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Tecnología

¿Tranformar dióxido de carbono en energía? Esta bacteria modificada es capaz de ello

Os hablamos de una bacteria modificada genéticamente que fabrica combustibles con dióxido de carbono, por lo que disminuye el uso de combustibles fósiles.

2 junio, 2016 17:06

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Últimamente os hemos hablado en varias ocasiones de la necesidad de buscar un modo de reducir el uso de combustibles fósiles.

Por un lado, podríamos preservarlos y evitar que se agoten y, por otro, se evitaría la emisión masiva de dióxido de carbono, que daría lugar al temido calentamiento global y sus terribles consecuencias.

¿Os imagináis un método que pudiese reducir el uso de combustibles fósiles a la vez que disminuye los niveles atmosféricos de CO2? Pues eso precisamente es lo que están intentando conseguir un grupo de científicos de la Universidad de Harvard, que han manipulado genéticamente una bacteria con el propósito de hacerla transformar el dióxido de carbono en combustibles basados en el alcohol. No haría mucho por disminuir los grandes niveles atmosféricos de este gas, pero sí que sería una magnífica forma de preservar los combustibles fósiles tradicionales.

¿Qué bacteria han utilizado para obtener energía a partir del dióxido de carbono?

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El microorganismos seleccionado para esta tarea ha sido Ralstonia eutropha, una betaproteobacteria muy común en los suelos que ya ha sido manipulada para producir combustible en otras ocasiones.

De hecho, ya en 2.012 un equipo de científicos del MIT se valió de la ingeniería genética para conseguir producir isobutanol a partir de una corriente de dióxido de carbono. ¿Pero por qué ésta y no otra?

Según afirman los investigadores, en condiciones normales R. eutropha utiliza sustratos como el nitrato o el fosfato para obtener energía. Sin embargo, cuando las condiciones son adversas y no hay disponibilidad de estos nutrientes, entra en lo que se conoce como un modo de almacenamiento de carbono. Para ello, toma cualquier fuente externa de carbono y lo transforma en una especie de polímero plástico, que quedará almacenado para cuando sea necesario.

Este plástico es muy similar a los obtenidos a partir del petróleo, por lo que puede resultar muy útil para reducir el consumo de sustancias fósiles, pero además se ha comprobado que la sustitución de algunos genes de la bacteria por otros, pertenecientes a otros organismos, puede favorecer que ésta, en vez de plástico, fabrique combustible.

Por último, Ralstonia es de gran utilidad en comparación con otros organismos porque ella misma expulsa naturalmente el producto obtenido, por lo que no sería necesario ningún procedimiento secundario para recogerlo.

Nuevas investigaciones con la bacteria que fabrica combustibles con dióxido de carbono

microscopio

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En una versión mejorada de los experimentos anteriores, estos científicos de la Universidad de Harvard han realizado una nueva modificación del genoma de Ralstonia eutropha para que pueda usar el dióxido de carbono y el hidrógeno procedente de la rotura del agua como sustratos para la elaboración de combustibles alcohólicos.

De este modo, se ha logrado que produzca isobutanol, pero también isopropanol e isopentanol, igualmente usados como combustibles.

Además, también se ha comprobado que con estas modificaciones la bacteria puede transformar la luz solar en energía con una eficiencia diez veces mayor que la de las plantas.

Los resultados aún no han sido publicados, aunque estos investigadores afirman que lo harán pronto y esperan poder seguir explorando las grandes aplicaciones de este descubrimiento, que supondrá una nueva batalla de la ciencia contra las inminentes consecuencias del cambio climático.

Imagen bacterias: Science alert