Se acerca el día. Este domingo, a las tres de la madrugada volverán a ser las dos y de nuevo las redes se plagarán de memes y chistes sobre este periódico cambio.

Además, sabremos si hemos madurado cuándo comprobemos si nos encontramos en el grupo de personas que celebran tener una hora más para salir de fiesta o las que se alegran por poder disfrutar de sesenta minutos más de sueño.

Pero eso no es todo; pues, como cada año, surgirán preguntas sobre las causas por las que se lleva a cabo esta práctica dos veces al año o si realmente es algo beneficioso a nivel económico y de salud. Por eso, hoy os dejamos este artículo en el que podréis conocer la razón por la que se realiza este cambio de hora, el modo en que afecta a nuestro organismo y otras muchas curiosidades y datos interesantes. ¿Preparados? Pues al lío.

Cambio de hora de otoño 2016, una hora más de noche para lo que tú quieras

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Como os decía, el cambio de hora de otoño este año tendrá lugar en la madrugada del sábado 29 de octubre al domingo 30, cuando a las tres volverán a ser las dos.

Como siempre, el retraso tendrá lugar durante el fin de semana, para que tengamos todo un día no laborable en el que nuestros ritmos circadianos se acostumbren al cambio y, además, podamos cambiar nuestros relojes para no tener excusas para adelantos en el trabajo… Bueno, vale, nunca nadie se adelanta en el trabajo, pero bueno, en el cambio de primavera se evitan las excusas para retrasarse.

Las causas del polémico cambio de hora

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Como sabéis, nuestro planeta se encuentra girando continuamente en torno al Sol, a la vez que también lleva a cabo una rotación sobre sí mismo.

Nuestro planeta se encuentra girando continuamente en torno al Sol, a la vez que también lleva a cabo una rotación sobre sí mismo.

Esto lleva a que, durante su periplo, se encuentre en distintas posiciones respecto al astro rey, llevando a que, por ejemplo, en el solsticio de verano tenga lugar el día más largo y la noche más corta del año, mientras que en el de invierno ocurre lo contrario.

Como consecuencia, cuando las noches son más largas, pasamos varias horas de noche despiertos, cuando en realidad se supone que la noche es para dormir. Por eso, muchos personas en el pasado, comenzando por Benjamin Franklin, decidieron que podría ser necesario ajustar nuestros relojes a estos desajustes, adelantándolos una hora en primavera y atrasándolos en otoño, con el fin de ahorrar electricidad, al hacer que haya más luz natural durante las horas en las que nos encontramos activos.

La historia del cambio de hora

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Efectivamente, fue Benjamin Franklin el primero que se percató de la necesidad de reajustar los relojes para aprovechar al máximo las horas del sol, disminuyendo la electricidad y pudiendo aumentar las horas de vida al aire libre, si las condiciones climáticas lo permiten.

Sin embargo, su propuesta no caló lo suficientemente hondo, pues pasó mucho tiempo hasta que la mayoría de países comenzaron a encontrar la rentabilidad a esta iniciativa.

El primer país en hacerlo fue Alemania, pues en plena Primera Guerra Mundial se consideró necesario ahorrar lo máximo posible en electricidad para poder emplear el carbón restante con fines bélicos.

Desde entonces, han sido muchas las naciones que se han ido uniendo, de forma intermitente, llegando hasta España, que lo hizo en 1940 por afinidad política entre el gobierno franquista y la Alemania de Hitler.

De todos modos, no fue hasta los años 70 cuando se comenzó a aplicar con regularidad el cambio de hora en la mayoría de países, con motivo de la crisis del petróleo.

¿Realmente se ahorra energía con el cambio de hora?

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Existen muchas posturas con respecto al ahorro de energía favorecido por el cambio de hora y, de hecho, existen países, como muchos asiáticos; que, al no estar de acuerdo, no llevan a cabo esta práctica.

Son muchos los estudios al respecto y lo cierto es que sus resultados están bastante encontrados entre sí; pues, si bien algunos afirman que sí que hay un ahorro claro, otros apuntan a detalles contradictorios, como el hecho de ahorrar en luz, pero encender el aire acondicionado durante más horas en las épocas de calor, durante el horario de verano.

¿Afecta el cambio de hora a nuestra salud?

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Ésta es otra de las preguntas más habituales con respecto al cambio de hora. Nuestro cuerpo está acostumbrado a un cambio del número de horas de luz que se va realizando progresivamente, a medida que avanza el año. Sin embargo, un día, de repente, le quitamos o le sumamos una hora de golpe, volviéndolo loco de forma momentánea.

Ya sabéis que nuestros ciclos de sueño-vigilia, además de otras muchas de nuestras condicioens fisiológicas, están mediados por la melatonina, que es una hormona que se secreta en función de la cantidad de luz que llegue a nuestros ojos.

nuestros ciclos de sueño-vigilia están mediados por la melatonina, que es una hormona que se secreta en función de la cantidad de luz que llegue a nuestros ojos.

Por eso nos cuesta dormir de día, y por eso tiene lugar el jet lag cuando viajamos atravesando varias zonas horarias.

Como resultado, si de repente nos encontramos con un cambio radical en el número de horas de luz, sufriremos un desajuste que puede afectar, para empezar, a la calidad de nuestro sueño, pero también a otros factores de nuestra salud como la fortaleza del sistema inmune.

Sin embargo, por lo general el cuerpo se acostumbra rápidamente a este cambio y los problemas no llegan más allá de un par de días de insomnio y cansancio.

Datos curiosos sobre el cambio de hora

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Son muchos los años que lleva el cambio de hora instaurado tanto en nuestro país como en otros muchos, por lo que han sido muchas las anécdotas desarrolladas en torno a él durante este tiempo.

Por ejemplo, en España tenemos muchas que contar, como el caso de la Guerra Civil, en la que el bando republicano y el rebelde tenían una hora distinta que llegó al punto de que la guerra terminó una hora antes para los republicanos.

la guerra terminó una hora antes para los republicanos.

Además, hasta la llegada del siglo XX en nuestro país la hora se establecía de forma distinta en cada provincia, según el número de horas de sol, así que podéis imaginar cómo cambiaría la hora entre las provincias gallegas y las andaluzas, por ejemplo.

Pero el cambio de hora protagoniza también muchas anécdotas fuera de nuestras fronteras, como las de un terrorista palestino que en 1.999 murió a causa de los explosivos que él mismo llevaba para perpetrar un atentado y que habían sido programados para ponerse en funcionamiento sin contar con el cambio de hora, o el del juicio de un homicidio en California que en 1.997 contó como prueba con el inicio del funcionamiento de unos aspersores que habían mojado la carretera, programados con respecto al cambio de hora.

Muchas son las anécdotas y las opiniones de los que se muestran a favor o en contra del cambio de hora, pero el caso es que ahí está, y que este fin de semana, antesala de puente para muchos, tendremos una horita más, para hacer con ella lo que queramos. Usadla con sabiduría.