Cuando Nvidia presentó la nueva GTX 1080, no habló mucho de un aspecto que puede ser muy importante en esta generación de gráficas: la memoria GDDR5X.

Esta es la primera vez en muchos años en los que no hay un estándar claro para la memoria de las tarjetas gráficas, y todo por culpa del retraso de GDDR6.

Como este estándar no llegaba, los fabricantes optaron por varias soluciones. Nvidia se centró en el desarrollo de gráficas GDDR5, llegando incluso a crear modelos de 24 GB de memoria GDDR5; sin embargo, este modelo no estaba diseñado para jugar sino para profesionales.

En busca del nuevo estándar de memorias para gráficas

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Los problemas de Nvidia con la memoria de sus tarjetas quedaron más claros que nunca con la polémica de la GTX 970; los usuarios descubrieron que, aunque los fabricantes promocionaban una gráfica con 4 GB de memoria, un problema de asignación de memoria provocaba que sólo se pudiesen acceder a 3.5 GB, aunque posteriormente se aclaró que los desarrolladores podían acceder al medio giga de memoria adicional de otra manera. Esto se ha demostrado un problema sólo con juegos actuales que piden mucha memoria.

Por su parte, AMD optó por su propio estándar, HBM (High Bandwidth Memory), aunque sin el apoyo de Nvidia era difícil que pudiese convertirse en el estándar de la industria.

Este año por fin fue confirmada la producción de los primeros módulos de memoria GDDR6, pero ahora la duda quedaba. ¿Había llegado demasiado tarde? Hace pocos meses hubo rumores de que la arquitectura Pascal sería compatible con HBM, pero en vez de eso Nvidia dio la sorpresa con la presentación de la GTX  1080, la gráfica más potente del mercado.

La GTX 1080 no usa HBM, ni GDDR5, ni siquiera GDDR6, sino GDDR5X. Aún hay muchos detalles que no conocemos de esta nueva arquitectura, pero si que sabemos que Micron, uno de los fabricantes más importantes del mercado, ha anunciado esta semana la producción masiva de módulos GDDR5X.

Así es GDDR5X

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Como su nombre indica, GDDR5X es una evolución de GDDR5 creada por Micron en respuesta a la necesidad de un mayor ancho de banda. La base es la misma, y eso permite ahorrar costes y sobre todo, entregar un producto bien conocido que no debería fallar en ningún aspecto.

Micron asegura que GDDR5X es capaz de alcanzar un ancho de banda de 12 Gbps, aunque la GTX 1080 tiene un ancho de banda de “sólo” 10 Gbps, por lo que en teoría es una tecnología que aún puede crecer. Lo consigue multiplicando por dos el prefetching.

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Se dice que se hace “prefetch” cuando un procesador pide el siguiente bloque de datos o de instrucciones antes de que se necesiten; es decir, en vez de esperar a que la memoria le traiga las operaciones que tiene que calcular, el pedido se hace por adelantado y se guarda en una memoria caché que el procesador puede consultar al momento.

Al aumentar el prefetching, GDDR5X es capaz de aportar a la GPU los datos que necesita al ritmo adecuado, sin necesidad de aumentar otros aspectos como el bus de memoria, que en la GTX 1080 sigue siendo de 256 bits (es decir, que la “autopista” por la que circulan los datos es igual de ancha).

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La pregunta es si realmente merece la pena usar una evolución de GDDR5, en vez de saltar a HBM 2.0 de AMD o a GDDR6. Si Nvidia juega mal sus cartas, su producto estrella podría quedar limitado por la memoria, aunque aún no tenemos pruebas que lo demuestre. Es llamativo que la otra GPU anunciada, la GTX 1070 que debería sustituir a la GTX 970, seguirá usando GDDR5.