Cuando en 2015 empezamos a hablar de la nueva gama Optane de SSDs, no nos imaginábamos que tendríamos que esperar casi tres años para disfrutarla.

Intel nos ha dejado con la miel en los labios, presumiendo de su memorias 3D Xpoint pero sólo aplicándola a contados modelos para servidores; aunque gracias a esa experiencia podemos decir que estos primeros modelos para el consumidor son muy diferentes a cualquier otro.

Por fin llegan los Intel Optane para consumidores

Para empezar, hay que dejar claro que los Intel Optane 800P sólo se ofrecen en formato M.2, y eso es lo lógico; no tiene sentido lanzar SSDs de alto rendimiento limitados por la conexión SATA.

Lo interesante es que usan una interfaz NVMe PCIe 3.0 en modo x2 (en vez de en modo x4); lo que significa que, si tu placa base tiene más de una conexión M.2, es posible montar dos de estos SSD en RAID. Y a juzgar por los datos que ha presentado Intel, definitivamente es algo que querrías hacer.

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Los Optane 800P consiguen una velocidad de lectura secuencial de 1450 MB/s, y de escritura secuencial de 640 MB/s; no son las mejores cifras que hemos visto en el sector, pero son suficientes para notar la diferencia, incluso si vienes de un SSD SATA.

Los verdaderos puntos fuertes los encontramos en la baja latencia que ofrece y el rendimiento en cargas de trabajo aleatorias, dos aspectos en los que es muy fuerte comparado con otros modelos similares; esto se traduce en una mejor respuesta bajo carga. En otras palabras, no es el SSD más rápido, pero es uno de los que ofrece un rendimiento más estable.

¿Merece la pena dar el salto a la tecnología 3D Xpoint?

Esta fiabilidad y estabilidad será de agradecer para el usuario medio, aunque puede que los más entusiastas prefieran buscar otras alternativas con mejores tasas de transferencia. Esto se podría perdonar si no fuera por el precio: el 800P de 58 GB estará disponible por 130 dólares, mientras que el de 118 GB estará disponible por 200 dólares.

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Esas son cifras demasiado altas para el espacio ofrecido, incluso llegando a un coste por gigabyte mayor que con los SSD profesionales de Intel.

¿Ha merecido la pena la espera para disfrutar de la tecnología 3D Xpoint? No cabe duda que estos SSD cubrirán un nicho muy solicitado, aunque el precio sea un gran obstáculo.