El continente helado de la Antártida no deja de darnos sorpresas, para mal, en forma de grandes grietas.

Si recientemente pusimos el grito en el cielo por una gran grieta que podía acabar formando un iceberg gigante, ahora resulta que existe una nueva grieta en la Antártida que ha obligado a los científicos de la Estación de Investigación Halley VI a ser evacuados, tras haber duplicado su tamaño en solo tres meses.

La decisión de evacuación se ha producido tan solo dos semanas después de que la estación se hubiese reubicado a raíz de otra amenaza: Una cavidad (denominada Sima 1) que se habría hacia el sur y habría cortado las comunicaciones entre la plataforma y el resto de la estación.

La nueva grieta en la Antártida, un problema para los investigadores

Como bien comenta Tim Stockings, director de operaciones de la Estación de Investigación Halley, cerrar esta estación a causa de la nueva grieta en la Antártida es la mejor decisión para los glaciólogos, pues sus vidas se han puesto en peligro en la región más inhospita del planeta.

 

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La parte buena del asunto es que la estructura de la estación Halley VI, compuesta por ocho módulos independientes, es fácil de desmontar y remolcar gracias a sus piernas hidráulicas, lo que le dan facilidades para moverse alrededor de las grietas de hielo si se da el caso.
En un primer momento el problema fue la cavidad Sima 1 que se formó cerca de la plataforma en 2012, lentamente (1,7 km por año), por lo que hubo tiempo suficiente para desmontar la estación y remolcarla 23 kilómetros hacia el interior y supuestamente fuera de peligro a partir de diciembre del año pasado. Sin embargo, las cosas no se solucionaron ahí, pues apareció una nueva grieta en la Antártida mucho más rápida en el norte de la estación: La grieta Halloween (denominada así porque se descubrió el 31 de octubre de 2016), la cual medía inicialmente 22 kilómetros; ahora mide 44 kilómetros de longitud en solo 2 meses.

Cómo ha evolucionado la nueva grieta en la Antártida

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Desde su descubrimiento, la grieta Halloween ha sido monitorizada mediante GPS, imágenes satélite, radares e incluso drones. Se han llevado a cabo simulaciones por ordenador para intentar predecir cómo evolucionaría y si se haría más grande, pero ni aún así los investigadores están seguros de cómo acabará todo.

Por suerte, el equipo de investigadores cree que esta nueva grieta en la Antártida no creará un gran iceberg a partir de la plataforma de hielo, pero la probabilidad sigue estando ahí, ya que la cavidad formada al lado (Sima 1) sigue activa y ampliándose.

Ahora mismo hay 88 personas en la estación, un nuevo que desciende a solo 16 si hablamos de personal científico durante todo el invierno de 2017. Lo malo es que durante estos meses la estación será sometida a un frío extremo (-20ºC a -55ºC) y una oscuridad de 24 horas diarias. Si Sima 1 o la grieta de Halloween pusiesen en peligro la estación, el rescate sería imposible.

Por ello, todos los investigadores abandonarán la estación antes de marzo y no volverán hasta noviembre. Aunque intentarán dejar algún sistema de monitorización autónomo para ver que sucede durante estos meses, sin poner en peligro al personal de la estación.

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