Apple nunca se ha caracterizado por ofrecer unos precios bajos en sus productos y ha quedado patente con el último Mac Pro 2019 que puede llegar a pasar los 60.000 euros según qué configuración de software elijamos.

Como no podía ser de otra manera, las redes pusieron en marcha su ingenio y memes de todo tipo inundaron Twitter, Instagram y Facebook. La polémica estaba servida y había pequeñas competiciones entre usuarios para ver quién había conseguido mayor precio.

También han estado en el punto de mira componentes con precios desorbitados. El ejemplo más claro son los 480 euros que hay que desembolsar por ponerle unas ruedas al ordenador de sobremesa. Dando 62.648 euros la configuración más potente con todos los extras.

El Mac Pro de 2019 no es el ordenador más caro que ha hecho Apple

Al menos no en su versión más básica. La gente de Cult of Mac ha revisado los precios de venta al público de los ordenadores de Apple en su historia y han encontrado que el Macintosh IIfx costaba en su lanzamiento nada menos que 8.969 dólares estadounidenses.

Apple

El Macintosh IIfx se lanzó al mercado hace casi 30 años. Concretamente el 19 de marzo de 1990 fue el día escogido por Apple para que los usuarios pudieran comprar el que sería un pequeño borrón en el portfolio de la compañía.

Utilizaba un procesador de 40 MHz firmado por Motorola considerado como uno de los mejores del mercado e incluía la primera tarjeta de vídeo acelerada. Pero no fue suficiente para convencer a médicos e ingenieros, los potenciales compradores que Apple buscaba.

Jason's Macintosh Museum en YouTube

El truco está en la inflación. Como hemos comentado un par de párrafos más arriba, el PVP del IIfx era de 8.969 dólares lo que hoy significaría un desembolso de 17.650 dólares. Vale que no se acerca la cifra que del ordenador más potente de Apple, pero sobrepasa con creces la versión básica.

Los de Cupertino han establecido un precio de acceso al Mac Pro 2019 de 5.999 dólares, menos del precio que se tenía que desembolsar por un IIfx sin siquiera aplicar la inflación de los casi 30 años que separan a uno y a otro.