Para nosotros, los humanos, montar un mueble de Ikea es relativamente sencillo (aunque para muchos es imposible), pero no para un robot. De hecho, para un robot es un desafío tan grande que enviarlo a montar uno de sus muebles sirve como prueba para evaluar las habilidades del mismo. Esto es lo que han hecho investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur) con dos brazos robóticos, concretamente.

Las habilidades que implica esta sencilla tarea para nosotros son innatas, por lo que apenas nos cuesta saber qué pieza de un mueble va en qué sitio (vamos creando una imagen mental según lo vamos montando), pero la un robot es harto complicado. Para un robot es básicamente un rompecabezas en 3D que involucra movimientos complejos y la manipulación de objetos delicados, como tornillos.

Hay veces que las tareas más simples para nosotros son un gran campo de entrenamiento para los robots

El robot, NTU, compuesto por dos brazos robóticos tardó tres años en construirse. Eso sí, tiene mucha más capacidad realizando movimientos coordinados que nosotros, otra de las habilidades requeridas para este tipo de tareas. Los investigadores implementaron cámaras en el diseño de los brazos, de modo que tienen la capacidad de identificar y rastrear las piezas.

El robot que es capaz de montar una silla de Ikea, con éxito rotundo

robot con dos brazos roboticos montando silla de ikea montaje

Digitalmente las monta y elabora un plan de montaje. Todo esto sin leer ningún tipo de instrucción, solo gracias a la Inteligencia Artificial de la que está provista. De hecho, el robot tarda más tiempo planificando su plan que montando el propio mueble. Lo que los investigadores quieren lograr es que el robot pueda construir un mueble por piezas simplemente mostrándole el resultado final.

Para monta la silla Stefan de Ikea, una de las más vendidas de la firma sueca, solo tomó 20 minutos, lo que es considerablemente poco. En realidad, es el doble de tiempo de lo que un humano hubiera tardado (según Ikea, una persona lo haría en 10 minutos), pero está muy bien.

Y como apuntan desde Wired, lo mejor de todo es que el robot ha sido capaz de montarla sin romper ninguna pieza (lo que probablemente le ocurriría a un humano al enfrentarse a un mueble de Ikea), y sin maldecir al diseñador. Es simplemente impresionante ver cómo el robot usa sus dos brazos para enhebrar la mecha de madera, aún sin siquiera ver, guiándose por el tacto.