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Tecnología

Maria Cunitz y la importancia de saber idiomas en ciencia

Nuestra científica de hoy es Maria Cunitz, conocida como la Palas de Silesia debido a lo mucho que contribuyó a la cultura y la ciencia de su época.

26 octubre, 2016 18:21

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Nuestra científica de hoy es Maria Cunitz, una mujer que supone un claro ejemplo de cómo se puede contribuir a la ciencia desde muchos frentes, aunque no sean meramente científicos.

Y es que, en realidad, la primera rama que trabajó esta mujer, que se ganó el apelativo de palas a pulso, fueron los idiomas, pues tenía tal facilidad para aprenderlos que llegó a hablar perfectamente siete diferentes, pudiendo así leer y traducir textos de algunos de los mayores científicos de la historia.

Pero la cosa no quedaba ahí, pues también se dedicaba a añadir sus propias anotaciones, haciendo correcciones y aclaraciones a algunas de las teorías más importantes y reconocidas de la ciencia. Por eso, como agradecimiento a todo lo que Maria regaló a la ciencia, hoy le dedicamos un hueco en nuestra sección.

Maria Cunitz, un claro ejemplo de la importancia de saber idiomas

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Maria nació en 1610 en Silesia, Polonia, hija del médico Heinrich Cunitz y su esposa Maria Scholtz.

Desde muy pequeña demostró ser una niña muy curiosa, interesada por todas las ramas del conocimiento, aunque principalmente destacó en su facilidad para aprender idiomas como el hebreo, el griego, el alemán, el latín, el italiano, el francés y, lógicamente, el polaco.

Siendo hija de un médico, también adquirió grandes conocimientos de medicina, que se unieron a su afición por las matemáticas, heredada de su abuelo materno, el matemático Anton von Scholtz.

A pesar de todo esto, su afán por aprender nunca cesó, de modo que cuando en 1930 contrajo matrimonio con el médico Elias von Löwen comenzó a compartir con él su inmensa afición a la astronomía, llegando incluso a escribir un libro, llamado Urania Propitia, en el que divulgaba algunas de las teorías del famoso astrónomo Johanes Kepler, corrigiendo varios de sus textos y añadiendo nuevas tablas y cálculos que simplificaban mucho las suyas.

Cómo Maria Cunitz se convirtió en la palas de Silesia

leyes-de-kepler

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En la mitología griega, Palas era considerado el Titán de la Sabiduría, de modo que su nombre se asocia  aquellas personas cultas, que se dedican a acercar su conocimiento a la sociedad.

Por ese motivo, Maria Cunitz ganó con creces el apelativo de Palas de Silesia, debido a que con textos como Urania Propitia, contribuyó por un lado a la evolución del alemán científico, que poco a poco fue dejando a un lado al latín, normalmente asociado a la literatura científica, y, por otro, por lo mucho que participó en el desarrollo de la astronomía de la época, manteniendo correspondencia con grandes astrónomos del momento.

Lamentablemente, y sabedora de que muchos de ellos no querrían hablar de ciencia con una mujer, fue su marido el que envió la mayoría de las cartas, aunque en ningún momento trató de quitar a su esposa el protagonismo que merecía.

Quizás los dos hubiesen podido contribuir aún más a la ciencia, pero ambos murieron en torno a los 60 años de edad, poco después de que un incendio destruyera todos los textos y el material científico que guardaban en su casa, dejándolos casi en la ruina.

Aún así, Maria es considerada la segunda astrónoma más sabia de todos los tiempos, después de Hipatia de Alejandría, aunque lamentablemente su nombre no es tan conocido como el de la primera. Ojalá este rato que le hemos dedicado hoy pueda servir en cierto modo para contribuir a que su nombre quede en la memoria de aquellos que aún no la conocían.