Los aviones apagafuegos se han convertido en esenciales para la lucha contra los incendios. Su capacidad para cargar gran cantidad de agua u otros materiales retardantes -como el clásico polvo rojo- y su versatilidad los hacen perfectos para acceder a zonas remotas o a su aplicación en grandes áreas.

En España tenemos a los comúnmente llamados 'botijos', unos bimotores de hélice capaces de cargar agua para luego soltarla sobre los focos, pero como suele ser habitual, en Estados Unidos van muchísimo más allá.

En uno de los últimos vídeos que se han hecho virales en redes sociales, podemos ver un Douglas DC-10 tirando polvo rojo retardante mientras realiza una maniobras espectaculares. La pericia de los pilotos apagafuegos no tiene duda, pero lo cierto es que no es lo mismo manejar un turbohélice más o menos pequeño que un trimotor de pasajeros reconvertido en cisterna.

El Douglas DC-10 fue originalmente desarrollado para el transporte comercial de pasajeros como una de las apuestas del largo radio y fuselaje ancho que levantó el vuelo a principios de la década de los 70. Su producción se continuó hasta 1990 con varias revisiones del diseño, pero tuvo algunos problemas técnicos que no le hicieron ser el favorito de las aerolíneas. Al menos en un primer momento. Con las líneas aéreas regulares quitándoselos de en medio, las cargueras vieron una oportunidad excepcional y aún hoy, medio siglo después, siguen volando y transportando mercancía de un punto a otro del planeta.

En estos 50 años ha dado tiempo a que se construyan aviones cisterna para reabastecimiento en vuelo y también aviones apagafuegos como el del vídeo. Los estadounidenses son especialistas en adaptar este tipo de aviones, pero ver a un mastodonte trimotor de 200 toneladas entre montañas no ocurre todos los días.

El DC-10 se está empleando en los incendios que está asolando parte del estado de Arizona, en Estados Unidos. En los diferentes vídeos podemos observar al gigante volando entre valles y montañas soltando el retardante en el momento justo, no sin apurar la trayectoria. Estas maniobras son muy delicadas debido al cambio de masas del avión. La aeronave pierde en un segundo una cantidad de masa muy importante y las físicas de vuelo cambian radicalmente.

Y si esta del Douglas parece arriesgada, tenemos que ver la realizada por este BAe-146, más conocido como 'jumbolino', que el año pasado estuvo a punto de estrellarse en una maniobra apagafuegos similar.