laura bassi

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Tecnología

Laura Bassi, la niña prodigio que consiguió el respeto de la ciencia

Hoy en la sección de mujeres científicas os hablamos de Laura Bassi, una física italiana que luchó para conseguir el puesto que se le negaba por ser mujer.

28 junio, 2016 09:09

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Hoy, en la sección de mujeres científicas os vamos a hablar de Laura Maria Caterina Bassi, más conocida como Laura Bassi.

Aunque no hiciera grandes descubrimientos como otras de las mujeres de las que os hemos hablado hasta ahora, Laura merece un lugar en este sección por su forma de negarse rotundamente a ser sólo madre y esposa, dedicando tiempo a estas tareas, pero sin dejar de lado sus pasiones profesionales.

Además, también destacó por sus concimientos tanto en la ciencia como en la filosofía, llegando a convertirse en una verdadera especialista en ambas facetas. Todo esto, unido a un gran tesón la llevó a ocupar puestos poco comunes para una mujer de aquella época.

Biografía de Laura Bassi

laura bassi2

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Laura Bassi nació en Bolonia, el 31 d octubre de 1711. Desde muy pequeña demostró ser una niña prodigio, por lo que no tuvo ningún tipo de problema para formarse simultáneamente en matemáticas, filosofía, anatomía, historia natural y lenguas.

Pero sin duda su mayor vocación eran las ciencias, por lo que pronto comenzó a complementar su formación en dicha materia. Finalmente se graduó en 1732, obteniendo inmediatamente un puesto de profesora de filosofía en la Universidad y pasando a formar parte de la Academia de Ciencias de Bolonia.

Sin embargo, su posterior matrimonio con el físico Giuseppe Veratii, con el que tuvo doce hijos, comenzó a despertar las críticas de quiénes pensaban que debía abandonar la ciencia y la enseñanza para centrarse sólo en el trabajo de ser madre.

Dedicación a la ciencia de Laura Bassi

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Como os decía, al comienzo, Laura no destacó por sus hallazgos científicos, pero sí por su formar de luchar para que su trabajo fuese reconocido del mismo modo que el de un hombre.

La tarea no fue fácil, ya que se le negaban actividades fácilmente ejecutables por un varón. Por ejemplo, sólo podía realizar conferencias bajo permiso del senado y se le negaba la posibilidad de trabajar en muchos centros públicos, hasta el punto de que en 1749 tomó la determinación de abrir un laboratorio privado en su propia casa, donde también daba clases de física experimental. Muchos de sus alumnos se convirtieron en científicos de renombre posteriormente, por lo que poco a poco este centro estaba en boca de todos los profesionales del área, que comenzaron a reconocerle su trabajo como merecía.

Mientras tanto, se carteó con personajes como Volta y Voltaire, y escribió un gran número de disertaciones de temáticas muy diversas que iban desde la química hasta la física; pasando por las matemáticas, la hidráulica, la tecnología y la mecánica.

Por fin, tras  ver como demostraba su valía por activa y por pasiva, en 1776 el Senado de Bolonia le concedió la cátedra de física experimental, aunque apenas pudo disfrutarla, ya que murió sólo dos años después, dejando tras de sí un duro camino que serviría de ejemplo a otras muchas mujeres, que durante siglos siguieron demostrando que hombres y mujeres podemos conseguir los mismos logros laborales, siempre que no nos pongan la pierna para que tropecemos una y otra vez.

Imagen portada: Italoamericano