Los humanos somos buenos en muchas cosas, pero la Inteligencia Artificial es capaz de hacer más cosas y mejores que nosotros. Incluso siendo enseñada por nosotros mismos (por lo que parte de una limitación clarísima) es capaz de realizar cosas más rápidas y de una mejor forma que de lo que nosotros somos capaces.

Es capaz, por ejemplo, de colorear una fotografía en blanco y negro en apenas dos segundos, cuando a nosotros nos llevaría muchas horas. En definitiva, es mucho más eficiente que nosotros, sobre todo porque se especializan en una sola materia, en la mayoría de las ocasiones, y eso que somos quienes las hemos creado.

Reconociendo arte, por ejemplo, también es muy buena. Las que están especializadas en esta materia, son capaces de reconocer cualquier obra de arte que le pongas delante.

Y más o menos por ahí es por donde van los tiros de una nueva Inteligencia Artificial que han presentado de forma conjunta la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey (Estados Unidos) y el Estudio de Restauración e Investigación de Pinturas de Países Bajos, capaz de reconocer cuándo se encuentra ante una pintura falsa y cuándo está ante una original.

Una red neuronal capaz de diferenciar entre 80.000 trazos únicos

En total, esta IA ha analizado casi 300 dibujos de artistas como Picasso, Matisse y Modigliani, compuestos por más de 80 000 trazos individuales. En base a esto, la red neuronal recurrente (del inglés ‘recurrent neural network‘, RNN por sus silgas) es capaz de identificar los trazos más importantes para identificar a cada obra.

También aprendió a buscar características específicas del artista, como por ejemplo la forma de realizar el trazo. Mediante estos dos métodos de reconocimiento, la IA es infalible distinguiendo entre obras falsas y obras fidedignas. En concreto, la Inteligencia Artificial fue capaz de identificar al autor de la obra en un 80% de las veces.

Un humano no sería capaz de identificar al autor de una obra según su trazo

En las pruebas realizadas, se pidió a artistas que realizaran copias de otras obras. La IA, con el éxito de acierto de nuevo de 80%, fue capaz de averiguar si se trata del autor original o no, pudiendo determinar sise trataba de una copia o de un original.

Es sorprendente, pues, tal y como asegura Ahmed Elgammal, profesor de la Universidad de Rutgers, un humano no sería capaz de distinguir entre una obra falsa y una verdadera simplemente por el trazo. El único problema al que se enfrenta, a priori, esta IA, es que no puede reconocer obras donde el trazo se difumine, por razones obvias (al menos, por ahora).

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