de grafeno, teóricamente deberíamos poder ocultar cualquier cosa. Con suficientes parches y suficiente energía, una persona podría simplemente mezclarse con un bosque. O un avión podría confundirse con una pista", aseguran en su página web.

De momento, la chaqueta de camuflaje térmico solo funciona en el espectro infrarrojo, pero el grafeno tiene el potencial de cambiar su apariencia también en el espectro visible, según la energía que se le aplique. Al menos en teoría, el hecho de cambiar la densidad de carga del grafeno también cambiará los colores que vemos. Y, una vez desarrollado un dispositivo capaz de controlar todas las longitudes de onda, la posibilidad de construir una capa de invisibilidad será mucho más factible.

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Steve y Nick Tidball admiten en una entrevista para The Guardian que la chaqueta es sólo un concepto y no está a la venta, algo que esperan conseguir de aquí a 5 o 10 años. Mientras tanto, los desarrollos militares, que son los más punteros tecnológicamente en todo lo que tiene que ver con el camuflaje térmico, seguirán avanzando para conseguir soldados 'invisibles' a las cámaras térmicas.

Una marca futurista

No es la primera vez que Vollebak, que en flamenco significa "ir a por todas", presenta una prenda de ropa que incorpora tecnologías que se podrían considerar futuristas. Los hermanos Tidball, dos publicistas que corrían ultramaratones como aficionados, empezaron a pensar en posibles mejoras para prendas deportivas y acabaron desarrollando productos como la chaqueta del Apocalipsis o una camiseta ecológica fabricada con cáñamo y algas negras. 

La chaqueta solar de Vollebak

La chaqueta solar de Vollebak Vollebak Omicrono

Desde hace cinco años, Vollebak ha presentado al mundo todo tipo de prendas innovadoras, como la primera chaqueta con carga solar del mundo que almacena y vuelve a emitir luz, unos pantalones de chándal ignífiguos con una durabilidad superior a 100 años y la primera equipación para Marte, con un bolsillo anti-gravedad y una cubierta exterior de nailon capaz de resistir el impacto de una bala.

Cada nuevo diseño tarda entre cinco y diez años en fabricarse y generalmente lo hace en unidades muy limitadas, por lo que sus precios son bastante elevados, entre los 200 y los 2.000 euros por cada prenda. Quizá por eso entre sus clientes se cuentan personalidades como Brad Pitt, Jack Dorsey (CEO de Twitter antes de la llegada de Elon Musk), el cineasta Christopher Nolan o el artista Olafur Eliasson. 

Gracias a los hermanos Tidall y su marca, el sueño que describía H.G. Wells en El hombre invisible está un paso más cerca de hacerse realidad. "Contemplé, sin dudas, una magnífica visión de todo lo que la invisibilidad podría significar para un hombre: el misterio, el poder, la libertad...".

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