Skyborg es una de esas tecnologías de drones autónomos de las que se lleva hablando desde hace años y que se desarrollan a fuego lento dentro de los laboratorios de tecnología más secretos de Estados Unidos. Mientras España, Alemania y Francia continúan luchando por sacar adelante su FCAS -un ecosistema completo de combate aéreo con caza y dron incluidos-, al otro lado del charco el trabajo está sensiblemente más adelantado.

No solo por el hecho de contar con cazas de quinta generación como el F-22 o el F-35, sino por todo lo que rodea a los drones autónomos que en un futuro se convertirán en auténticas aeronaves con una capacidad de ataque equivalente a sus versiones tripuladas. Un hecho que supondrá una auténtica revolución en la aviación y en la industria militar, donde cada vez se requiere menos poner en peligro vidas humanas.

Justamente eso es Skyborg, un "sistema de sistemas" que permitirá a los pilotos del ejército de Estados Unidos no enrolarse en las misiones más complejas. El trabajo más delicado recaerá sobre sus loyal wingman (compañeros leales) que se convertirán en guardaespaldas y en ejecutores.

El último gran paso que se ha dado en este camino ha ocurrido hace unos días cuando la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha puesto en funcionamiento el primer 'cerebro' de Skyborg a bordo de un dron. El vuelo se llevó a cabo en la base aérea Tyndall (Florida) y tuvo una duración total de 2 horas y 10 minutos.

Primera puesta de largo

A pesar de llevar varios años siendo objeto de estudio por parte de la compañía Kratos y de los ingenieros propios del ejército de Estados Unidos, la casuística prácticamente ilimitada de los vuelos reales siempre lleva consigo un riesgo. Probablemente debido a esta situación, la Fuerza Aérea ha denominado como Milestone 1 o "Primer Hito" a este primer vuelo realizado el pasado 6 de mayo como despegue inaugural de una de las tecnologías que más dará de qué hablar en los próximos años.

Dron con el 'cerebro' de Skyborg despegando USAF Omicrono

El Sistema Central de Autonomía (ACS, por su acrónimo en inglés) de Skyborg demostró en los 130 minutos de vuelo que ya es capaz de llevar a cabo algunas tareas básicas -no especifican mucho más- y responder a los comandos de navegación enviados desde tierra. También pusieron a prueba su capacidad para esquivar obstáculos colocando geovallas, llevando al límite a la aeronave donde se instaló y también demostrando maniobras coordinadas.

"Estamos muy emocionados por el exitoso vuelo de una versión temprana del 'cerebro' del sistema Skyborg. Es el primer paso en una maratón de crecimiento progresivo para la tecnología Skyborg", declaró el general Dale White, ejecutivo del programa para cazas y aviones avanzados entre los que se encuentra Skyborg. "Estos vuelos iniciales dan inicio a la campaña de experimentación que continuará madurando el ACS y generando confianza en el sistema".

Este Milestione 1 es tan solo el comienzo de una de las partes más delicadas del desarrollo del programa. En los próximos meses veremos más vuelos del 'cerebro' para ir puliendo y validando la tecnología a bordo de diferentes modelos de drones.

Dron Kratos UTAP 22 despegando con el 'cerebro' de Skyborg USAF Omicrono

En esta serie de pruebas, los controladores en tierra firme mandaban comandos al ACS, pero en el futuro tan solo recibirá órdenes de cazas tripulados como el F-16. El dron demostró ser competente en maniobras básicas de aviación y respondió a los comandos mientras volaba en un espacio aéreo compartido con hasta cuatro aviones de combate, incluidos los F-16 y F-15 del 40 Escuadrón.

Si los planes de la Fuerza Aérea no cambian, las pruebas las realizará la 96 Test Wing de la USAF como uno de los centros más importantes dentro de Estados Unidos. "Está bien posicionada para integrar y probar tecnologías emergentes como la autonomía en varias plataformas (aviones y armas)", anuncian desde el ejército.

Kratos UTP-22 Kratos Omicrono

El elegido para equipar el ACS en esta ocasión es el dron UTAP-22 Mako, un desarrollo del contratista del ejército Kratos -compañía detrás del desarrollo del dron guardaespaldas- que dispone de unas especificaciones muy avanzadas. Cuenta con un techo de vuelo de 15.240 metros, una velocidad máxima de 11.113 kilómetros por hora (Mach 9 o 9 veces la velocidad del sonido) y está especialmente pensado para usarse como dron de apoyo junto a un caza tripulado.

Más que un dron

El programa Skyborg es uno de los más ambiciosos del ejército de Estados Unidos. Se trata de todo un ecosistema de proyectos desarrollados en paralelo y relacionados con los drones autónomos que tiene como misión dar apoyo a los pilotos a bordo de aeronaves tripuladas.

Diseño conceptual de Skyborg AFRL Omicrono

Uno de los cometidos de los drones autónomos es el de recoger información que puede llegar a ser clave. Por ejemplo, "detectar posibles amenazas aéreas y terrestres, determinar la proximidad de las amenazas, analizar el peligro inminente e identificar las opciones más adecuadas para atacar o evadir aviones enemigos", según recogen en la página web de Skyborg.

"Los aviones no tripulados que utilizan el sistema de autonomía desarrollado para este experimento podrían ir a lugares donde los cazas tripulados no pueden ir", declaró Nathan McCaskey, piloto del 40 Escuadrón de pruebas de vuelo y piloto del proyecto AAAx (donde se encuadra el vuelo de pruebas de Skyborg).

En definitiva, los drones equipados con esta tecnología -de los que todavía no se conoce nada- serán los compañeros más leales de los pilotos humanos en el cielo. "Los algoritmos complejos y los sensores de última tecnología ofrecen la autonomía suficiente como para tomar decisiones en las reglas de participación establecidas por los pilotos de las aeronaves tripuladas".

Skyborg

Desde la Fuerza Aérea también apuntan a que, por políticas internas, una persona siempre será responsable de una decisión de matar. Una cuestión moral que se ha abierto de igual manera con las armas que disparan solas y en la que el piloto del caza 'sincronizado' con el dron será responsable si se produce algún tipo de daño tanto personal como material. Por el momento, Estados Unidos no ofrece fechas aproximadas sobre cuándo esta tecnología comenzará a estar diponible y no parece ser que vaya a suceder a medio plazo.

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