Apple podría volver a tener una especie de Touch ID en aquellos teléfonos sin botón de home físico gracias a un lector de huellas incrustado en la pantalla. Funcionaría mediante por ultrasonidos en vez del tradicional método usado en los iPhone 8. La ventaja: no requiere un botón físico, por lo que se puede poner en un iPhone X; y además es más seguro que el Touch ID tradicional, pues los ultrasonidos pueden captar todos los detalles de la huella y no solo una parte.

Y cuanta mayor precisión tenga este sistema, más probabilidades hay de que Apple acabe por implementar el sistema. Face ID (su sistema de reconocimiento facial), por ejemplo, tiene una ratio de fallo de 1:1 000 000, mientras que Touch ID 1:50 000. Este revolucionario sistema de ultrasonidos probablemente sería más seguro incluso que Face ID.

Además, es el lugar hacia adónde se está dirigiendo el sector: el fabricante de teléfonos Android Vivo ya tiene el suyo y el resto de marcas, como Samsung, también lo tendrían o este mismo año o el que entra; es una buena forma de contrarrestar el fallo de las pantallas infinitas, a las que no se le puede poner botón delantero físico.

Cómo funcionaría un sensor de huellas por ultrasonido

sensor de huellas bajo la pantalla

Por lo tanto, no sería un sustituto de Face ID, sino más bien un complemento. La incógnita que nos queda en el aire es, ¿qué ocurrirá con aquellos teléfonos que siguen teniendo Touch ID? Una opción es mantener el botón pero sin la funcionalidad del lector de huellas, algo poco probable porque sería inútil; o directamente cargarte el botón en los modelos que actualmente siguen teniéndolo.

Una de las pocas razones para mantener el botón físico es por el sensor de huellas, y habiendo otro de calidad superior sin necesidad de ser instalado en un botón físico, no tendría por qué seguir existiendo ese botón en las variantes del iPhone que lo siguen teniendo (¿todos serían con notch y pantalla infinita?).

sensor de huellas bajo la pantalla vivo

El ultrasonido puede atravesar fácilmente el cristal y cualquier otro componente que pueda estar instalado en un teléfono móvil, por lo que se convierte en ideal para poner este sistema debajo de la pantalla. Además, funciona independientemente de si el dedo está mojado o si está manchado de aceite, por ejemplo, algo que no podríamos hacer con un sensor óptico.

Mediante los ultrasonidos, se mapea el dedo y se obtiene una especie de figura tridimensional que se compararía con la figura usada en la configuración de la huella. De esta forma, se obtiene mucha más información que con un sensor tradicional, pues obtenemos todas las características de la huella y la yema.

Esta tecnología Finger on Display de Apple es más cara que la tecnología óptica, la que usan los actuales fabricantes de Android que la incorporan, así como también lo es frente a la capacitiva, pero también tendría un grado de precisión mucho más alto. Pero también se presenta otra problemática más: serían difíciles de fabricar, por lo que podríamos descartar su uso a escala masiva.

Recordemos que Apple no incorporó Face ID en el iPhone hasta que era totalmente seguro, después de 4 años de desarrollo. Es decir, los de Cupertino no sustituirían este sistema seguro por uno que falla más veces, por lo que deben usar la tecnología más puntera.