Varios inversores de Apple han escrito una carta a la compañía pidiendo que tome acciones contra la adicción a los smartphones. ¿Deben las compañías tecnológicas combatir la adicción a las tecnologías, o es una tarea absurda?

La adicción tecnológica se ha convertido en un problema real, o eso parece. Cada vez productos como los smartphones están más y más introducidos en nuestras vidas. Casi ya son una parte de nuestra vida, en realidad. Son los dispositivos con los que estamos en contacto, nos entretenemos, trabajamos o incluso usamos en caso de emergencia.

Con todo esto en mente, es normal que los dispositivos electrónicos nos absorban cada vez más. Se trata de un tema controvertido, una batalla entre las voces que aseguran que la adicción tecnológica es real y las que afirman que es una exageración. Pero, con la Organización Mundial de la Salud clasificando el trastorno por videojuegos como una enfermedad mental, las primeras voces suenan con fuerza.

Inversores piden a Apple controlar la adicción tecnológica

Apple Watch Series 3 2017-5

Con todo este movimiento en auge, un grupo de inversores de Apple han escrito una carta abierta a la compañía. Estos inversores consideran que los controles parentales de iOS son insuficientes, e instan a la compañía a mejorar sus sistemas de control. También quieren que Apple cree mecanismos dentro de la compañía para seguir dando pasos en esta dirección.

Este grupo de inversores habla enfocando su discurso a los más jóvenes de la casa. Pero Tony Fadell, considerado el padre del iPod, ha aprovechado esto para crear su propia reivindicación. Desde Twitter defiende que la adicción a la tecnología no es sólo cosa de los pequeños, que también afecta a los mayores. Y sistemas como iOS deberían tener medidas para reducir esa adicción, según su punto de vista.

¿Es labor de las compañías o de las personas?

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Ante toda esta polémica, no está de más preguntarse si las empresas tienen esa responsabilidad. Ellos nos dan el dispositivo que funciona como debe; el cómo lo usemos no deja de ser nuestro problema. Además, a las compañías no les interesa esto en exceso. Gigantes como Facebook y Twitter están obsesionados en encontrar la forma de retenernos un minuto más. ¿Por qué iban a limitarse a sí mismos?

Por supuesto, tener más herramientas a nuestro alcance para limitar nuestro uso -siempre de manera voluntaria- no está de más. Que los controles parentales mejoren también son buenas noticias para los padres, siempre que las utilicen. ¿Pero no deberíamos ser nosotros, o los padres, quienes controlen el uso en primer lugar? ¿De verdad es necesario tanto control por parte del dispositivo?

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