Un festival de Melbourne ha implantado chips a algunos de sus asistentes para que accedan a las diferentes salas del reciento.

Parece ciencia ficción, pero ya se están comenzando a instalar chips en personas para comenzar a probar sistema de autentificación más seguros. Algunas empresas se los han implantado a sus empleados y otras personas lo han hecho por su propia voluntad. Las posibilidades son muchas: entrar a una sala o edificio restringido, abrir la puerta de tu casa, pagar en tiendas, activar servicios, identificarnos en instituciones, subirse al transporte público o, como en este caso, acceder a un festival.

La tecnología no es nueva, y ya está completamente desarrollada. Lo único que hace falta son compañías que lo implementen en la vida real y, por supuesto, personas que estén dispuestas a probarlo con sus propios cuerpos. Esto último, probablemente, puede que sea lo más complicado, al menos para el público general, pues hay un público muy concreto que estaría totalmente dispuesto a probarlo.

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En este caso la organización de un festival de tecnología ha decidido ofrecer la posibilidad a sus asistentes de implantar un chip en su mano para entrar al recinto en vez de usar un ticket de entrada. Los chips en concreto son conocido como ‘chips de arroz’ por ser del tamaño de un grano de arroz, quizás un poco más grande, aunque no mucho.

Chips en la mano, tu nuevo DNI, carnet de conducir y tarjeta de crédito

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Se trata de una operación ambulatoria y es muy simple de hacer. En el festival del que hablamos, Pause Fest, que aún no ha tenido lugar, se celebrará en Australia y serán 10 las personas que se han presentado voluntarias para tener el honor (o no) de llevar uno de los primeros chips del mundo.

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El chip se coloca entre los dedos pulgar e índice y cuando te lo introducen sientes lo mismo que cuando te haces un piercing.

Los chips funcionan mediante NFC (‘Near Fear Communication’, comunicación de campo cercano en español), con la misma tecnología que se realizan los pagos móviles o los pagos con tarjetas contact less donde no es necesario mantener contacto físico entre la tarjeta de débito/crédito con el datáfono. Esta tecnología está disponible en casi todos los teléfonos inteligentes (incluso en los relojes).

Esta tecnología se basa en la emisión de ondas electromagnéticas. El NFC no tiene ningún tipo de batería, sino que se alimenta de esas ondas. Recibe información y transmite precisamente lo que se le está pidiendo. No hay razones para que afecte negativamente al cuerpo humano y por ello se está comenzando a probar en los primeros ‘conejillos de indias’.

Lo mejor es que se pueden reprogramar, por lo que perfectamente podríamos intercambiar, actualizar o eliminar lo que haya en su interior. Por ejemplo, una vez pase el festival, muy probablemente la información almacenada en el chip sea elimina y sustituida por otra.

El mayor problema es, quizás, la poca capacidad de almacenamiento de estos chips, pues a pesar de que la tecnología está más que desarrollada, el almacenamiento es muy poco, lo justo para permitir el tamaño que tiene.