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Tecnología

Olvídate de la "dieta de los potitos", no eres un bebé

Os hablamos de la famosa dieta del potito y de sus consecuencias negativas para la salud.

13 junio, 2016 09:20

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“¿Si tu amiga se tira por un barranco tú también te tiras?” Esa era la típica frase que nuestras madres esgrimían como argumento cuando de pequeños solíamos seguir a la masa cuan borregos, haciendo todo tipo de tonterías sólo porque nuestros amigos las hacían.

Lo peor de todo es que cuando creemos haber madurado seguimos haciéndolo, aunque en vez de imitar a los amigos o a los populares del instituto, copiamos las costumbres de los famosos. ¿Que Jennifer Aniston se ha puesto súper mona y súper delgada alimentándose de comida triturada para bebés? Pues yo también lo hago, todo sea por un cuerpo diez.

Suena tremendamente estúpido; pero se está convirtiendo en un hecho cada vez más cotidiano, conocido como “la dieta del potito”, que ha hecho sonar las alarmas de cientos de nutricionistas a lo largo de todo el mundo, debido a los peligros que puede ocasionar para la salud.

¿Qué es la dieta del potito?

jennifer-aniston

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Como os decía, esta dieta es una costumbre que se ha puesto de moda de la mano de famosas como Jennifer Aniston, Madonna o Gwyneth Paltrow.

El proceso, que fue difundido entre el famoseo por la entrenadora Tracy Anderson, consiste básicamente en la toma de catorce potitos durante el día y una cena saludable a base de carne magra y verduras por la noche, y se está convirtiendo en una de las dietas más seguidas en la actualidad.

Su fama no se debe sólo al hecho de ser seguida por famosas, sino también a que todo el mundo piensa que un alimento diseñado para ser consumido por personas tan delicadas como los bebés no puede contener nada peligroso, por lo que se ha convertido en la opción preferida de quiénes quieren adelgazar cuidándose.

Sin embargo, esta idea es bastante incorrecta, ya que precisamente el hecho de ser un alimento para bebés lo convierte en poco apto para formar parte de la base dietética de un adulto.

¿Por qué no deberíamos seguir la dieta del potito?

dieta_saludable

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Para empezar, a mí personalmente el consumo de potitos en bebés me parece un gasto de dinero innecesario cuando nosotros mismos podemos cocinarlos, pero sí que es cierto que son de gran utilidad para padres con mucha prisa y que están diseñados perfectamente para las necesidades nutricionales de los bebés.

Pues bien, ahí precisamente reside el problema, en este diseño tan específico. Como comprenderéis, diariamente los niños de pocos meses no llevan a cabo todas las tareas que llevamos nosotros, por lo que su consumo de energía no es el mismo.

Por ese motivo, las calorías que aportan los potitos son muchas menos de las que nosotros necesitamos si llevamos a cabo una vida sedentaria y mil veces menos si realizamos ejercicio. Esto, lógicamente, lleva a una pérdida inmediata de peso, pero a costa de padecer malestar, debilidad y otros problemas de salud. Además, al suponer un cambio tan brusco en la dieta habitual, en el momento que se dejan los potitos se produce un grandísimo efecto rebote.

Otro problema es que esta dieta también conlleva un déficit nutricional importante; ya que, por un lado, supone un aporte de fibra muy pobre y, por otro, apenas contiene hidratos de carbono, por lo que puede ocasionar problemas a todos los adultos, pero especialmente a los deportistas, que sufrirán fatiga muscular.

Por último, no debemos olvidar que si cuando nos hacemos adultos nos salen dientes no es por un mero capricho, por lo que alimentarse exclusivamente a base de purés puede ocasionar consecuencias negativas para el sistema digestivo, además de una menor sensación de saciedad, ya que ésta se encuentra relacionada con el proceso de masticar.

Esto no quiere decir que por comer un potito de vez en cuando porque seáis de gustos raritos y os resulten sabrosos os vaya a pasar nada, pero debe quedar claro que centrar nuestra dieta sólo en ellos puede jugarnos alguna mala pasada. Al fin y al cabo, nos pasamos toda nuestra infancia temprana deseando crecer para comer comida de mayores. ¿A qué viene esto ahora? Si es que no hay quién nos entienda.