El efecto del "valle inquietante" es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los fabricantes de robots. Se produce cuando un robot, un personaje, o básicamente cualquier cosa artificial intenta hacerse pasar por un humano, imitando su aspecto y comportamiento pero sin llegar a la perfección.

Para los seres humanos, eso provoca una sensación de fuerte rechazo. De hecho, un robot nos puede parecer adorable si tiene pocas características humanas, detestable si se acerca a ellas, y finalmente, tenemos más empatía con un humano real; de ahí el "valle".

Esto es un problema para la adopción de la robótica en nuestro día a día. Queremos robots amigables y que nos ayuden, pero si se pasan de la raya e intentan parecer lo que no son, los rechazamos.

Robots con tu cara, ahora es posible

Puede que la solución esté en adoptar el aspecto de una persona real, y ese es el objetivo de Geomiq, una empresa del Reino Unido especializada en producción de componentes e impresión 3D, que también se ha metido de lleno en robótica. Como tal, recibe muchas peticiones de startups y compañías que necesitan piezas muy especializadas; pero la que les llegó hace unas semanas se llevó la palma.

Una empresa de robótica les pidió ayuda para terminar el desarrollo de un robot humanoide; Geomiq no puede hacer público su nombre, pero afirma que es de lo más avanzado que hemos visto. Hasta el punto de que este robot se parecerá mucho a un humano.

La solicitud que recibieron en Geomiq tiene que ver con el aspecto exterior del robot, y concretamente, su cara. La empresa quiere una cara "amable y amistosa" que puedan poner a todas las unidades de su robot; en efecto, todas las unidades tendrán la misma cara, para que sean fácilmente reconocibles pero al mismo tiempo sean más empáticas para clientes y usuarios.

Es algo especialmente importante, teniendo en cuenta que estos robots serán usados como "amigos virtuales" para personas de la tercera edad.

En vez de diseñar una cara desde cero, y arriesgarse a caer en el "valle inquietante", Geomiq ha tomado una decisión sorprendente: ofrecer dinero a cambio del derecho a usar nuestra cara para el robot.

En concreto, Geomiq promete pagar 100.000 libras (más de 115.000 €) a la persona que firme una licencia para usar su cara en robots. El concurso público implica que cualquiera puede contactar con la compañía a través de su correo electrónico; no se ha especificado qué tipo de facciones se buscan, sólo el requisito mencionado de que sea "amable y amistosa".

Si te interesa, ten en cuenta una cosa: se espera que la cara sea usada en una buena cantidad de robots, no sólo en uno. De hecho, si el producto tiene éxito podría acabar potencialmente como la cara de miles de robots. Sí, básicamente están pidiendo que seas el Arnold Schwarzenegger de los Terminator.

No nos imaginamos lo raro que sería encontrarnos por casualidad con un robot con nuestra cara, incluso sabiendo que hemos dado permiso. También está la duda de qué pasaría si el robot tiene un funcionamiento defectuoso, o si comete alguna ilegalidad con tu cara. Seguro que ahora mismo hay un guionista de Hollywood escribiendo furiosamente.

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