la_venganza_es_dulce

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Tecnología

¿Es cierto que la venganza es dulce?

La venganza es dulce, o eso afirman casi siempre en las películas, a pesar de que la ciencia dice lo contrario. Hoy lo volveremos a analizar, más a fondo.

11 julio, 2016 19:01

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La venganza es dulce, o la venganza se sirve en plato frío. Ambas son expresiones muy escuchadas tanto en la ficción como en la realidad.

Pero, ¿realmente existe la dulce venganza? Los estudios científicos no están del todo de acuerdo. De hecho, las sucesivas investigaciones sugieren justo lo contrario: La venganza raramente satisface al vengador a largo plazo, llegándole a sentirse infeliz por dicha venganza.

Ahora, de nuevo, una investigación publicada en el Journal of Experimental Social Psychology, llevada a cabo por los investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis ha dado un giro de tuerca al asunto. Y es que la venganza es dulce, pero también es amarga, a la vez.

El complejo análisis de la venganza

Para llegar a esta conclusión, el estudiante de doctorado en ciencias psicológicas Fade Eadeh y sus colegas realizaron hasta tres experimentos con 200 personas, a las cuales se les pedía rellenar cuestionarios online sobre la clasificación de intensidades de sus emociones y estados de ánimo tras leer unas cuentas noticias breves, incluyendo una donde se describía la muerte de Osama Bin Laden a manos de las fuerzas armadas de EE.UU. como represalia a los ataques terroristas del 11S.

emociones

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Tras la lectura, debían emparejar las noticias con hasta 25 adjetivos de una lista, como “feliz”, “nervioso”, “satisfecho”, “irritado”, “enfadado”… según las emociones que les provocaran las noticias.

Como podréis imaginar, los experimentos fueron diseñados para analizar si la venganza es dulce, si provoca bienestar, o si por el contrario la venganza es peor a largo plazo como sugieren muchas investigaciones anteriores a esta. De hecho, este estudio es bastante similar al realizado el pasado año 2014 por Alan Lambert, esta vez los investigadores se han centrado más en el análisis de las emociones y no tanto de los estados de ánimo. Otro estudio de 2008 realizado por Kevin Carlsmith, de la Universidad de Colgate, también se centró en exceso en los estados de ánimo. Y ambos estudios sugerían que la venganza nos hace infelices.

Las emociones son importantes para analizar la venganza

Curiosamente, respecto al caso del asesinado de Osama bin Laden, un acto horrible como es obvio, los voluntarios demostraron tanto sentimientos positivos como negativos (de hecho, dicho asesinato se celebró por las calles de Washington y Nueva York en su día): Sentimientos positivos por conseguir la venganza, y sentimientos negativos por el hecho de que, indirectamente, dicha venganza recordaba las acciones horribles llevadas a cabo por este terrorista.

El error en los estudios anteriores habría sido usar el estado de ánimo y las emociones como sinónimos, pero hay diferencias importantes: Las emociones se refieren a algo claro y específico, pudiendo llegar a ser muy intensas, pero a la vez fugaces; por su parte, los estados de ánimo son prolongados, aunque de menor intensidad.

Esta vez, para su estudio, Eadeh y sus colegas usaron herramientas lingüisticas junto con un gran inventario de términos del estado de ánimo para diferenciar esta percepción subjetiva de las emociones tras la lectura de las noticias relacionadas con la venganza. De nuevo, la venganza empeoraba el estado de ánimo de los voluntarios (como en anteriores estudios), pero a la vez generaba sentimientos y emociones positivas.

La venganza es dulce y amarga a la vez

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Así pues, como conclusión, los investigadores afirman que la venganza es dulce, pero también es amarga. La venganza nos hace sentirnos bien y mal, algo que contradice a las investigaciones anteriores, las cuales afirmaban tajantemente que la venganza provoca sentimientos totalmente negativos.

Para comprobar esto, los investigadores repitieron el experimento usando pasajes de lectura donde se evitaba provocar emociones o sentimientos en particular. Por ejemplo, en el pasaje que contaba el asesinato de Osama bin Laden, se alteró el texto evitando describir el asesinato de forma explícita.

A pesar de los cambios, el resultado del experimento fue exactamente el mismo: La venganza provocaba emociones positivas, pero a la vez un estado de ánimo negativo. Por lo cual, sí, podemos afirmar que la venganza es dulce, pero tiene un componente amargo que deberíamos tener en cuenta.