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Tecnología

Consiguen "super seda" tras alimentar a los gusanos con nanotubos de carbono

Un equipo de científicos ha conseguido seda más resistente alimentando a los gusanos de nanotubos de carbono y grafeno antes de que hagan sus capullos.

12 octubre, 2016 11:02

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¡La seda! Ese tejido caro y elegante que a todos de pequeños nos apasionaba por el simple hecho de que para obtenerlo bastaba con la crianza de un montón de gusanos adorables.

Se trata de un material bonito y vaporoso, utilizado especialmente en la industria textil, aunque también tiene otras aplicaciones diferentes, como la fabricación de hilo de sutura no absorbible por el organismo. De hecho, su abanico de usos podría ser mucho más grande si no fuera porque se trata de un material bastante frágil, como se puede comprobar en las etiquetas del tamaño de una biblia que suelen acompañar a las prendas fabricadas con ella, avisando de todos los cuidados que deben tenerse al lavarla y plancharla.

Por eso, uno de los grandes objetivos de los científicos es la obtención de sedas modificadas con propiedades entre las que destaca una mayor resistencia, que haría posible añadirle un gran número de nuevos usos. Y como los expertos en el tema en ningún momento han dejado de ser los gusanos, un equipo de investigadores de la Universidad de Tsinghua ha llevado a cabo un estudio en el que añaden nanotubos de carbono y grafeno a la comida de estos tejedores, consiguiendo que se incorpore a la seda y le aporte un gran número de nuevas características.

Un curioso método para obtener seda más resistente

seda mas resistente

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Hace años que los científicos han tratado de modificar la seda a través de la adición de sustancias como pigmentos, agentes antimicrobianos o polímeros conductores de la electricidad, pero por lo general se trata de un proceso complicado, que se debe realizar en el laboratorio y que resulta complicado de llevar a gran escala.

Por eso, teniendo en cuenta que las fibras de seda se obtienen a partir de unas proteínas fabricadas en las glándulas salivales de ciertos gusanos, que muchos de nosotros hemos criado de pequeños, un equipo de científicos, que ha publicado sus resultados en Nano Letters, decidió retomar un experimento que ya se había llevado a cabo en el pasado, consistente en añadir las sustancias deseadas a las hojas de morera de las que se alimentan estos animales.

Para ello, fabricaron una solución con un 0’2% en peso de nanotubos de carbono y grafeno, que se roció sobre las hojas que serían ingeridas por los gusanos antes de fabricar sus capullos, que se recogieron del mismo modo que se hace para la obtención de la seda tradicional.

Seda más resistente, pero con muchas cuestiones por resolver

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Tras analizar la seda obtenida de los capullos, se comprobó que, como cabía esperar, el material obtenido era dos veces más resistente que el convencional, pudiendo soportar un 50% más de estrés antes de romperse.

Además, también resultó ser un buen conductor de la electricidad y tener una estructura cristalina mucho más ordenada.

Hasta ahí todo son buenas noticias, pero los responsables del estudio advierten que aún es necesario contestar muchas preguntas, como la causa por la que estos aditivos ingeridos pasan a la seda y, sobre todo, qué proporción de ellos queda finalmente en el tejido, sin ser desechada por el animal.

Se trata de un factor importante, pues su completa comprensión puede ayudar a optimizar el proceso, administrando al animal solamente las cantidades necesarias para la modificación de la seda.

En cuanto a la causa por la que los resultados de este estudio han sido mejores que los de otros trabajos anteriores similares, estos investigadores aseguran que la clave está en el tamaño de los tubos de carbono, pues en el pasado se habían usado de 30 nanómetros de diámetro, mientras que los suyos, de 1-2 nanómetros, han demostrado que cuanto más pequeños sean mejor se incorporarán a la seda.

Si todo sigue encaminado, este proyecto podría dar lugar a fibras de seda resistente y conductora, que podría utilizarse en la elaboración de tejidos inteligentes, implantes médicos biodegradables y dispositivos electrónicos respetuosos con el medio ambiente. Sin duda suena bien, así que quedaremos a la espera de los resultados.